En materia económica la propaganda lo soporta todo, pero el bolsillo de las familias españolas y de las empresas, no. La decisión del Banco Central Europeo de subir los tipos de interés por quinta vez consecutiva tiene importantes consecuencias para los ciudadanos, que ya se han gastado el colchón de ahorro generado en la pandemia. Que las hipotecas se encarezcan y que las empresas tengan más complicado acceder a los créditos es una medida de ortodoxia económica para intentar reducir la inflación y desactivar determinadas burbujas económicas. Una inflación, por otra parte, que se reduce más lentamente de lo previsto. A este retraso hay que sumar en España el drama del paro. Es cierto que enero suele ser un mes malo para el empleo, pero los datos referidos al mes pasado han batido todos los registros negativos. Jesús Martínez Madrid. Gerona.
La naturaleza del escorpión
En los peores días de la pandemia los países miembros de la Unión Europea compraron conjuntamente vacunas para salvar las vidas de la población (en la medida de lo posible, claro, porque ya había muchas bajas). Así es la condición humana, ¡con sus pocos aciertos y sus muchas contradicciones! Ahora, en el primer aniversario de la guerra, la vieja Europa vuelve a comprar conjuntamente, pero esta vez armas, que no salvan vidas precisamente. Tengo más de seis décadas de vida y mi generación, en este país, no conoció una guerra, si acaso una parte importante de la posguerra española. La escasez, el aislamiento, una minoría de edad durante cuarenta años. Pero esa era otra historia, la de nuestra guerra civil y sus consecuencias. Está claro que no aprendemos y que cualquier mal acuerdo es preferible a la pérdida de una sola vida humana. Entonces ¿en dónde está el problema para detener la escalada letal de armamento? ¿En qué quedaron las reflexiones de tantos sabios que en el mundo han sido, avisando a las generaciones siguientes de la inutilidad de la guerra, de que no sirve de nada, si no es para generar muerte, dolor y odio durante décadas entre los pueblos? ¿Qué ideales defienden una bala, un misil, una bomba? ¿En dónde quedó la lección de la Segunda Guerra Mundial? Ah, es que aquellos eran otros protagonistas. Pero se repite la condición humana, si nadie lo remedia. Y parece que no hay la mínima intención de tal cosa. Es como la naturaleza del escorpión. Fiel a sí misma por siempre. M.J. Vilasuso. As Pontes
Nuestra bandera
Al decir Rufián que el ademán de Nogueras, retirando la bandera constitucional para no ser fotografiada a su lado es «muy útil, superútil», no sé a qué puede referirse. Lo ignoro, pero le recordaré que, la bandera constitucional, hasta la fecha, sí nos alimentó, sí nos curó y sí nos consoló. Si sus declaraciones fueron una ironía, nosotros, los que amamos nuestra bandera, también podríamos ironizar y hacer declaraciones sobre cualquier bandera. Pero siempre respetaremos cualquier enseña. Pío Pedreira . A Coruña
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