«Situaciones como la de Alcoa ya se ven venir tres o cuatro años antes»

Manoli Sío Dopeso
M. Sío Dopeso REDACCIÓN / LA VOZ

MERCADOS

cedida

31 mar 2019 . Actualizado a las 05:17 h.

Eri Nemoto (Tokio, 1961) conoce bien Galicia porque en el año 2009 situó a esta comunidad en el mapa del consorcio nipón Mitsubishi-Yuasa para instalar la primera planta de baterías de ión-litio de Europa. Ahora que el coche eléctrico despega, la historia habría sido otra si los japoneses no se hubieran batido en retirada. La carrera de Nemoto está llena de éxitos como la implantación en Cataluña de Yamaha, Panasonic, Pioneer y Samsung durante las décadas de los 80 y 90. Tras trabajar para la Generalitat, la SEPI y Baker & McKenzie (Barcelona), la brocker y abogada sigue colaborado con distintas administraciones en la permanencia y captación de inversión extranjeras.

 -Lo de Mitsubishi fue una gran oportunidad perdida. ¿Por qué se fueron?

-No fue una sola circunstancia. Javier Guerra, entonces conselleiro, hizo un gran trabajo. Pero se rompió la confidencialidad, creo recordar algún político hablando del tema, lo cual desconcertó a los inversores. A eso se sumó el problema del suelo... Estaba todo muy cogido con pinzas, y se perdió la oportunidad en sí. En los seis meses que pasaron se enfrió el mercado y se empezó a cuestionar el vehículo eléctrico.

-¿Podrían volver ahora que vuelve a arrancar con fuerza el coche eléctrico?

-Ahora el escenario es otro, y las nuevas baterías para coches eléctricos que se van a fabricar en el futuro son totalmente distintas a las de aquel proyecto.

-¿Por qué nos cuesta tanto captar inversión, que no sean fondos, claro?

-Lo que falta en España, y cuando digo España digo también Galicia, para atraer inversiones son los trabajos invisibles, que se hacen en silencio. El problema es que aquí a la gente le gusta mucho lo visible, y figurar. Antes de que el presidente de una multinacional llegue a un sitio a anunciar una inversión, antes de eso, hay al menos dos años de mucho trabajo invisible y en silencio. El presidente de la multinacional viene después de que ya está todo decidido.

-También nos cuesta cada vez más retener la inversión. Alcoa sin ir más lejos.

-Las fábricas están cada vez más en riesgo, pero ejemplos como el que me cita de Alcoa se ven venir tres o cuatro años antes. Mire, desde que le detectan un cáncer a un enfermo hasta que fallece pueden pasar 10 años. Incluso si se detecta a tiempo es más fácil reaccionar y evitar esa muerte. En la industria pasa algo parecido. Le pongo el ejemplo de la automoción. Un lanzamiento se adjudica cuatro años antes. El problema es que muchas veces estamos a lo urgente y no a lo importante, y luego pasa como ha ocurrido con Alcoa, que ya es tarde.

-¿Quién tiene que hacer ese trabajo invisible?

-Lo tiene que hacer el Gobierno central, porque es el que tiene los instrumentos para hacerlo. El autonómico también, porque es competencia suya tener suelo disponible, con accesos y bien comunicado con autopistas, puertos y aeropuertos, para cuando llegue la oportunidad no tener que empezar de cero. Aquí tenemos el problema añadido de que cuando Gobierno central y autonómico no son del mismo color, todo se complica más y la gente no se pone a lo que se tiene que poner.

-Supongamos que hay una inversión en juego a la que optan Francia, España y Portugal. ¿Qué país tiene más posibilidades de llevársela?

-Nadie tiene ganada hoy en día una localización industrial de una manera fácil. Todos los países tienen que trabajárselo mucho, pero es cierto que Portugal es uno de los que más está presionando.

-¿Por qué inversiones debe apostar Galicia?

-La competencia es tan dura hoy en día que yo apostaría por los sectores en los que ya cuenta con cierta ventaja competitiva como automoción, química, recursos naturales o la cadena de alimentación. Pero muchas veces no consiste tanto en captar, como en saber apoyar a las empresas y a los empresarios.

-¿Con qué criterios?

-Cuando sale un empresario como Amancio Ortega hay que saber apoyarlo. No hay que perder el criterio, eso es peligrosísimo. Si a día de hoy vas a una consultora de primera línea para montar un gigante como Inditex, te dirá que eso es imposible. Se está valorando todo de forma muy estándar. Los perfiles como el de Amancio Ortega son los Google y los Apple que nacieron en un garaje, perfiles heterodoxos que salen de la nada, y a los que hay que aprender a apoyar con criterio.