Todos los problemas de salud que provoca el tabaco (más allá del cáncer de pulmón)
VIDA SALUDABLE
El consumo de tabaco incrementa en un 70 % el riesgo de morir prematuramente por diversas enfermedades. Además, provoca alteraciones en el aspecto físico, problemas de fertilidad e incluso un debilitamiento del propio sistema inmunitario
05 jun 2023 . Actualizado a las 20:39 h.El tabaco es la primera causa evitable de enfermedad, invalidez y muerte prematura en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). En España, cada año mueren más de 50.000 personas debido al tabaquismo. Está relacionado con la aparición de múltiples enfermedades, de las cuales veinte son diferentes tipos de cáncer, según la International Agency for Reserach on Cancer (IARC). En el Día Mundial Sin Tabaco, te enumeramos, una a una, cuáles son. Al igual que otros problemas de salud que, aunque no se lleguen a considerar patologías, también se deben tener en cuenta. Como adelanto, advertir que muchas de ellas son desconocidas por la población general.
1. Cáncer de pulmón
Lo conocemos todos, pero sin duda, su incidencia requiere que sea el primero de esta lista. «El tabaquismo es la causa del 90 % de todos los casos de cáncer de pulmón», afirma Ángel Esteve Fernández Muñoz, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública, director del Centro Colaborador de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el control del tabaco del Instituto Catalán de Oncología y Coordinador del Programa de Epidemiología y Salud Pública del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (Idibell).
«Se sabe que fumar aumenta el riesgo de cáncer de pulmón y que, en función del tiempo que se fume, el riesgo va aumentando. Y tarda muchísimo tiempo en igualarse el riesgo de pacientes que no han fumado nunca con aquellos pacientes que dejaron de fumar. Es decir, siempre hay un mayor riesgo en los fumadores, independientemente del tiempo que hayan fumado», explica Mariano Provencio, oncólogo y presidente del Grupo Español de Cáncer de Pulmón.
2. Cáncer de esófago, páncreas, hígado, colon y recto, vejiga urinaria, cavidad bucal, laringe y leucemia mieloide aguda
La lista es extensa. El tabaquismo es un factor de riesgo para el cáncer de esófago, páncreas, vejiga urinaria, cavidad bucal y laringe. En este punto habrá quien se pregunte por qué el tabaco puede producir todos estos tumores. «El cáncer de pulmón se suele relacionar muy bien, pero en el de páncreas, por ejemplo, la gente puede preguntarse: ¿qué tiene que ver con lo que respiramos? La respuesta es sencilla. El problema es todo lo que lleva el humo de tabaco: como nicotina, alquitrán... La primera produce adicción al tabaquismo y tiene efecto a nivel cardíaco. Y las sustancias que componen el resto, nos encontramos con casi 3.000 tóxicos, incluyendo 70 cancerígenos».
«Esos tóxicos, entre ellos esos cancerígenos, entran a los pulmones —continúa explicando el doctor— y se extienden por la totalidad de estos órganos: los bronquios, los bronquiolos más pequeños e intercambian el aire que nosotros inhalamos hasta que, ese oxígeno o lo que haya disuelto en ese aire o en ese humo que el fumador inhala, llega a la sangre. las sustancias disueltas en el humo pasan al torrente sanguíneo. Por eso el pulmón es el primer órgano afectado directamente, pero después esto componentes tóxicos se distribuyen por todo el organismo y pueden ir a otros órganos. Por eso, el tabaco produce cáncer de boca y garganta, de mama, esófago, pero también de hígado, de estómago, de riñones, de vejiga, de cérvix, de páncreas, de colon y recto, que también se ha relacionado y leucemia mieloide aguda. Y todo esto es hablando de cáncer, porque el tabaquismo también causa muchas otras enfermedades».
Estos tóxicos del humo del tabaco no solo afectan a aquel que lo consume, sino que también afecta a los que están a su alrededor.
3. EPOC (bronquitis crónica y enfisema pulmonar)
«El tabaco también produce enfermedades respiratorias. La más importante, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, conocida como EPOC», señala Fernández. Esta patología causa inflamación crónica en los pulmones, obstruyendo el paso del aire y llegando a provocar insuficiencia respiratoria. Se calcula que afecta a un 11 % de la población española. «Se estima que aproximadamente el 20 % de los fumadores desarrollan la EPOC», indicó el neumólogo Javier de Miguel en una entrevista a La Voz de la Salud.
Fernández explica que se produce una degeneración del pulmón: «El tejido pulmonar pierde su actividad natural. De hecho, se cicatriza. Sus células, al contrario de lo que se suele creer, no se convierten en cancerosas, sino que mueren y cicatrizan. Por eso los pulmones se convierten en una especie de burbujas, vacías, con un problema: llega el aire hasta ellas, pero no está el tejido normal que permite el intercambio gaseoso».
La EPOC engloba a la bronquitis crónica y el enfisema, que en cualquier caso se traduce en un deterioro progresivo de la capacidad respiratoria. La bronquitis crónica es una afección pulmonar que se presenta con el tiempo en los bronquios. Estos se inflaman y forman cicatrices, provocando que los bronquios produzcan grandes cantidades de moco. Puede causar tos crónica y problemas respiratorios y la causa más común es el consumo de cigarrillos.
El enfisema pulmonar, al igual que la bronquitis crónica, es un trastorno respiratorio que implica un daño en los sacos que contienen el aire dentro de los pulmones, los alveolos. Así, sus paredes internas se debilitan hasta llegar a romperse, lo que hace que, en vez de existir múltiples espacios de aire pequeños, cada vez haya espacios más grandes. Se reduce la superficie de los pulmones y, en consecuencia, disminuye la cantidad de oxígeno que llega a la sangre, con una sensación de falta de aliento.
4. El asma
«En general, el tabaco agrava cualquier tipo de enfermedad respiratoria», avanza Fernández. «Por ejemplo, cualquier tipo de infección respiratoria en un fumador, es más fácil que se contagie. Porque sus tejidos están ya afectados por el efecto del tabaco», añade.
El asma no es producida por el tabaco en sí, tal como indica el doctor Fernández, pero sí se puede agravar: «En fumadores s más fácil que aparezca asma en edades adultas. Las personas asmáticas que fuman es terrible, porque tienen recurrencias del asma y episodios muchísimo más graves que las personas con asma que no fuman».
5. Hipertensión arterial
El tabaco influye directamente en las plaquetas, las células de nuestra sangre. «Se producen ateromas, que son las placas que se forman en las arterias cuando se van endureciendo. Esto provoca que suba la tensión arterial. El tabaco, directamente, hace que se estrechen las arterias y las venas, por lo que la circulación se hace mucho más difícil», explica Fernández.
6. Enfermedades coronarias: angina o infarto de miocardio
Ese estrechamiento de las arterias que provoca el tabaco hace que se entienda mejor esta cifra: el tabaquismo es la causa del 30 % de las cardiopatías coronarias. «¿De qué enfermedades estamos hablando? De angina de pecho, infarto de miocardio, así como trombosis pulmonares, que son como un infarto; se hace un trombo, deja de pasar sangre y un trozo de pulmón muere al igual que pasa con el infarto de miocardio que un trozo del corazón no tiene riego sanguíneo y deja de funcionar», señala el catedrático en medicina preventiva.
7. Accidentes cerebrovasculares: trombosis, hemorragias o embolias
«Los tóxicos que lleva el tabaco provoca que el hábito de fumar conlleve a que se aumenten los niveles de triglicéridos. Lo que sabemos que es un factor de riesgo para varias enfermedades cardíacas. Además, disminuye el colesterol HDL, el que la gente llama 'bueno'. Hace que la sangre sea como más líquida, pudiendo producir accidentes vasculares cerebrales», apunta Fernández.
Además, como ya se ha comentado anteriormente, el tabaco (en parte, debido a la nicotina), daña seriamente las arterias y las venas. Produce inflamación, provocando que estas funcionan peor y pudiendo llegar a formarse trombos.
8. Úlceras gastrointestinales y gastritis crónica
El tabaco empeora los síntomas y las lesiones esofágicas provocadas por el reflujo gastroesofágico. De esta forma, se incrementa el riesgo de aparición de úlceras de estómago y duodeno. En el caso de aquellos pacientes que ya lo sufren, existe mayor riesgo de complicaciones, como perforación, hemorragia o estenosis.
También influye en la enfermedad inflamatoria intestinal. En la enfermedad de Crohn, el consumo de tabaco se relaciona con una peor evolución. Y es un factor de riesgo para el desarrollo de pancreatitis, con acción sinérgica con el alcohol.
9. Problemas de visión: DMAE, cataratas y glaucoma
«La gente no lo conoce mucho, pero el tabaco también puede provocar problemas de visión», asegura Andrés Zamorano, presidente del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT) y coordinador del Grupo de Tabaquismo de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG). «Algunos estudios lo han relacionado con la aparición de cataratas, pero también con una enfermedad que se conoce como degeneración macular asociada a la edad, DMAE», añade.
Por su parte, Fernández confirma que, para los fumadores, el riesgo de cataratas está aumentado. «Al igual que otra enfermedad, por suerte menos frecuente, pero muy discapacitante, que es la DMAE. La degeneración macular se produce cuando el nervio óptico se ve afectado y la visión se altera completamente. Puede acabar en ceguera», remarca. Asimismo, hay datos que indican que fumar causa glaucoma, una enfermedad que aumenta la presión intraocular y puede dañar la visión.
10. Enfermedades del sistema nervioso: demencia y alzhéimer
El tabaquismo constituye un factor de riesgo para el desarrollo de demencia, un conjunto de trastornos que conducen al deterioro de la función mental. Entre ellos se encuentra la enfermedad de Alzhéimer. «Es muy desconocido por la gente, pero el tabaquismo, es un factor de riesgo para este tipo de patologías. Para las cuales, recalcar que no existe ni cura ni tratamientos», advierte Zamorano. Según estimaciones de la OMS, el 14 % de los casos de alzhéimer diagnosticados en el mundo se atribuyen al tabaquismo.
12. Diabetes
La propia OMS ha confirmado que el tabaquismo, e incluso la exposición al humo del tabaco ajeno, está asociado con la diabetes tipo II.
13. Alteraciones en la composición de la saliva, periodontitis y caries dental
«El tabaco altera enormemente la composición de saliva. Esta es muy importante para mantener la boca libre de infecciones y para protegerla. Los fumadores tienen peor salud bucodental, tienen más riesgo de caries dental y de periodontitis, que es una enfermedad inflamatoria de las encías, muy dolorosa, que puede llevar a la pérdida de piezas», apunta Fernández.
14. Alteraciones en la menstruación y con la menopausia, con mayor riesgo de osteoporosis
«Las menstruaciones son más dolorosas en las mujeres fumadoras y, además, los síntomas durante la menopausia son más graves», asegura Zamorano. De hecho,esta última llega de uno a cuatro años antes en las mujeres fumadoras, porque el tabaco reduce la producción de óvulos, lo cual resulta en la pérdida de la función reproductiva y la reducción de la concentración de estrógenos. Por eso, el tabaquismo en las mujeres también se relaciona con un mayor riesgo de sufrir osteoporosis.
En realidad, todos los fumadores, en general, tienen una mayor propensión a perder densidad ósea y a sufrir fracturas. Y estas, se pueden curar con mayor lentitud o menor eficacia, cursando complicaciones graves.
15. Debilitamiento del sistema inmunitario
Las sustancias contenidas en el humo del tabaco debilitan el sistema inmunitario y exponen a los fumadores a sufrir infecciones pulmonares. Aquellos que cuentan con una predisposición genética a sufrir trastornos autoinmunes tienen mayor riesgo de contraer varias enfermedades, como la artritis reumatoide, la enfermedad de Crohn, la meningitis bacteriana, las infecciones posquirúrgicas y el cáncer.
Asimismo, los fumadores inmunodeprimidos, como los que tienen fibrosis quística, esclerosis múltiple o cáncer, corren más riesgo de presentar síntomas comórbidos y de fallecer prematuramente.Y no solo eso, ya que los efectos inmunosupresores del tabaco aumentan el riesgo de contraer el sida en los infectados por el VIH. De hecho, el promedio de años de vida perdidos en los fumadores VIH-positivos es de 12,3, más del doble de la cifra correspondiente a los que no fuman, según datos que proporciona la OMS.
16. Problemas de fertilidad e incluso problemas en la descendencia
«El tabaquismo afecta doblemente a la fertilidad. Por un lado, a la capacidad de los hombres justamente por lo que comentábamos antes las arterias se estrechan y se hacen más duras. Con lo cual, eso impide o es un factor que va en contra de erecciones normales que puedan tener los hombres. Muchos fumadores tienen impotencia prematura, antes de que les toque», subraya Fernández. A lo que añade: «Lo que es más grave también es que el tabaquismo afecta al esperma de los hombres. Con lo cual, reduce la fertilidad y además, puede producir alteraciones en los espermatozoides que se asocian con efectos sobre el nacimiento. Son niños en los cuales, ese espermatozoide tiene algunas alteraciones y puede dar lugar a defectos en el nacimiento o incluso abortos». Es decir, se reduce tanto el número de espermatozoides y su motilidad y también afecta a su morfología.
Dejar de fumar reduce la dificultad para quedarse embarazada, los nacimientos prematuros, los bebés con bajo peso al nacer y los abortos.
17. Bebés de padres fumadores: riesgo de muerte súbita del lactante, bajo peso, complicaciones en su función pulmonar
«El tabaquismo del padre o de la madre se relaciona con un mayor riesgo de muerte súbita del lactante. Algunos tienen un origen cardíaco, pero la otra causa que se ha asociado a este terrible tipo de muerte es que los padres sean fumadores. Además, los niños de padres fumadores tienen una función pulmonar, cuando nacen, cuando todavía no han utilizado nunca los pulmones porque nunca han inhalado aire y expanden los pulmones con las primeras bocanadas de aire, ahí la función pulmonar de los niños de padres fumadores también es menor», explica Fernández.
Por si todo esto no fuese poco, el catedrático en medicina preventiva y salud pública, añade más efectos perjudiciales en el caso menores que crecen en entornos tabáquicos: «Los hijos de padres que fumadores y que están expuestos al humo ambiental del tabaco tienen mayor riesgo de infecciones de vías respiratorias y más riesgo de otitis agudas de repetición. Es importante porque la enfermedad, el humo del tabaco, afecta a los conductos auditivos y tienen mucha más facilidad de padecer infecciones de los oídos».
18. Alteraciones en el aspecto físico
El tabaco provoca arrugas en la piel, por lo que da apariencia de tener más edad. Fumar también provoca un envejecimiento prematuro de la piel debido al desgaste de las proteínas que le dan elasticidad, la depleción de la vitamina A y la reducción del riego sanguíneo.
La piel se queda seca y curtida. Pero, además, se aumenta el riesgo de padecer psoriasis, una enfermedad inflamatoria y no contagiosa de la piel que se manifiesta en forma de manchas rojizas, pruriginosas y exudativas que afectan a todo el cuerpo.
El consumo de tabaco incrementa en un 70% el riesgo de morir prematuramente por diversas enfermedades. Este mayor riesgo es directamente proporcional al tiempo que se lleva fumando, a la cantidad de cigarrillos que se fuman a diario, a la profundidad de la inhalación del humo y al contenido en nicotina y alquitrán de la marca fumada.
Fuente: Ministerio de Sanidad
¿Son mejores los vapeadores o los cigarrillos electrónicos?
En realidad, no. «No hay una reducción del daño como se quiere hacer creer, simplemente una modificación del mismo. Los cigarrillos electrónicos son un invento de la industria tabacalera para que la gente empiece a fumar antes de tiempo. Estamos hablando de jóvenes que tienen contacto con la nicotina a los once años, que son preadolescentes. Sabemos a ciencia cierta que hay algunos niños que en su primera comunión reciben como regalo vapeadores. Y también tenemos datos de que en algunos puestos de tiro de ferias uno de los premios es un cigarrillo electrónico. Si esto no se regula, ya sabemos lo que va a pasar», advierte Zamorano.
«Los vapeadores son un arma de doble filo», concuerda Fernández. «Aparecieron en el mercado como una 'ayuda' para dejar de fumar, cuando tenemos medicamentos que son mucho más eficaces para este fin. Además, tienen peligros. El primero, que la mayoría tienen nicotina. Segundo, se están vendiendo como artilugios libres porque se habla de un 95 % menos de riesgo, cuando es una cifra falsa que una agencia instigada por empresas de vapeadores empezó a diseminar. Ha sido como una mentira repetida mil veces que parece que se convierte en verdad. Pero no está demostrado que sean un 95 % menos peligrosos», amplía el doctor.
Aunque es cierto que los cigarrillos electrónicos y los vapeadores no contienen algunas de las sustancias tóxicas y cancerígenas, sí existen otras en sus líquidos cuando se calientan a bastante temperatura. «Aparecen algunas sustancias que no están en el tabaco, como metales pesados, como el cobre o el níquel», subraya el doctor Fernández.