A quien busque noticias positivas, ahora que ya se enterró la sardina pero no la inflación ni la guerra de Ucrania, habría que recomendarle que descarte alegrías espectaculares y se fije en los pequeños detalles. Por ejemplo, en esa cola de particulares que se formó hace unas semanas para adquirir letras del Tesoro, porque podría significar que se confía en la buena marcha del emisor (nuestro querido Estado) a medio plazo y también que el ahorro explora vías distintas al tradicional depósito bancario y a la inversión inmobiliaria. La banca parece cómoda manteniendo baja la retribución del ahorro, como si no hubieran subido los intereses. Veremos cómo baila la balanza entre retribuir menos los depósitos y pagar más a esta Hacienda dispuesta a recargar los beneficios con impuestos «provisionales».
El otro destino principal del ahorro, que es el ladrillo, parece que marcha bien. Mientras la inversión en conjunto descendió el año pasado un 5,5 %, la inversión inmobiliaria, de acuerdo con un informe de la consultora Castella, creció un 30 %, hasta unos 17.000 millones de euros. La parte principal, unos 3.100 millones, fue a la vivienda, y dentro de este segmento, más de 1.800 millones, a construir pisos destinados al alquiler.
Si este último incremento se mantiene podría darse ese aumento de la oferta de pisos que los expertos consideran como la solución más realista y más sostenible al problema del acceso a la vivienda, y no andarse con parches. Casi todos esos expertos echan de menos la promoción pública de pisos para arrendar.
La demanda no va a faltar. La encuesta de población y vivienda del INE acaba de señalar que el 15,9 % de los hogares españoles en el 2021 (tres millones de hogares) eran alquilados, frente al 13,5 % del año 2011. En ellos viven 7,8 millones de conciudadanos, a los que habría que felicitar por haberlo conseguido, en vista del alza enorme del precio de los alquileres. Por precariedad o por cambios en la forma de ver la vida, poseer «la casa de mis sueños» podría dejar de ser el sueño de muchos jóvenes. Veremos novedades en la forma de habitar.