Un grupo de 18 niños de un orfanato de Ucrania estrenan su campamento en un albergue de Lugo

Uxía Carrera Fernández
UXÍA CARRERA LUGO / LA VOZ

LUGO

Carlos Castro

La ONG Kids Ucrania y el Rectoral de Romeán empezaron este domingo con las actividades preparadas para los once días de juntanza: «Alucinaron con la empanada o el Colacao»

02 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Este mes de agosto será una lista interminable de primeras veces para 18 niños de Ucrania que han salido por primera vez de su orfanato. Los pequeños, que tienen desde ocho hasta 15 años, salieron este sábado de la ciudad ucraniana de Lviv, recorrieron en furgoneta 500 kilómetros hasta Kiev y allí cogieron un avión hasta A Coruña con escala en Barcelona. Desde la ciudad herculina viajaron hasta Lugo y ayer ya pudieron disfrutar de su primer día de campamento. «Ya alucinaron con la empanada o el Colacao», cuenta una de las voluntarias. Los ucranianos están en Lugo gracias a la ONG Kids Ucrania, conformada tan solo por seis personas, y sobre todo a su anfitriona, Fátima Melo, la gerente del albergue Rectoral de Romeán, ubicado a 12 kilómetros de la ciudad de Lugo.

En los últimos seis meses, Melo y los responsables de la ONG estuvieron recaudando dinero y comida para poder realizar el campamento. Los billetes de avión supusieron más de 8.000 euros y se donaron varios kilos de comida. Para toda la gente que ayudó a que el campamento fuera posible, organizan el día 8 una «fiesta» sobre las 16.00 horas.

«De lo que más faltos están es de cariño», contaba el director de la ONG, el catalán Ramón Mínguez, que se movió hasta Lugo. Una carencia que se hace notar, ya que los pequeños no paran de dar fuertes abrazos a los voluntarios que los acompañan. Algo que los alivió porque su situación en Ucrania es complicada y aún así, vienen abiertos a cualquier persona, a pesar de que Ramón es el único que habla ucraniano. Los 18 niños provienen del mismo orfanato, en el que se encuentran porque son huérfanos o sus padres tienen tuberculosis. Gracias a la ONG, consiguen reconducir su vida y dejar atrás la exclusión en la que les tocó vivir. Conocer Galicia es el primer paso, ya que se abren, pero también trabajan. «Están divididos en grupos para ocuparse de las tareas de la casa, aunque ellos mismos son los primeros que lo hacen», explica Alba Carro, la responsable de la ONG en Galicia.

Necesitan un minibús

El campamento dura hasta el 11 de agosto y durante este tiempo los pequeños estarán entretenidos gracias a voluntarios lucenses que le ofrecerán actividades como hacer figuras con globos, jugar al voleibol, o juegos con perros... Además, en el Rectoral cuentan con una gran finca y una piscina. Algo que nunca pudieron disfrutar, «allí no salen del orfanato». Pero los organizadores quieren llevarlos a la costa gallega y por la ciudad de Lugo así que les gustaría que alguien les prestara un minibús para transportarlos.