Un acto público despertó una amplia expectación en la localidad hace 30 años
23 mar 2025 . Actualizado a las 05:00 h.El pasado día 10 se cumplieron 60 años de la muerte del guerrillero antifranquista Javier Castro Veiga, conocido como Piloto, que murió tiroteado en Chantada por agentes de la Guardia Civil. Si el aniversario ha pasado desapercibido en lo que respecta a la organización de actos públicos, no ocurrió lo mismo en marzo de 1995, cuando se cumplían 30 años de aquel suceso. El 24 de ese mes, la edición local de La Voz informaba sobre los preparativos de una mesa redonda sobre la guerrilla antifranquista que se celebraría en ese municipio por iniciativa del colectivo cultural Alem-Parte y que despertó una amplia expectación.
La mesa redonda estaba prevista para el día 25 en el aula de cultura de Caixa Galicia. La razón para trasladarla a este local desde la Casona de Lemos —escenario habitual de estas actividades— «se debe a la trascendencia del acto y de los invitados, que hacen prever una asistencia de público superior a la de otras convocatorias», decía la noticia publicada en este diario. «Con todo, se trata de una medida cautelar, ya que los propios organizadores ignoran qué respuesta puede producirse ante una cuestión de debate incómoda y cuyo resultado es toda una incógnita», añadía.
Uno de los participantes en la mesa redonda sería Santiago Álvarez, histórico dirigente del Partido Comunista de España, que debía llegar a Chantada en autobús —desde Madrid— el mismo día 24, mientras los demás invitados lo harían en la jornada siguiente. «Para coordinar el acto ha sido invitada la presentadora de la TVG Ana Expósito, que ha trabajado durante bastante tiempo en la historia de la guerrilla», decía la información de La Voz. Los demás participantes serían Camilo de Dios, antiguo guerrillero que actuó en la comarca de A Limia; el historiador Bernardo Máiz, autor del libro Galicia na II República e baixo o franquismo, y el periodista y escritor chantadino Afonso Eiré.
La asociación organizadora había preparado también una exposición sobre la vida del antiguo guerrillero que sería mostrada solo el mismo día de celebración de la mesa redonda. «A pesar de que en un principio estaba prevista la muestra de un buen número de fotografías sobre Castro Veiga, un personaje que siempre fue proclive a dejarse fotografiar, muchas de ellas no han podido ser localizadas, por lo que es posible que finalmente la exposición quede restringida a la prensa de la época que recogió profusamente la muerte del guerrillero», precisaba la noticia. Los organizadores disponían también de un vídeo documental emitido por TVG sobre la vida del Piloto, aunque avisaban de que probablemente no sería proyectado, ya que el acto tenía prevista una duración máxima de tres horas.
La mesa redonda, según informó La Voz el día 28, congregó a un centenar y medio de personas que abarrotaron el aula de Caixa Galicia. «El acto se prolongó más de lo previsto y tuvo que ser prácticamente suspendido por su duración, a pesar de que varias personas se quedaron con las ganas de que los ponentes respondieran a sus preguntas», indicaba la noticia. Varias personas asistieron al coloquio de pie, ya que todas las sillas quedaron ocupadas.
El gran interés que despertó aquella jornada no se había registrado en otras actividades organizadas antes por el colectivo Alem-Parte. Algún tiempo después, en mayo de 1995, la entidad promovió otro coloquio público, en esta ocasión relacionado con la objeción de conciencia y la insumisión al servicio militar, que aún estaría vigente hasta finales del 2001. Los representantes del colectivo chantadino recordaron por entonces —en una información publicada en La Voz— que con anterioridad se habían organizado actividades sobre asuntos como el mundo editorial en Galicia, la renovación religiosa o el impulso a los vinos de la Ribeira Sacra, que «apenas lograron reunir a una docena de personas».
Un suceso violento que se produjo en 1965 cerca de la presa de Belesar
Nacido en 1915 en Boelle de Arxemil —en el municipio de O Corgo—, José Castro Veiga ingresó en 1931 en el cuerpo de Aviación de Madrid. De ahí le vino el apodo por el que se le conoció durante el resto de su vida, aunque nunca llegó a pilotar aviones. En la Guerra Civil combatió en las filas del ejército republicano y al final de la contienda, tras ser apresado por los franquistas, fue condenado a 30 años de prisión. Pudo salir de la cárcel gracias a un indulto en 1943 y se sumó a las actividades de resistencia organizadas por el Partido Comunista de España. Su presencia en Galicia fue constante desde 1945 y al año siguiente estableció su zona de operaciones en el sur de la provincia.
Tras las grandes pérdidas que sufrieron las guerrillas antifranquistas a finales de la década de 1940 y después de que el PCE optase por abandonar definitivamente las acciones armadas contra la dictadura, José Castro Veiga se negó a retirarse y continuó haciendo la guerra por su cuenta. Para conseguir recursos llevó a cabo numerosos asaltos. El 10 de marzo de 1965 murió en un enfrentamiento con agentes de la Guardia Civil cerca de la presa de Belesar, después de haber sido denunciado por un vecino del municipio de O Saviñao.
De acuerdo con unas afirmaciones realizadas por Afonso Eiré en la mesa redonda organizada en Chantada por el colectivo Alem-Parte en marzo de 1995, las primeras armas de que dispuso ETA habrían sido cedidas por Castro Veiga en la década de 1950. Eiré aseguró que este dato se lo habían proporcionado «fuentes muy documentadas», según una información publicada en este diario el día 28 de ese mes.