La importancia del detalle

La Voz C. C. | CHANTADA

LEMOS

19 feb 2003 . Actualizado a las 06:00 h.

Trabajan milímetro a milímetro. Las especialistas de la empresa Ábside comenzaron ya la complicada restauración de la estructora interior de madera de la cúpula de San Salvador de Asma, la popular iglesia del Convento de Chantada. En poco más de un mes, el artesonado estará libre de insectos, tendrá estabilizada su estructura y habrá recuperado el color. «Es más complicado que otras restauraciones porque tienes que trabajar encima de la plataforma», dicen Marina Fernández y Marta Cespón, la diplomadas en restauración que se suben todos los días al andamio de seis metros de altura instalado en el ábside de la iglesia. Ya han aplicado los productos químicos que deberían erradicar los hongos y los insectos xilófagos que han corroído el artesonado, de estilo renacentista igual que el altar mayor de este monumento.Inmediatamente, empezarán con la consolidación de la estructura. Para eso, será necesario acoplar piezas de madera nuevas en los trozos que están más deteriorados o que, simplemente, han desaparecido devorados por los insectos y la humedad. Después, tendrán que reintegrar la pintura en las partes que la hayan perdido de la decoración de estrellas de la cúpula. No se trata de recuperar el color original, porque éste se perdió en sucesivas revisiones hechas por manos menos escrupulosas que éstas. «Eso -dice Marina Fernández- sería otro trabajo mucho más complejo».La rehabilitación del artesonado, quizá el elemento más característico de esta iglesia, es el segundo paso del largo proceso en el que se ha embarcado la asociación cultural de la parroquia de O Convento. Su directiva, presidida por José Fernández, puso manos a la obra hace seis años. Pero hasta hace unos meses no empezaron a ver resultaron. Sacaron adelante la primera fase del plan de restauración de la iglesia gracias a la colaboración de los vecinos y de muchos donantes anónimos.La segunda fase, la que está ahora en marcha, fue posible porque les llegó de la Diputación la primera subvención pública que reciben. Pero aún queda la tercera y última fase. «Para eso vamos a necesitar la ayuda de todos», dice José Fernández. La asociación mantiene abierta su cuestación en la cuenta abierta para ello en Caixanova.