Francisco Javier López-Chacón lleva más de veinte años usando la escultura como forma de libertad. Para este artista parece que no existen límites. Sobre granito, piedra, cuarzo, cristal, o madera, ofrece siempre los rostros humanos. «Es imposible que se pueda esculpir la expresión de los ojos, cuando es lo más bonito», señala Chacón. Quizás por eso, en la exposición que se puede ver desde ayer en la Xunta de Galicia, el espectador se encontrará con múltiples rostros. «Las caras son las únicas que me dan expresión en la escultura». Se muestran cincuenta piezas donde el autor refleja las culturas y religiones que se sucedieron a lo largo de la historia. Las obras recogen símbolos y claves de los aztecas, los cristianos, o los musulmanes. A todas les confiere un carácter primitivo, e incluso en algunos rostros y manos de los personajes recuerdan al estilo románico. Poesía Las figuras de Chacón son alargadas, aunque las piezas sean de pequeño formato. Las representaciones aparecen incrustadas en la propia piedra, como si el hombre formase parte de la naturaleza. Varias esculturas aparecen con el título esculpido en el propio material, y otras tienen versos alegóricos sobre la significación de lo que se expone. Tierra, piedra, mitos, rostros y el ser humano son las claves. «Busco un estilo propio para que no me copien».