José Manuel Pernás, director de la cárcel de Bonxe: «Tratamos a los sospechosos del crimen de Samuel como a internos normales»

André Siso Zapata
ANDRÉ S. ZAPATA LUGO / LA VOZ

OUTEIRO DE REI

José Manuel Pernás, director del Centro Penitenciario de Bonxe.
José Manuel Pernás, director del Centro Penitenciario de Bonxe. OSCAR CELA

El mandatario reivindica la función de reinserción de estos centros, y afirma que el trabajo de los funcionarios va en esa dirección

13 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El centro penitenciario de Bonxe (Outeiro de Rei) saltó a la fama nacional el pasado día 30 de agosto. En aquella jornada, trascendió que dos de los acusados de acabar con la vida del joven coruñés Samuel Luiz, habían ingresado en la prisión lucense. Para cualquiera que se viese implicado en ese traslado, una operación así podría suponer soportar una presión casi insufrible. Pero no para José Manuel Pernás, director de la cárcel de Bonxe y uno de los principales encargados de la recepción de dos de los presos más mediáticos de los últimos años en Galicia.

-¿Cómo se gestiona una operación tan delicada?

-Los tratamos como a internos normales, que es lo que son. Miramos de clasificarlos en la galería que les resultase más adecuada teniendo en cuenta sus circunstancias. Su comportamiento es perfecto, como el de la mayoría de internos de este centro, ya que muchos están cerca de finalizar el plazo de su pena. Estos dos chicos están en prisión preventiva, así que los ubicamos en el módulo que les correspondía sin importarnos la mediatización de su caso.

-A nivel social, se puede percibir una corriente de grupos que no creen en la reinserción penitenciaria. ¿Cómo convencería a estos escépticos?

-Nuestro objetivo es que los internos lleguen en unas condiciones dignas para salir de la cárcel y respetar las normas sociales. Hay muchísimos profesionales que trabajan para eso, y con unos resultados magníficos. Hay otros casos de gente que reincide, claro, pero lo consideramos un porcentaje inevitable. Para evitar estos casos nos relacionamos mucho con las empresas en las que pasan sus permisos muchos de los internos, que realizan una función vital de preparación para el mundo laboral, por ejemplo.

-¿Ustedes ven salir a presos que saben que es probable que reincidan?

-Puede que sí. Es evidente que hay internos con revisiones más positivas y más negativas, pero tampoco los dejamos completamente libres. En muchas ocasiones, los internos que salen tienen medidas cautelares, deben pasarse por comisaría a fichar, hay funcionarios que les pasan revista de vez en cuando y que los controlan... Jugamos nuestras cartas.

-¿En qué ámbitos ha notado un mayor cambio tras 30 años trabajando en el sector?

-Los hábitos de los presos, sobre todo. El cambio es tal que, hoy en día, incluso puedo decirte que la gran mayoría de los internos llevan vidas ya no solo decentes, sino saludables y activas en las cárceles, al menos en las que yo conozco. Es que la mayoría de cosas han cambiado, a decir verdad. Las prisiones han evolucionado al mismo ritmo que la sociedad, y eso no es decir poco.

-¿Se incide más en el aspecto psicológico que en el comportamiento de los presos?

-Va por épocas, supongo. Hace veinte años, el mayor problema de las prisiones era la droga. Era raro el preso que no tenía alguna adicción. Ahora, nos centramos mucho más en el aspecto mental, ya sea tratando enfermedades o asesorando a los internos sobre cómo gestionar sus emociones y cómo tomar decisiones.

-Imagino que los funcionarios son una pieza fundamental.

-La labor de los trabajadores es absolutamente fundamental. Nosotros [él fue funcionario en su día, también en Bonxe] no vamos armados, simplemente usamos programas como los de violencia de género o de delitos financieros para resolver estos asuntos. Es una labor muy amplia, comparable con la de cualquier docente en centros educativos.

-¿Qué actividades realizan los internos de Bonxe?

-De las cosas que estoy más orgulloso es de la realización de la revista, creada íntegramente por los presos. Hay un taller de teatro, hay actividades deportivas, como fútbol sala, hay un taller de lectura, hay ciclos formativos de FP...

-Eso les ayuda de cara a su reinserción en la sociedad, claro.

-No sabes cuánto. Tenemos un ciclo especializado en el tratamiento de madera, muy efectivo y con un índice de éxito enorme. Funciona como una empresa en la que hacemos trabajos para compañías del exterior. Eso los hace estar preparados para integrarse rápidamente en el mercado laboral, y eso es algo que ellos valoran muchísimo.

-Tuvo que ser complicado realizar esas tareas durante la pandemia.

-Fue durísimo, no te voy a mentir. No sabíamos qué hacer, y tomamos medidas ateniéndonos al sentido común. Por suerte, aquí no hubo internos contagiados, así que estamos muy contentos con el resultado.