Luis de la Fuente y sus músculos a los 63 años: ¿cuál es su secreto para parecer más joven que hace veinte años?

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Luis de la Fuente, durante una sesión de entrenamiento de la Eurocopa 2024.
Luis de la Fuente, durante una sesión de entrenamiento de la Eurocopa 2024. MOHAMED MESSARA | EFE

El cambio físico del entrenador de la Selección Española de Fútbol llamó la atención en redes sociales, analizamos las claves

16 jul 2024 . Actualizado a las 16:31 h.

En diciembre del 2022, cuando Luis Enrique se despedía de la Selección Española de Fútbol tras caer eliminado frente a Marruecos en la tanda de penaltis en octavos de final, Luis de la Fuente (1961, Haro), el ingeniero de esta Eurocopa 2024, se presentaba como su sustituto. Un hombre de la casa con un palmarés reconocido en categorías inferiores. 

Mientras la noticia se hacía pública, el entrenador estaba en el gimnasio. O al menos, eso es lo que se mostraba en el programa Informe Plus+ de Movistar Plus+, que en junio del 2023 emitía el Informe Luis de la Fuente. «Luis, me acabo de enterar ahora de que eres el nuevo seleccionador», le decían en una nota de voz, mientras que él, en forma, hacía extensiones de tríceps con una mancuerna de 22 kilos y curl de bíceps con otros tantos. 

Sin embargo, su pasión por el ejercicio de fuerza no llamó la atención hasta que España avanzó en el torneo europeo y se popularizó una comparación de dos fotos del riojano: en la primera, que databa de hace unos 20 años, y la segunda, de los últimos meses. «El ejercicio físico como la mejor terapia anti envejecimiento en una foto», decía el doctor Joaquín Puerma, endocrinólogo, en su cuenta de X (antes Twitter). 

Su filosofía, la que resume en «trabajo, trabajo y trabajo», se aplica también a su vida deportiva. «El gimnasio es mi santuario, un lugar donde puedo desconectar del estrés del trabajo y centrarme en mí mismo», comentaba en el documental. 

¿Qué tiene el ejercicio de fuerza que le ha permitido, a ojos de muchos, rejuvenecer? Los beneficios son muchos y, cada vez, se unen más a la lista. El levantamiento de pesas —que si alguien es principiante puede comenzar con la carga de su propio cuerpo— mejora la composición corporal porque aumenta la masa y la calidad muscular, esto último, si cabe, todavía más importante. Contribuye a la reducción del porcentaje graso, especialmente, de la grasa visceral, la cual se asocia a un mayor riesgo de enfermedades. 

A su vez, «incrementa el metabolismo basal, mejora el perfil lipídico, reduce la inflamación crónica y optimiza el exceso oxidativo y la capacidad antioxidante. Además, mejora la sensibilidad a la insulina, la homeostasis a la glucosa e incluso presenta beneficios en el sistema inmune», comentaba Víctor Díaz, educador físico especializado en prevención y recuperación de lesiones, y en actividad física y salud, en este reportaje

No solo esto, sino que el trabajo de cargas es también el mejor amigo del hueso. La estructura ósea es especialmente sensible al estrés provocado por los impactos de moderada a alta intensidad, «y el ejercicio de fuerza es la mejor opción para generar estos estímulos con el objetivo de preservar o mejorar la densidad mineral ósea», añadía Díaz. 

Una polipíldora

Así, es visto por parte de la comunidad médica como un seguro de vida que ayuda a vivir más y mejor. Como una polipíldora. De hecho, existen estudios que equiparan la calidad de músculo en el cuerpo como un buen indicador de la supervivencia, por ello tratar de preservarlo debería ser el objetivo para todos. Parece que el entrenador de la selección española conoce de cerca la lección. 

En los últimos años, la concepción que se tenía de la estructura muscular ha cambiado. Antes, se hablaba del músculo como un tejido que permitía generar un movimiento, mientras que ahora, «lo debemos contemplar como un órgano endocrino. Es decir, cuando el músculo está en inactividad apenas produce sustancias beneficiosas para la salud, pero cuando se contrae produce más de 50 sustancias que nos favorecen en un estatus antiinflamatorio», explicaba José López Chicharro, doctor en Medicina y Cirugía, catedrático de Fisiología del Ejercicio y médico especialista en Medicina de la Educación Física y el Deporte, en este artículo.

El experto detallaba que, al contrario de lo que se solía pensar, el corazón no se enfermaba por la falta de movimiento —«ya que es lo que hace constantemente»—, sino porque los músculos no generan dichas sustancias beneficiosas y el tejido adiposo, por su parte, «produce otras que son proinflamatorias», añadía. Así, reivindicar que este tejido deba verse como «el eje» de la salud, de manera que el resto de órganos «estuviesen ahí para servirlo». 

Ejercicio de fuerza, inflamación y envejecimiento

Precisamente, por su efecto antiinflamatorio, el ejercicio de fuerza debe considerarse como una de las mejores medidas antienvejecimiento. La inflamación es uno de los fenómenos que entra en juego según la persona va cumpliendo años. Se relaciona con la inmunosenescencia y se basa en que, con la edad, se produce una inflamación crónica y de bajo grado, caracterizada por la liberación de citoquinas, unas proteínas proinflamatorias. 

Además, con los años, también se reduce el número de células madre, encargadas de regenerar los tejidos, y las mitocondrias en las células, cuya función es la de producir energía a partir del oxígeno, se vuelven menos eficientes y liberan más radicales libres. La naturaleza juega en nuestra contra pero el ejercicio puede hacer de buena defensa.

¿La razón? El movimiento favorece la biogénesis mitocondrial, o lo que es lo mismo, la creación de nuevas mitocondrias. «Se crean unas nuevas que producen energía y se destruye las que no funcionan bien. Esto es lo que hace que el cuerpo genere energía de forma más eficiente», señalaba Javier Butragueño, doctor en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, coordinador del grupo de trabajo de ejercicio de la Sociedad Española de la Obesidad, en este reportaje.

De hecho, este motivo explica que la persona, al cabo de un tiempo y con práctica de ejercicio acumulada, se sienta con mayor vitalidad, menos cansada y con menos dolores. «Su sistema inmune es capaz de recuperarse y de eliminar lo que no está bien gracias a la energía de la mitocondria», concluía el experto.