Juguetes sexuales y suelo pélvico: «Un orgasmo es como hacer mil ejercicios de kegel»

Laura Inés Miyara
Laura Miyara LA VOZ DE LA SALUD

VIDA SALUDABLE

Satisfyer
Satisfyer

Analizamos los efectos en la musculatura del succionador de clítoris, la última generación de juguetes para la estimulación sexual

07 jul 2023 . Actualizado a las 16:59 h.

Año 2014. Mientras Taylor Swift arrasaba con su álbum titulado 1989, Marvel presentaba la primera entrega de la saga Guardianes de la galaxia. Y, bajo las sábanas de millones de personas, otro lanzamiento completaba los planes para disfrutar en soledad o en compañía. Era el Womanizer, el primer succionador de clítoris que apareció y que hizo estremecer al mercado de juguetes sexuales. Todo comenzó con este invento desarrollado por un alemán de setenta años llamado Michael Lenke. Un producto que llegó a convertirse en una auténtica revolución.

En los años posteriores a su debut comercial, los succionadores se han ido perfeccionando, aumentando su potencia e introduciendo elementos como el control a distancia a través de apps, la vibración o la estimulación vaginal interna en simultáneo. La pandemia ayudó a impulsarlos: las restricciones hicieron que más personas exploraran el sexo en solitario y las ventas se dispararon. Hoy, las búsquedas de succionadores de clítoris arrojan casi 600.000 resultados en Google y todas las encuestas al respecto aseguran que estos juguetes permiten alcanzar el orgasmo en menos de dos minutos. Incluso hay quienes obtienen en cuestión de segundos sensaciones que, para mucha gente, son difíciles de lograr en tan poco tiempo sin esa ayuda. Pero ¿qué efectos tiene el uso de estos productos en nuestra salud?, ¿se pueden recomendar en todos los casos?

Qué es un succionador de clítoris

Un succionador es un juguete sexual que, a través de ondas vibratorias sin contacto directo, permite estimular el clítoris sin tocarlo. Se genera una ligera succión sobre los genitales que, con las ondas vibratorias, provoca una sensación placentera de ventosa que muchas usuarias han comparado con el sexo oral.

Succionador y costumbre

¿Es malo acostumbrarse a usar un juguete para alcanzar el orgasmo? Esto es algo que se preguntan muchas personas. «A lo largo de la historia, el placer de las mujeres siempre ha estado cuestionado y hemos pasado de que nuestro placer le importara nada a nadie a que, de repente, seamos dueñas de él y el clítoris sea su protagonista. Esto anima a las mujeres a tener orgasmos y visibilizarlos y además nos enteramos de que, si quieren, las mujeres pueden tener orgasmos fácil y rápidamente. Esto rompe con un mito muy arraigado que nos dice que las mujeres somos más lentas teniendo orgasmos», señala la sexóloga Laura Cámara.

Pero entonces, ¿puede ser perjudicial acostumbrarse? En realidad, no. «El placer necesita de aprendizaje. Necesita de aquella manera que a ti y solo a ti te lleva al orgasmo. Todas las personas tienen una forma preferida a la cual están acostumbradas para llegar al orgasmo. Para algunas, puede ser acariciar el clítoris de una forma determinada, puede ser una postura, o un juguete», observa Cámara, y añade que, del mismo modo, la mayoría de las personas con pene se masturban frotándolo siempre de la misma manera sin que esto suponga ningún problema.

También hay que puntualizar que, en contra de lo que este «acostumbramiento» pueda indicar, los juguetes sexuales no causan ningún tipo de desensibilización del clítoris o a nivel genital en general. Se trata, en este caso, de otro mito. Aunque el orgasmo conseguido con un juguete pueda ser más rápido que otros, ni los nervios ni los músculos pueden perder sensibilidad con su uso. Otra cosa distinta es acostumbrarte al subidón de dopamina de un juguete y tener que variar de vez en cuando. Pero «no hay evidencia científica alguna que avale que los succionadores de clítoris tengan efectos negativos contrastados sobre las propiedades musculares del periné», indica la fisioterapeuta especialista en suelo pélvico Raquel Leirós Rodríguez.

Disfunciones y juguetes

Podríamos pensar que aquellas personas que sufren alguna disfunción sexual son quienes más pueden beneficiarse de los dispositivos que pueden dar algún apoyo en este sentido, como lo son los succionadores de clítoris. Sin embargo, esto no siempre es así. En realidad, hay que individualizar caso por caso.

Cuando hablamos de algo tan subjetivo como la sexualidad, no se puede generalizar. Esto es lo primero que aclara la fisioterapeuta del suelo pélvico Concepción Pérez Castro, del Centro de Salud Dobra de Torrelavega, en Cantabria. Hay que tener en cuenta que el ciclo sexual tiene varias fases: el deseo, la excitación, la meseta, el orgasmo y la resolución.

«Lo que intentamos es ver cuáles son las disfunciones que hay. En función de los problemas que presente la persona dentro del ciclo sexual, podremos rehabilitarla. Tanto si es en el deseo, como si es en la excitación, como si es en la meseta, podemos dar una solución. Pero lo primero es siempre conocer el momento del ciclo en el que se encuentre la patología de la persona», explica.

En este sentido, introducir juguetes sexuales para facilitar el orgasmo en personas a las que les cuesta lograrlo, cuando todavía no tenemos claro el origen de las dificultades que pueda haber en la sexualidad, puede ser una decisión precipitada. «Claro que utilizamos juguetes eróticos, pero a veces no es la primera opción que tenemos. Porque, a lo mejor, necesitamos rehabilitar otra disfunción primero. Pero los juegos y juguetes eróticos facilitan el orgasmo y el orgasmo es un gran potenciador del suelo pélvico. Un orgasmo es como hacer mil ejercicios de kegel. Entonces, no es que nunca se recomienden los succionadores. Hay que individualizar», insiste Pérez Castro.

De hecho, «cada vez son más las investigaciones científicas que incluyen el uso de dispositivos de este tipo en protocolos de tratamiento para el abordaje de disfunciones sexuales como la dispareunia, o dolor a la penetración, el síndrome genitourinario asociado a la menopausia o disfunciones sexuales producto del tratamiento oncológico con radio, quimioterapia o cirugía por cáncer ginecológico. Eso sí, el uso de estos dispositivos de momento no ha demostrado tampoco efectos positivos de forma aislada, sino dentro de protocolos complejos en los que fundamentalmente se incluyen sesiones sobre educación sexual, terapia cognitivo-conductual, preferiblemente involucrando también a la pareja, terapia manual lumbo-pélvica y ejercicios específicos de conciencia corporal y entrenamiento de la musculatura perineal. En cualquier caso, no está contrastado científicamente el efecto negativo de estos dispositivos», subraya Leirós Rodríguez.

Incluso entre aquellas personas que tienen la misma disfunción, las cosas pueden variar. Por eso, subraya Pérez Castro, hacer recomendaciones generales no es lo más adecuado. Entonces, ¿cuál es el rol de los juguetes sexuales en la rehabilitación del suelo pélvico? Esto dependerá de lo que cada una necesite. Pero la fisioterapeuta considera que podrían estar indicados para mejorar la excitación cuando esta no es suficiente. «Si está mermado el deseo, tendré que trabajar con estímulos para volverlo a conseguir. Sin embargo, si está mermada la excitación, tengo que ver por qué es y a lo mejor sí que necesito incluir algún juego erótico para volverla a potenciar», explica.

El orgasmo está en tu mente

Aunque las sensaciones a nivel erótico son fundamentales para iniciar y conseguir la excitación, lo cierto es que no lo son todo si hablamos de los elementos que intervienen para alcanzar un orgasmo. Así, señala Pérez Castro, «muchas veces, el orgasmo está en la cabeza. Es decir, no hay orgasmos clitorianos ni vaginales. Hay que pensar de otra manera. El erotismo está en una serie de cosas, no es solo clítoris o penetración».

Cuando hay dificultades para conectar con el placer en pareja, puede ocurrir que busquemos ese apoyo externo de elementos como un vibrador o un succionador. Y esto puede ser útil, pero hay que contextualizar los casos. En ocasiones, el uso del juguete sexual puede acabar desplazando otro tipo de encuentros que requieren mayor esfuerzo en su planificación y, desde luego, más de dos minutos de nuestro día.

Así lo explica Pérez Castro: «Muchas veces, las relaciones hay que trabajarlas para que se cree un círculo de recompensa en las hormonas y el cerebro. Si yo dejo de tener relaciones sexuales porque no tengo tiempo, va mermando la capacidad de recompensa de la dopamina y hay que intentar volver a activarla, buscar tiempo de pareja, buscar estímulos. Si yo tengo una relación cada tres semanas, difícilmente pueda llegar a tener esa excitación y ese orgasmo tan rápidamente».

Al final, de lo que se trata es de explorar distintos estímulos y aquí es donde los juguetes sí que pueden ser útiles. Porque todo comienza con el propio cuerpo. «Lo que tenemos que hacer es aprender a recuperar la sexualidad con uno mismo, porque a partir de eso podemos practicarla en pareja. Si yo necesito juguetes sexuales para recuperarla, a lo mejor lo que tengo es un problema de excitación y con esto consigo excitarme. Pero tengo que aprender a disfrutar de la sexualidad primero conmigo mismo. Es decir: lo primero que hay que hacer es autoconocerse. Ver un poquito cómo puedo aprovechar mi cuerpo para mejorar mi relación sexual disfrutando antes conmigo misma y una vez que tengo eso, puedo llevarlo a la pareja», propone Pérez Castro.

Conforme pasa el tiempo, si estamos en una relación a largo plazo, introducir estímulos novedosos va a ser importante para mantener estos niveles de excitación que al principio quizás se conseguían con más facilidad. Los juguetes pueden ayudar en este sentido, además de alimentar la fantasía, que siempre es clave. «Hay que intentar que el coito no se resuma en la penetración. Es mucho más: los preliminares, la excitación de todo el cuerpo. Tenemos que buscar muchísimos estímulos tanto visuales como táctiles para que la sexualidad no se venga abajo. Lo que intentamos hacer entender a los pacientes es que hay que aprender a leer, a mirar y a fantasear para que no se pierda la magia», dice Pérez Castro.

Guía rápida para usar juguetes sexuales

Si ya tienes tu succionador o si utilizas algún otro juguete, es importante tener en cuenta que estos productos, al igual que todo lo que entre en contacto con tu cuerpo, se tienen que mantener correctamente higienizados y guardados en lugares adecuados para evitar problemas. Estas son algunas medidas de seguridad que conviene seguir con todos los juguetes sexuales de manera general:

  • Introduce en el cuerpo solo productos diseñados para ese fin
  • Evita pasarlos de una parte del cuerpo a otra sin antes limpiarlos
  • Lee atentamente las instrucciones de cada producto y no las deseches. Si están impresas en una caja y la quieres tirar, hazle una foto
  • Lávalos con jabón neutro después de cada uso, sin sumergir las áreas donde van las pilas u otros elementos para la carga
  • Guárdalos secos en una bolsa de tela o en su envase original
  • Si los vas a compartir con otra persona, colócales un preservativo
  • Los elementos que no tengan ensanchamiento en la base o un «tope» de algún tipo no deberán introducirse en el sexo anal
  • No olvides que los elementos diseñados para estimulación anal deben ser esterilizados con desinfectante después de cada uso

Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.