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Una enfermedad apaga la sonrisa de Natalia González, una conocida hostelera de Santiago de 46 años que tomó las riendas de Los Caracoles

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro LA VOZ / REDACCIÓN

OBITUARIOS

Manuel y Natalia, en una foto de archivo en el restaurante Los Caracoles, en el casco histórico de Santiago
Manuel y Natalia, en una foto de archivo en el restaurante Los Caracoles, en el casco histórico de Santiago Álvaro Ballesteros

Hoy está prevista una misa en su recuerdo en Boisaca y luego se trasladará su cuerpo al cementerio de San Pedro, en Val do Dubra

08 jul 2023 . Actualizado a las 22:42 h.

Cuando la muerte llega, y se lleva a una persona querida y admirada por sus amigos y familiares, resulta difícil transmitir en palabras todo el cariño y consuelo que se merecen ellos y, sobre todo, la memoria de quien dice adiós aun a pesar de tener toda la vida por delante. Natalia González Pose, falleció ayer, 5 de julio, a sus 46 años después de pelear como solo ella sabía contra una terrible enfermedad que no le dio tregua.

Natalia era la cara amable que recibía a todos los que, alguna vez, se cruzaron con ella en el bar Los Caracoles de la rúa da Raíña, en Santiago. Ella, que siempre destacó por su belleza, comenzó en el mundo de la hostelería junto a sus padres María y Germán, fallecido. Natalia lo llevaba en la sangre y se notaba lo mucho que disfrutaba del oficio. La Familia González Pose está emparentada con otros conocidos hosteleros de Santiago, entre los que destacan locales conocidos como El Central, San Jaime y Sala Riquela.

Aparecen unas flores en el bar Los Caracoles por el fallecimiento de su propietaria, Natalia González Pose
Aparecen unas flores en el bar Los Caracoles por el fallecimiento de su propietaria, Natalia González Pose Xoán A. Soler

Cuando sus padres se jubilaron, en el 2010, Natalia se hizo cargo del restaurante que habían abierto ellos allá por 1986. En los últimos años, Manuel Ameneiro, su marido, compartió el quehacer en Los Caracoles. Ellos le dieron un giro al restaurante y lo situaron en la actualidad, con una propuesta gastronómica moderna y que recibió el respaldo de los clientes de siempre, y también de otros nuevos.

Desde que la enfermedad empezó a complicar aún más su día a día y el de su familia, cerraron el restaurante. Fue a mediados de diciembre, y hace solo unos días había vuelto a abrir ya sin la sonrisa de Natalia. Ayer se apagó para siempre y deja un enorme vacío en su familia. Su hermano Xermán, fundador de O Celme do Caracol y antiguo miembro de la directiva de Hostelería Compostela, será sin duda, un apoyo para sus sobrinos Manuel y Sofía

Natalia González Pose fue velada en el complejo Apóstol en Boisaca, donde se ofició una misa a las 12 horas. Después, estaba previsto que su cuerpo fuese conducido al cementerio de San Pedro, en Val do Dubra.