Un reputado crítico estadounidense vaticina para la zona un despegue similar al del Ródano francés
09 mar 2020 . Actualizado a las 18:06 h.No es Robert Parker, pero tiene su parroquia. El crítico estadounidense John Gilman, fuente fiable para los sumilleres que apuestan por las variedades y regiones vitícolas menos conocidas, no esconde sus simpatías por los vinos de Ribeira Sacra. En su boletín digital View from the cellar, solo accesible para suscriptores, le ha dedicado grandes elogios desde la visita que realizó a la zona hace ahora seis años. «Solo estamos viendo el comienzo de las grandes cosas que vienen en este recóndito lugar de Galicia», escribió a comienzos del 2017. Ahora vuelve a la carga en su cuenta de Twitter.
«Cada vez que pruebo vinos de los mejores productores de Ribeira Sacra, a menudo imagino que tengo la misma sensación que Robert Parker a fines de los años 70 cuando estaba probando Hermitage, Côte-Rôtie y Cornas, y gran parte del mundo del vino no tenía idea de lo grandes que eran realmente esos vinos», confiesa en un comentario divulgado en esa red social.
El trasfondo del mensaje no pasa desapercibido para algunos de sus seguidores, que echan mano del sentido del humor para pedirle a Gilman que no levante la liebre. «¡Shhht!... Mira lo que sucedió con los precios de los vinos con los que comparas», responde uno de ellos.
Hace treinta años, Parker puso de moda los vinos del Ródano en el mercado internacional gracias a su influencia como catador. Hermitage era una zona importante y sus etiquetas más prestigiosas ya se pagaban bien. Pero para los vinos de Côte-Rôtie, hasta entonces baratos y de consumo local, aquello supuso un antes y un después.
Desde hace tiempo, Gilman sostiene que los mejores vinos de Ribeira Sacra se cotizan a precios muy bajos en comparación con otras zonas vitícolas y en el contexto de un mercado global. «Ahora existe la posibilidad de comprar a precios que parecerán verdaderas gangas en el futuro», apunta sobre esta cuestión en uno de sus boletines. Ribeira Sacra estaría, desde su punto de vista, en la misma encrucijada que Côte-Rôtie hace medio siglo.
Hablamos de Ribeira Sacra como espacio vitícola más que como denominación de origen. El tweet de Gilman con las impresiones que le causan los productores de referencia incluye una fotografía en la que aparecen vinos de Guímaro, Envínate y Daterra Viticultores. Guímaro comercializa sus marcas con la contraetiqueta del consejo regulador, pero los otros productores decidieron en los últimos años ir por libre pese a contar con bodegas ubicadas en la zona
En cuanto a precios, tres de los vinos que aparecen en la imagen (Azos do Pobo, Lousas Parcela Seoane y Guímaro Finca Capeliños) se pagan en España entre veinticinco y cuarenta euros la botella. Junto a ellos está el mencía joven de Guímaro, que ronda los diez euros.
Histórico de añadas
Guímaro comercializa un volumen importante de su producción en el mercado internacional. El bodeguero, Pedro Rodríguez, viaja con frecuencia para participar en catas promocionales. Su percepción es que el prestigio de Ribeira Sacra va en aumento. «Para que te tomen en serio, necesitas un histórico de añadas. Tienes que ser capaz de poner sobre la mesa catas verticales y que se vea la evolución de cada una de las cosechas. Cuando puedes hacer eso, entras en otro nivel», explica.
El prestigio en el mundo del vino se gana con el tiempo y a Ribeira Sacra, de acuerdo con su visión, le queda bastante camino por andar. «Los vinos del Ródano tienen mucha historia detrás. Nosotros también, pero hasta hace treinta años era como si no existiésemos. Para equiparnos a otras zonas todavía tienen que pasar algunas generaciones», opina el bodeguero. «Los sumilleres y la crítica -añade- hacen un importante trabajo de divulgación, pero no puedes perder de vista al consumidor final. En una gama alta de precios no va arriesgar, preferirá ir a lo seguro». Ródano, por ejemplo.