El maestro Shaolin que triunfa con ejercicios de hace 1.500 años: «No hay forma más rápida y directa de aumentar los niveles de energía que regulando la respiración»
VIDA SALUDABLE
El reconocido Shi Heng Yi, cuyas rutinas de artes marciales acumulan cientos de miles de visualizaciones en YouTube, explica algunos de los ejercicios más útiles y sorprendentemente simples para lidiar con la ansiedad y el estrés en el día a día
06 jul 2024 . Actualizado a las 21:59 h.En un mundo moderno cada vez más atravesado por la ansiedad y el estrés, las disciplinas budistas, con recursos como la meditación, los ejercicios de respiración y las posturas de trabajo del equilibrio, plantean un cambio de enfoque hacia el interior para liberarnos de las preocupaciones o de las expectativas acerca del futuro y vivir conscientemente en el momento presente. Esto es, en esencia, lo que propone el maestro Shi Heng Yi, a cargo del templo Shaolin Europa, ubicado en Alemania.
Iniciado en las artes marciales de la tradición Shaolin a la temprana edad de cuatro años, Shi Heng Yi continuó en este camino hasta llegar a convertirse en maestro a los 18. «Mi padre me metió en la escuela. Desde entonces hasta hoy nunca he dejado de entrenar Kung Fu», cuenta a La Voz de la Salud.
Hoy, el maestro Yi se dedica a divulgar las técnicas de esta tradición milenaria, que ofrecen beneficios para el bienestar transmitidos a lo largo de siglos. En una época en la que, más que nunca, necesitamos reforzar la conexión entre la mente y el cuerpo, que se ha ido perdiendo a medida que las multitareas y las pantallas se apoderan de nuestras vidas, Yi propone algunos ejercicios que todos deberíamos realizar para mantener el equilibrio mental y físico. En su nuevo libro, El camino Shaolin (Temas de hoy, 2024), detalla los pasos a seguir y comparte la filosofía que durante 1.500 años ha ayudado a las personas.
¿En qué consiste la filosofía Shaolin?
En palabras de Shi Heng Yi, «la meditación es la base del Shaolin. Hay diferentes maneras de acercarse a esto. Una de ellas es a través de la práctica del Kung Fu Shaolin. El mayor desafío dentro de esa filosofía es descubrir la interacción de fuerzas aparentemente opuestas, como el Yin y el Yang, la dureza y la suavidad, el querer y el ser. El camino para descubrir la interrelación entre estas fuerzas es el mayor desafío, porque consiste en conectar la vida y la muerte», explica.
Se trata, en definitiva, de una filosofía muy centrada en la aceptación, una cualidad que se ha relacionado con el bienestar psicológico, ya que ayuda a soltar preocupaciones y rencores. «El espíritu Shaolin no transforma los hechos y los acontecimientos del mundo exterior, sino que explora y refuerza los puntos de vista y las cualidades de tu mundo interior, el área que te permite experimentar la vida. Esto significa unir de nuevo tu cuerpo y tu mente, contemplar tu interior para reconocer quién eres en realidad. Esta comprensión es absolutamente independiente del mundo material y de tus condiciones de vida, y está muy alejada de las expectativas que te impone tu entorno y que probablemente has estado intentando cumplir hasta el momento», señala el maestro.
Lecciones para la vida
Las técnicas que explica el maestro Yi no sirven de mucho sin el contexto de esta filosofía milenaria. En este sentido, afirma que la lección más importante que ha aprendido en su camino Shaolin es que «se debe prestar la debida atención al cultivo de la mente y, simultáneamente, al cultivo de las facultades físicas».
No debemos quedarnos en uno solo de estos planos. «No se trata de coleccionar posturas, aprender movimientos o alcanzar algún tipo de formas externas y superficiales. Es la profundidad que le damos a cualquier acción que se ejecute en esta vida lo que revela el entrenamiento que hemos realizado y la percepción de la vida que hemos alcanzado», explica.
«La vida es limitada. Tomar conciencia de la energía que invertimos en esta vida es un aspecto esencial e importante para no malgastarla en nada que no sirva o que no tenga relevancia desde una perspectiva más amplia. Entrenarnos en ser más conscientes de esta energía y ser capaces de observar nuestras propias acciones y ponerlas en perspectiva es un deber y es también lo que me motiva para la práctica, porque es una forma de aprovechar al máximo la vida», observa el maestro.
Así, señala que la forma más rápida y efectiva de lograr un cambio significativo en nuestra vida es trabajando a partir de tres pilares: «la mentalidad, la dieta y la respiración. Integrar cambios respecto al estilo de vida que tenemos diariamente, mejorar nuestra alimentación e invertir tiempo en aprender a mejorar nuestra conexión con la respiración son tareas que pueden ayudarnos».
Respiración consciente
El organismo de un ser humano necesita oxígeno para mantener el funcionamiento de todas sus células. «Si conseguimos mejorar la aportación de oxígeno y la calidad de nuestra respiración, podremos aumentar nuestro rendimiento físico y mental. No hay forma más rápida y directa de aumentar los niveles de energía que regulando la respiración», indica.
En este sentido, la clave no está en realizar un ejercicio específico sino, ante todo, en empezar a hacernos conscientes de nuestra respiración y de sus diferentes componentes, jugando con ellos para irlos modificando. Como señala Yi, «la respiración es mucho más que inhalar y exhalar. Se puede ajustar el volumen, la profundidad y la plenitud de la respiración. También se puede regular la velocidad de inhalación o exhalación. Pero en primer lugar, ser más conscientes de la respiración e integrarla en todos los estados del ser durante el día es el punto de partida para aumentar la consciencia sutil de la profundidad inherente a todo lo que nos rodea».
«Pero no es una técnica lo que nos hace estar presentes. Es la eliminación de la información irrelevante, las actividades irrelevantes, los pensamientos irrelevantes que nos impiden darnos cuenta de que la presencia del ser es todo lo que hay», señala.
Así, antes que seguir una serie de pasos, el maestro propone detenernos a observar la profundidad, la duración y el ritmo de nuestras respiraciones. Este enfoque de la atención eleva y mejora la calidad respiratoria. Partiendo desde allí se puede llegar a detectar tensiones musculares en el cuerpo debidas a una respiración que no es del todo correcta, y de este modo, aliviar con una respiración profunda esas tensiones o dolores.
La técnica del poste
En su libro, Shi Heng Yi propone un método para entrenar la fuerza de voluntad sosteniendo algunas posturas de pie. Esta práctica se conoce como zhan zhuang, que literalmente se traduce como «permanecer de pie como un poste», e incluye varias posiciones con diferentes grados de dificultad en cuanto al equilibrio.
¿Cómo funciona esta técnica y qué nos aporta? «Que el cuerpo a nivel físico esté quieto y no se mueva no significa que la vida esté parada. Estando de pie, se da la posibilidad de prestar más atención a todos los movimientos finos y sutiles que siguen ocurriendo dentro de nuestro cuerpo. Especialmente cuando las posturas de pie implican un cierto grado de esfuerzo y la intensidad necesaria para mantenerse en equilibrio, se hace cada vez más evidente la gran influencia que tiene la mente en todas nuestras acciones físicas», explica el maestro a La Voz de la Salud.
«Las prácticas de bipedestación sirven para desarrollar una comprensión más profunda de todos los procesos que tienen lugar en nuestro interior y también aumenta la capacidad de entender la conexión entre lo que está dentro de nosotros y lo que está fuera. Sirve como ejercicio de fortalecimiento físico y como práctica de desarrollo mental», detalla.
Así, propone una postura con los pies paralelos, separados aproximadamente el ancho de los hombros o las caderas, las rodillas levemente flexionadas, el torso erguido y los brazos colgando junto al cuerpo, con las manos mirando hacia las caderas, sin tocarlas. «Imagina que tienes un hilo atado a la coronilla que tira de ti hacia el cielo», sugiere Yi.
Este ejercicio está concebido para reforzar la fuerza de voluntad no solo a nivel físico sino, especialmente, a nivel mental. Tu fuerza de voluntad está esencialmente ligada a tu intención y con mucha paciencia y una práctica continuada te permitirá cultivar tu vitalidad y tu fuerza», asegura Yi. ¿Cuánto tiempo debemos permanecer así? «La duración puede prolongarse entre cinco y treinta minutos», indica.
Aunque estar de pie parezca poco en comparación con las rutinas de ejercicios que se realizan en el gimnasio, esta técnica tiene efectos beneficiosos para nuestro estado de ánimo. «La quietud de la postura ofrece a tu mente el tiempo y el espacio que necesita para ocuparse de sí misma y de tu cuerpo», afirma el maestro. Una vez dominada una posición, se puede pasar a otra. Así funcionan las rutinas Shaolin.
El camino del medio
Ante cualquier bifurcación en nuestro camino, observa Yi, debemos tomar una decisión. El maestro recomienda evitar hacerlo de manera precipitada. «Dedica el tiempo que necesites a visualizar las diferentes posibilidades con las que podrías encontrarte según el camino que tomas. Céntrate sobre todo en los pensamientos que limiten tu margen de maniobra. Sé consciente de que, de momento, no son más que pensamientos que te sirven para visualizar tus opciones», sugiere.
«Ahora, imagina un péndulo en reposo. Cógelo y tira de él hacia ti. Tendrás que aplicar un poco de fuerza para mantenerlo en esa posición, no puedes soltarlo. En ese caso, el péndulo no solo volvería a la posición de inicio, sino que seguiría oscilando hasta llegar al punto opuesto, alejándose de ti antes de detenerse tras unos cuantos vaivenes. Lo mismo ocurriría si lo alejaras en lugar de atraerlo hacia ti», describe.
Lo que el maestro Shaolin explica con esta analogía es que las personas nos aferramos a las cosas, nos apegamos a ellas y no queremos desprendernos, porque refuerzan una sensación de permanencia y seguridad. Sin embargo, como ha señalado con el péndulo, «en cuanto te aferras a algo, se vuelve rígido y pierde su margen de movimiento. Al mismo tiempo, tú también pierdes margen de maniobra y dedicas tu energía a conservar y aferrarte a ese objeto o sentimiento».
Por eso, tanto si queremos aferrarnos a algo como si lo evitamos, habrá estados emocionales asociados a esos deseos y Yi nos recuerda que todos ellos son pasajeros. Esto, por supuesto, no significa que no nos podamos apegar a las personas que queremos. Más bien, se trata de evitar que nuestro poder de decisión se vea afectado por las oscilaciones del péndulo o, lo que es lo mismo, por esos estados emocionales. Esto es lo que el maestro llama el camino del medio y está claramente vinculado al principio de la aceptación.
En este sentido, la clave está en permanecer abiertos a que todo cambie. «Si ocurre algo que te gusta, por supuesto, puedes y debes alegrarte de que haya aparecido en tu vida. Sin embargo, cuando te des cuenta de que el momento está pasando, no te aferres a él. Acepta la despedida y contribuye a ella», recomienda. «Cuando comprendes que no hay nada duradero, entonces eres libre. Te has liberado de la ilusión de tener el control sobre cuándo se romperá una taza o cuándo terminará la vida», concluye.