Por los pelos, no llegaré a la cena de la peña por los pelos. Podía haber vuelto ayer, pero los 150€ que a mayores me salía el vuelo es más que sólido argumento para decir nanay del peluquín, manín, por esa pasta cenamos todos en restaurante de postín. Así que no. Quizá a los postres con un poco de suerte. A ver.
Jueves, 12. En el bar castizo de Toulouse, Les 3 Sages, que tiene un vin blanc sec a 7€ que se sale, comienzo a darle forma a este artículo de hoy en tanto pillo por el móvil los pasajes de regreso de vuelo y AVE y planifico. No, no llego, me digo, siendo a las 22:00 la cena, ni de coña voy con tiempo. Me sale a las 17:00 el vuelo, llego a Madrid y tomo el AVE a Ourense, cuya llegada está prevista para las 22:40. Aunque algo desconfío desde que Óscar Puente anda metido en esto, me fío del AVE, pero dudo que el autobús de Ourense esté a su hora en Lugo (aquí, como en Burkina Fasso, se está electrificando el tramo y vas en bus); si así fuera, como quiera que la cena se celebra en el 56, un local cercano a la estación de tren, pues nada, me digo, que me acerco, comparto chascarrillos durante un rato y me ahorro el taxi porque me lleva a casa mi cuñado o me lleva Nando. Claro que también puede pasar que me encuentre con el 56 cerrado porque la peña se ha largado; los años no pasan en balde, amigo, y las cosas ya no son como eran antes; en cuyo caso me… chincharé y pillaré un taxi. Pero bueno, todo esto me lo estoy imaginando mientras tomo en Les 3 Sages un vino tan bueno que se sale.
Viernes, 13. Vuelo, AVE y bus, puntualidad de cuartel. Pasmado me quedé.
Sábado, 14. 00:55 AM. Cómo les va. Tomando con la peña en el 56 café.