Paula Feijoo, arquitecta: «En el geoparque Montañas do Courel hay 248 inmuebles que servirían para alojamientos»
LEMOS
Feijoo trabajó en un inventario de la arquitectura tradicional del territorio
07 jun 2024 . Actualizado a las 11:47 h.La Casa de Cultura de Quiroga acogerá a partir de las 10.00 horas de este viernes una jornada sobre el urbanismo y la fijación de población en el territorio del geoparque Montañas do Courel organizada dentro del proyecto O Courel Destino y Futuro. Entre los participantes estará la arquitecta y urbanista Paula Feijoo Calviño (Ourense, 1978), que participó en la realización de un estudio sobre la arquitectura tradicional de las poblaciones de estos municipios. En la reunión también tomarán parte otros expertos, como María del Carmen Limia Fernández, secretaria del plan de sostenibilidad turística Ribeiro-O Carballiño
—¿En qué consiste el estudio que realizó en el geoparque?
—Trabajamos en un inventario de patrimonio civil, de edificios que merecen ser protegidos y conservados porque presentan unas características singulares y porque son representativos de la arquitectura tradicional del territorio, pero no es un inventario al uso. Dejamos de lado las construcciones más pequeñitas y catalogamos solo las que por sus dimensiones son susceptibles de ser aprovechadas para nuevos usos, como pueden ser alojamientos turísticos, y que por lo tanto pueden ayudar a dinamizar la economía y a fijar población.
—¿Y cuántos edificios incluyeron en el inventario?
—En el municipio de Folgoso do Courel catalogamos 107 edificios en 34 núcleos de población. En Quiroga, 80 construcciones en 33 núcleos, y en Ribas de Sil, 61 edificios en 22 núcleos. En total hemos inventariado 248 inmuebles en todo el territorio de la comarca de Quiroga, que coincide con el del geoparque.
—En estos municipios se realizaron rehabilitaciones integrales de varias aldeas hace años. ¿Qué le parecen esas actuaciones?
—Estas iniciativas está muy bien para comenzar, pero el problema de las rehabilitaciones aisladas de edificios o de aldeas es que no bastan por sí solas para conseguir un retorno económico, para evitar que los vecinos abandonen estas localidades o para que regresen los que se fueron. Rehabilitar las antiguas edificaciones está muy bien, pero eso no es suficiente. Para generar riqueza y ayudar a fijar población hay que ser más ambiciosos.
—¿Qué cree que se puede hacer en ese sentido?
—Las ayudas para la rehabilitación de edificios en las poblaciones rurales tienen que ir acompañadas de otras actuaciones que ayuden a crear nuevos recursos económicos o a aprovechar mejor los que ya tiene el territorio. Por ejemplo, en el geoparque Montañas do Courel hay en total 156 kilómetros de rutas de senderismo, muchas de ellas conectadas con otras. Hay también unos veinte kilómetros de barrancos habilitados para escaladas, hay muchas cascadas, miradores geológicos.... Está también la llamada ruta de las aldeas paleozoicas, a la que pertenecen varias localidades de estos municipios, y hay muchas más cosas de interés. Es decir, el geoparque ya tiene muchos recursos y no hace falta esforzarse mucho para encontrar otros nuevos. Lo que hay que hacer es aprovechar mejor lo que ya existe. Las rehabilitaciones de edificaciones tradicionales no deberían hacerse de forma aislada, sino encuadrarlas en planes estratégicos que ayuden a sacar más partido de todos estos recursos y a conectarlos unos con otros para crear riqueza y empleo. La ambición no debe limitarse a rehabilitar algunas casas o algunas aldeas, porque se puede hacer mucho más.
—¿A quien correspondería promover estas intervenciones?
—La búsqueda de alternativas para afrontar el reto demográfico en territorios como este tiene que partir de la voluntad política y de las administraciones públicas. En vez de limitarse a conceder subvenciones de manera individual para rehabilitar viviendas, las administraciones deberían plantearse estas actuaciones dentro de una perspectiva mucho más amplia. Para eso sería necesario que colaborasen los ayuntamientos, la Xunta, el Gobierno central, las empresas privadas, y también hay que buscar la colaboración de los vecinos.
—¿En qué medida cree que puede ayudar a esto el inventario de edificaciones en el que ha participado?
—Este inventario es solo un punto de partida y un diagnóstico de la situación actual. Catalogamos todas las construcciones que a nuestro juicio pueden aprovecharse para generar beneficios económicos. Lo que habría que hacer ahora es elaborar unos planes de rehabilitación que no solo sirvan para conservarlos, sino que estén coordinados con otras actuaciones para aprovechar al máximo todos los recursos potenciales del territorio.