Los pensionistas británicos deberán apretarse el cinturón, pues, aunque el Gobierno tiene previsto aumentar sus nóminas por encima de la inflación (2,5 %), sus ingresos podrían terminar congelados o apenas aumentando a largo plazo. La razón se debe que se eliminarán las ayudas a los jubilados de menores ingresos para las facturas de la calefacción y la electricidad. Esta cancelación forma parte de las medidas de ahorro aprobadas por el Ejecutivo del laborista Keir Starmer para cubrir el déficit de 20.000 millones de libras (23.719 millones de euros). Así, las pensiones mínimas subirán unas 400 libras (474 euros) al año desde abril. Sin embargo, la eliminación de las ayudas energéticas reducirá el aumento entre 100 y 200 libras (118 y 236 euros) al año.