¿Es una irresponsabilidad lo que está haciendo el Movimiento 5 Estrellas en Italia? ¿Por qué no le da gobierno al fracasado frente amplio de Bersani? Mal que le pese a los de la ceja y en general a los que fueron de guais en la política española durante 36 años, los votantes del Movimiento ciudadano 5 Estrellas no distinguen entre Bersani, Monti o Berlusconi, percibidos en su conjunto como el sistema mediante el que se obliga a la gente a pagar las deudas que no son suyas, se privilegia a los banqueros y a las grandes fortunas y se financian ilegalmente los partidos. No dar gobierno al lado izquierdo de este sistema es una posición política de la máxima responsabilidad para más del 20 % de los votantes italianos, interesados en establecer un orden completamente nuevo, que es compartida por un porcentaje de votantes equivalente en España, situados ahora en la abstención de forma masiva. Que a los políticos españoles de la vieja izquierda no les venga bien es comprensible, tiene que ser fastidioso que los ciudadanos se organicen por su cuenta e irrumpan en los medios y en las contiendas electorales haciendo caso omiso de la jerarquía, plantando cara aunque reduzcan a siete días la duración de las campañas oficiales; en la Red, que es donde se deciden estos votos, la campaña es permanente. Ya hemos escrito sobre las excepciones que significan Anova y Compromís o Xosé Manuel Beiras y Joan Baldoví, que con su trayectoria de acciones de protesta en sus respectivas Cámaras ejercen con responsabilidad el mandato de sus votantes, que no es otro que acabar con el sistema que nos rige, enfrente de la posición que ocupan Cayo Lara o Rubalcaba.
Tampoco preocupa mucho en el espacio de ruptura que IU/ICV o el PSOE logren instrumentalizar, por poner un ejemplo, a la líder de Stop Desahucios Ada Colau, porque no cesará la producción de portavoces ciudadanos triunfando en las redes sociales, copando las primeras de los medios digitales hasta generar cientos de miles de visitas en YouTube, para convertirse en fenómenos de audiencia del máximo interés de los medios convencionales, mucho más atractivos para los anunciantes que cualquier líder mediático del viejo lado izquierdo. La verdad es que ahora importan poco las dotes para la comunicación, las audiencias se consiguen con lo que se dice, lo que los ciudadanos quieren que se defienda, como por ejemplo la dación en pago sin más contemplaciones.
Los líderes mediáticos de la vieja izquierda española están desorientados, los más espabilados se acaban de enterar de que forman parte del sistema que quieren derribar un número creciente de electores; se ha tenido que estrellar Bersani cuando esto está planteado así desde que el Pasok tuvo que entenderse con Nueva Democracia en Grecia y así se lo hemos contado a nuestros lectores. Los más ignorantes de la situación suspiran aún por sumar con el PSOE aunque esa boda esté arreglada si es que aquí nadie suma con nadie, que le pregunten a los italianos cómo se resuelve eso. O a los griegos.