¿Por qué no ha llegado a triunfar el preservativo femenino?

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez LA VOZ DE LA SALUD

VIDA SALUDABLE

La Voz de la Salud

Se trata de unos de los métodos anticonceptivos menos conocidos aunque previene del contagio de VIH y otras ITS

26 sep 2022 . Actualizado a las 10:07 h.

La Voz de Galicia titulaba el 2 de febrero de 1992: «Estados Unidos estudia aprobar la venta del primer preservativo femenino». En sus líneas, podía leerse que en Europa, el nuevo anticonceptivo ya se comercializaba en países como Suiza, y que otros como Francia y Reino Unido empezarían a tenerlo disponible en sus farmacias en los próximos meses. Para que llegase a España no hubo que esperar mucho más, ya que en la edición del periódico del 29 de agosto de ese mismo año podía leerse: «El preservativo femenino se venderá en España a finales de año».

Sin embargo, unas décadas después, parece que el preservativo femenino nunca ha llegado a hacerse un hueco en el mercado de los métodos anticonceptivos, siendo a día de hoy, uno de los menos utilizados. Pero, ¿por qué?

La Voz de la Salud - Archivo La Voz de Galicia

Debemos partir de la base: el preservativo femenino, condón femenino o vaginal es un anticonceptivo de barrera. Se compone de una funda transparente formada por dos anillos, uno en cada extremo. «Está hecho con un poliuretano, no es látex como tal. Es un material flexible y un poco más rígido. Tiene dos anillos, uno interno que es el que se introduce porque está cerrado, y otro externo, que queda por fuera de la vagina», explica Carol Strate, ginecóloga y sexóloga en A Coruña. 

Además de brindar protección contra el embarazo, también lo hace contra las infecciones que se propagan durante el contacto sexual, como el VIH y otras ITS. Disponible sin receta médica, el precio por unidad ronda los 2 euros. 

Cómo se utiliza

Aquellas parejas que quieran utilizarlo deben abrir el envoltorio con cuidado, para no dañarlo. Posteriormente, buscar el anillo cerrado de uno de los extremos del preservativo, que es el que debe introducirse en la vagina. Al cogerlo, se debe apretar entro los dedos pulgar e índice y debe quedar con una forma larga y estrecha. 

El siguiente paso es introducir este aro interno en la vagina, colocando el dedo índice en el interior del condón, empujando de forma cuidadosa lo más profundo que se pueda. Así como acomodar el anillo exterior del preservativo para que cubra los genitales externos de la mujer. 

«Se puede poner antes de las relaciones sexuales y esto es una de las ventajas que proporciona. En concreto, hasta 8 horas antes. Algo que no es posible con el preservativo masculino, que hay que ponerlo cuando el pene está en erección», apunta Strate.

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Eficacia 

«Si está bien usado, su efectividad es similar a la del preservativo masculino. El tema que pasa con estos métodos, al igual que con el preservativo, es que depende de cómo se utiliza. Usarlo bien significa hacerlo desde el principio de la relación y tener cuidado a la hora de colocarlo. Si lo abrimos con los dientes o con tijeras, o algo que pueda dañarlo, pierde efectividad», asegura la ginecóloga. De esta forma, la efectividad de este método oscila entre el 75 y el 82 %, aunque si se usa correctamente, el porcentaje se eleva hasta el 95 o el 99 %.

La doctora recalca que esta eficacia se da tanto para evitar un embarazo como para rebajar el riesgo de enfermedades de transmisión sexual. «Algo que no se da con otro tipo de métodos anticonceptivos», añade.  

Ventajas y desventajas 

Como cualquier otro método anticonceptivo, el preservativo femenino tiene ventajas e inconvenientes. Entre estos últimos se encuentra que la fricción del condón puede disminuir la estimulación del clítoris y su lubricación, lo que puede llevar a que la mujer disfrute menos de la relación sexual o incluso que esta le resulte incómoda. Para evitar esto, los especialistas recomiendan el uso de lubricante. 

«También el hecho de que no es un método tan fácil de conseguir como un preservativo masculino y que resulta un poco más caro. Es menos común y por lo tanto, más desconocido», considera Strate. 

Por otro lado, en cuanto a las ventajas, la principal es que su material no causa alergias ni irritación, que sí pueden sufrirse cuando se utilizan preservativos masculinos de látex. También es más resistente y por lo tanto, es más complicado que se rompa.

«La mujer tampoco depende de que el hombre se ponga el preservativo. Tiene, en cierto sentido, algo más de control. Pero también es verdad que la desventaja, si se ve desde el otro lado, es que la anticoncepción casi siempre recae sobre la mujer y casi todos los métodos anticonceptivos que existen, salvo el condón y la vasectomía, son dirigidos a ellas. En realidad, es un poco polémico el tema, pero yo considero que el hecho de que exista variedad a la hora de elegir un método anticonceptivo siempre es una ventaja», asegura la ginecóloga. 

¿Por qué no ha triunfado? Los expertos responden

Teniendo en cuenta la última encuesta publicada por la Sociedad Española de Contracepción (SEC), los métodos anticonceptivos más utilizados son el preservativo, siendo la elección de un 31,3 % de la población, un 18,5 % opta por la píldora anticonceptiva, un 4,3 % por el DIU de cobre y otro 4 % por el DIU hormonal. Aunque no se hacen diferenciación entre el preservativo masculino o femenino, lo cierto es que este último, no ha terminado de hacerse un hueco en el mercado. «Según algunos datos, lo utilizan el 1 % de las mujeres. Pero es cierto que habría que hacer un estudio un poco más en profundidad», precisa Strate. 

«Es mi opinión personal, pero yo creo que no ha llegado a triunfar por dos razones. Una, que no es tan accesible como el masculino. Y otra, que es muy farragoso de utilizar. El preservativo femenino no es complejo, pero sí complicado de colocar. Mucho más que el preservativo masculino. Con lo cual, en el contexto de la relación, utilizar un método que es complejo o que se tarda más en utilizar, la gente huye un poco», considera Raquel Sanz, ginecóloga en el Hospital Fundación Jiménez Díaz de Madrid y portavoz de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO). 

La doctora Sanz añade que «creo que también está relacionado con que existe una variedad muy grande de métodos anticonceptivos para el uso de las mujeres. Sobre todo aquellas con pareja estable que utilizan otro método anticonceptivo que no sea de barrera no optan por un anticonceptivo tan incómodo». 

«Es un método que ni siquiera se tiene muy en cuenta. Si nos ponemos a compararlo, por precio y por comodidad, se opta más por el masculino. Aunque también hay que tener en cuenta que se ha empezado a comercializar en el 1992. Parece mucho tiempo, pero tampoco es tanto. Pero existiendo otras opciones femeninas y el preservativo masculino, creo que tiene difícil ganar algo de terreno», concluye Strate. 

Cinthya Martínez Lorenzo
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Cinthya Martínez Lorenzo

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.