Hifas da Terra, la empresa de Galicia que cultiva cordyceps : «'The Last of Us' no podría ocurrir nunca»

Tamara Montero
Tamara Montero SANTIAGO / LA VOZ

MERCADOS

Ramón Leiro

La spin off de la USC lleva más de 20 años estudiando el rico mundo molecular de los hongos y sus propiedades medicinales: desde tratamiento oncológico complementario a mejorar la microbiota o prevenir deterioros neuronales

09 abr 2023 . Actualizado a las 12:51 h.

«Llevo quince años tomando cordyceps a diario», dice riendo Catalina Fernández de Ana Portela, gerente de una empresa de base tecnológica ubicada en Pontevedra, Hifas da Terra, que efectivamente cultiva el hongo que genera un escenario post apocalíptico en The Last of Us. No ha visto la serie, porque para pandemias bien llega la realidad, admite, y se adelanta a la pregunta fundamental: «No podría ocurrir nunca», responde a si la premisa de que el hongo pueda mutar, colonizar humanos y generar una pandemia es imposible. «Es invasor, pero de orugas y de hormigas, nunca daría un salto a un humano», explica.

El cordyceps es un hongo entomopatógeno y coloniza fundamentalmente orugas. «Las convierte en superorugas», explica la gerente de Hifas da Terra. Pasan a tener unas capacidades muy superiores a las que no han sido colonizadas por el hongo. Cuando la vida de la oruga termina, el hongo saca una antena, que es mediante la que libera las esporas. Esa es su estrategia reproductiva, que fue observada por los pastores tibetanos, que descubrieron que las llamas que se comían aquellos «gusanos de primavera» tenían enormes niveles de actividad y también se reproducían más. 

Sí, el cordyceps tiene importantes propiedades como la capacidad de incrementar el oxígeno en sangre entre un 30 y un 40 %, un beneficio importante por ejemplo para los deportistas o para mejorar las secuelas del covid-19.

También parece mejorar la fertilidad. Tiene efecto sobre el esperma y la libido. «Es un hongo muy utilizado». Y no, de ninguna de las maneras puede generar una pandemia. Mucho menos convertir a los humanos en zombis.

El ejemplo del cordyceps sirve para ilustrar las enormes propiedades que tienen los hongos, también en lo que a salud se refiere. A eso, a investigar los beneficios medicinales de los organismos más antiguos sobre la faz de la Tierra, es a lo que lleva dedicándose más de veinte años Hifas da Terra, que hoy cuenta con unos 120 empleados en varios países. 

Cuando su profesor de la Facultad de Biología de la USC le propuso una orientación empresarial para su carrera, Catalina Fernández de Ana Portela pensó en si entorno más cercano, en el que las setas eran algo cotidiano. Su padre, micólogo y fitopatólogo de la Xunta, la acercó a un mundo, el de los hongos, que ha sido su profesión durante los últimos 23 años, los que tiene de vida Hifas da Terra, una spin off de la USC que comenzó cultivando con altos estándares de calidad y medioambientales setas para alimentación y que poco después comenzó a investigar e innovar en las propiedades medicinales de los hongos.

La producción de hongos (que en principio se hacía 100 % en Hifas da Terra, pero en la que ahora colaboran unos 40 productores entrenados por la spin off) es ecológica y sostenible. «Nuestra obsesión como biólogos era devolver a la tierra más de lo que tomábamos de ella, que es algo que hacen las setas», explica Fernández de Ana. Aprendiendo del «complejo mundo molecular» de los hongos, en la actualidad se centran en los usos para la salud, un camino que llevan transitando 18 años.

«Con los resultados de la investigación vamos creando que van mejorando la vida de las personas». Por ejemplo, han desarrollado una línea de oncología integrativa. Es decir, complementaria al tratamiento convencional. Los pacientes tienen su tratamiento (ya sea quimioterapia, inmunoterapia o radioterapia) e Hifas da Terra proporciona una terapia de soporte.

Además, tienen productos para estrés y ansiedad, mejorar el descanso y las digestiones y también para combatir la degeneración neuronal, ya sea para personas que, por ejemplo, tienen antecedentes familiares de demencia y quieren prevenir el deterioro o para aquellas que ya están inmersas en procesos como el alzhéimer o el párkinson, explica la gerente de Hifas da Terra, que tiene su matriz en Pontevedra pero que cuenta ya con filiales propias en cinco países y distribuye en otros 15. De hecho, el 60 % de su producción se vende fuera de España y su vía comercial principal es la prescripción médica con mucha venta en farmacia.

«El avance sobre el que se centran los hongos es la inmunología». Catalina Fernández de Ana explica que la inflamación «subyace en todas las enfermedades». Los hongos son grandes antiinflamatorios y una riqueza molecular enorme. La importancia de modular la respuesta inmunitaria ha sido una de las lecciones que han permeado a la sociedad durante la crisis del coronavirus y, de hecho, la gerente de Hifas da Terra cita una encuesta que revela que, tras la pandemia, más del 70 % de los españoles han consumido algún suplemento para reforzar el sistema inmunológico.

Y eso es lo que hacen precisamente los hongos, «ayudarnos día a día a estar fuertes» para vivir lo más sano posible y mantener el máximo tiempo posible ese estado de salud. Fernández de Ana Portela habla del empoderamiento de la población, de tomar conciencia de las necesidades del cuerpo y prevenir carencias en el estado de salud. «Esa es la verdadera sociedad del bienestar».

«Se habla mucho de la dieta mediterránea, pero los gallegos hemos demostrado que somos los verdaderamente longevos», dice Catalina Fernández de Ana. Bajo el nombre de Optimum, Hifas da Terra ha desarrollado una fórmula «para los pilares básicos que en la sociedad actual necesitamos mejorar»: plasticidad neuronal, reducir estrés, tener mejores digestiones, mejorar la piel, pelo y uñas y aumentar la vitalidad.

Lo cierto es que los hongos son organismos que cuentan con una grandísima riqueza molecular, derivada de que han evolucionado durante millones de años y han desarrollado mecanismos de adaptación gestionados por moléculas. «Se les conoce como adaptógenos» y esa capacidad de adaptarse «es lo que nos transfieren a nosotros cuando los ingerimos», explica Fernández de Ana Portela.

En la actualidad, alrededor del 40 % de los medicamentos que se conocen tiene una base en los hongos. Tienen desde enzimas a vitaminas, minerales, alfa glucanos, beta glucanos, ácidos grasos... Y todo en pequeñas cantidades, conocidas como trazas. Esa sinergia los convierte en organismos muy completos, que proporcionan aportes vitamínicos y minerales equilibrados. Además, tienen capacidades antivirales y bacteriostáticas o bactericidas, explica la gerente de Hifas da Terra.  

 Otra de las ventajas es la mayor biodisponibilidad de esos nutrientes, que toman directamente de la tierra gracias al modo en el que se cultivan y que pueden llegar a superar la de otros alimentos, cultivados muchas veces mediante hidroponía. «Los hongos todavía se cultivan en componentes orgánicos naturales y absorben estos elementos, que nos dan al ingerirlos y de manera mucho más biodisponible porque los han absorbido y trabajado previamente», aclara Catalina Fernández de Ana Portela.