La comarca tiene un gran peso en una investigación sobre las variedades autóctonas
19 mar 2018 . Actualizado a las 22:37 h.El valle de Quiroga posee la mayor concentración de olivos centenarios de toda Galicia, según un estudio que está llevando a cabo la Misión Biológica de Galicia, un centro dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Los investigadores que trabajan en este proyecto han inventariado hasta ahora un centenar de antiguos olivos en todo el territorio gallego y señalan que la mayor densidad de ejemplares de edad avanzada se encuentra en esta zona, lo que le confiere un especial interés científico.
Carmen Martínez, directora del grupo de viticultura del referido centro, que desarrolla esta investigación, apunta que se han podido localizar olivos centenarios en muchos lugares de Galicia. «Lo que pasa es que en otras zonas están muy dispersos y solo se encuentran algunos ejemplares aislados, a menudo uno solo, mientras que en el valle de Quiroga hay verdaderos bosques de olivos antiguos mezclados con otras especies como los madroños o los castaños», explica. Por ahora, sin embargo, los investigadores no pueden facilitar un número concreto de los ejemplares inventariados en la zona, ya que la catalogación no ha terminado y pueden aparecer más.
Otros territorios
Por detrás del valle de Quiroga se sitúan algunas áreas de la provincia de Ourense -en comarcas como las de Valdeorras y A Limia-, donde hay asimismo un buen número de olivos antiguos. También se han encontrado ejemplares centenarios en cantidades mucho más modestos en ciertas zonas de las provincia de Pontevedra y A Coruña, incluso en lugares de escasa tradición olivarera, como es el caso de Ortigueira.
De momento tampoco se han efectuado análisis para determinar con precisión la edad de estos olivos antiguos, pero Carmen Martínez apunta que muchos de ellos pueden superar los doscientos o los trescientos años. «Esto es algo que se podría realizar más adelante», puntualiza. Los investigadores se han centrado principalmente en analizar el ADN de los viejos ejemplares con el fin de identificar y caracterizar las variedades autóctonas de aceituna. De entre el centenar de olivos centenarios que inventariaron hasta la fecha se ha secuenciado el genoma de setenta árboles y entre ellos han aparecido trece variedades exclusivas de Galicia. Algunas de ellas en encuentran en el valle de Quiroga, pero todavía no se puede decir con certeza cuántas son las que se pueden considerar propias de este territorio. Tampoco se ha decidido cómo llamarlas, ya que no cuentan con nombres tradicionales ni técnicos. «Hasta ahora el Ministerio de Agricultura solo había reconocido dos variedades autóctonas de aceituna, denominadas brava gallega y mansa gallega, pero lo que estamos viendo es que bajo esos nombres se agrupaban otras variedades diferentes que estaban sin identificar», señala la directora de la investigación. «Ahora tenemos otras once variedades para las que habrá que elegir una denominación específica», agrega.
Presencia de almazaras
A la hora de localizar las variedades autóctonas de olivo, uno de los puntos de referencia de los investigadores del CSIC ha sido la presencia de las almazaras o molinos de aceite, ya que son un indicio claro de la existencia de una tradición olivarera antigua. El valle de Quiroga -indica a este respecto Carmen Martínez- no es el único territorio de Galicia que cuenta con estos viejos molinos, pero probablemente es el que posee un mayor número, como sucede con los olivos centenarios.
En la investigación, por otro lado, se están estudiando los aceites elaborados en la comarca quiroguesa por los productores artesanales y también -en los últimos años- por tres bodegas que utilizan métodos industriales. Pero además se realizan experiencias de elaboración de aceites en los que se utilizan de forma exclusiva los diferentes tipos autóctonos de aceituna que se pudieron identificar hasta ahora. «Los resultados que estamos obteniendo nos parecen interesentantísimos desde el punto de vista de las posibilidades comerciales, porque estas variedades tradicionales dan unos aceites muy ricos en aromas y de unos sabores que los distinguen de los de cualquier otro tipo», explica Martínez.
Una estudio que permitirá elaborar aceites con características exclusivas
Los investigadores del grupo de viticultura de la Misión Biológica de Galicia llevan más de cinco años trabajando con los olivos autóctonos. El proyecto que desarrollan actualmente -con el apoyo financiero de la Fundación Juana de Vega- comenzó en noviembre del 2016 y tiene un plazo de realización de cuatro años. Los responsables consideran que los resultados de este trabajo, aparte de su valor científico, pueden revestir un gran interés económico y comercial para el valle de Quiroga y otros territorios gallegos de tradición oleícola.
Según apunta Carmen Martínez, la identificación de las varidades autóctonas propias de estas áreas abrirá la posibilidad de fabricar aceites de características únicas. «En la elaboración de los aceites artesanales e industriales de Quiroga se están utilizando mezclas de diversos tipos de aceitunas, pero en el futuro podrá ser posible fabricar aceites monovarietales a base de variedades locales, como sucede con los vinos», indica la investigadora. «Las aceitunas de origen andaluz que se cultivan ahora en la zona, como la picual o la arbequina, seguirán teniendo su sitio, pero a la vez se podrán potenciar variedades exclusivas que no se encuentran en otras partes de España y de Europa», añade.
Cultivos en viveros
Los promotores del proyecto de investigación están colaborando con la Asociación de Productores de Aceite e Aceituna de Galicia y también con la Asociación de Empresarios Viveristas del Noroeste. Su intención es que dentro de algunos años los cultivadores de olivos puedan disponer de ejemplares de las variedades nativas de mayor interés comercial, una vez que se haya completado el proceso de identificación y caracterización.