«¿Está la tecnología al servicio de los humanos o al revés?»

OPINIÓN

DADO RUVIC | REUTERS

18 abr 2023 . Actualizado a las 10:50 h.

IA: ¿quién gobierna a quién?

Hace poco, el cofundador (junto con el fallecido Paul Allen) de Windows, Bill Gates, que no es Elon Musk, venía a decir, en relación a una supuesta intención de moratoria de seis meses sobre la investigación en IA, que eran peor los perjuicios que se causaban que los males que se querían evitar..., lo cual nos lleva a un asunto de suma y urgente importancia: sobre los límites, regulación, etcétera, como en tantos otros aspectos de la ciencia, de la inteligencia artificial.

Nos lleva, por ejemplo, a la pregunta de: ¿quién está al servicio de quién? ¿La tecnología al servicio de los humanos o al revés? O dicho de otra forma, ¿quién gobierna la economía, la vida de los humanos? Es decir, si gobiernan los humanos, a través de sus gobiernos legítimos y que deciden, a través de debates abiertos y públicos, dentro y fuera del Parlamento, cómo quieren vivir, afrontar sus conflictos, etcétera; o son las frías e impersonales máquinas las que gobiernan el planeta.

Porque da la impresión de que, si se nos escapa de las manos, podemos desembocar en ese mundo terrorífico que hace ahora un siglo llevó a la pantalla Fritz Lang en su película Metrópolis, algo que causa escalofríos solo de pensarlo. ¿Eso es progreso, avanzar, mejorar...? La respuesta, en el mejor de los casos, no está clara.

Dicho de otra forma: el metaverso, las redes sociales y la inteligencia artificial no pueden campar a sus anchas, como está sucediendo hasta ahora. José García Cortijo. Ferrol.

Epidemia de violaciones

Estas últimas semanas no dejan de salir noticias acerca de violaciones por parte de menores. ¿Qué podemos hacer para evitar esta epidemia? Debemos trabajar en las causas. Los mayores y responsables de menores deberían educarlos con coherencia y valores, y protegerlos de poder acceder a la pornografía. Un niño de 8 años no debería ver pornografía.

Los padres y madres deben educar sobre las relaciones humanas: el cariño, el respeto, la reciprocidad, etcétera, y evitar que sus hijos se eduquen con el porno, donde aprenden que la relación sexual es una violación, puesto que el modelo que se reproduce es machista y el escenario que representa es el de un varón con un deseo irrefrenable ejerciéndolo sobre una mujer sometida. Marta Miguel Gamero. Els Monjos (Barcelona).

Clase política y ciudadanía: hasta las narices

El popular Alberto Casero y el socialista Bernardo Fuentes (Tito Berni) cobrarán 12.500 y 10.000 euros, respectivamente, por dejar de ser diputados, pese a estar investigados por casos de corrupción. Con estas noticias tan bochornosas, ¿aún se pregunta la clase política por qué la ciudadanía se aleja cada vez más de ellos? Mírenselo, porque a quienes piden el voto sin ningún tipo de rubor les tienen hasta las narices. José Manuel Mingo Jiménez. Bilbao.

Papá, dame 1.500 pavos (de momento)

Din as estatísticas que cada vez é máis difícil que a mocidade se emancipe do fogar dos seus pais. É algo que non é novo, pero que non por iso deixa de ser un problema actual, xa que as cousas non van a mellor. Á falla de traballos onde os salarios sexan dignos, a nosa xente moza atópase coa complicada tesitura de non ter un acceso axeitado á vivenda, máis ben todo o contrario, supón un quebradeiro constante para poder afrontalo.

Nestes días fálase  da lei de vivenda, din que é a primeira regulada na historia de España. En todo caso, tamén é certo que as comunidades autónomas teñen competencia sobre a materia e ten pinta que as que non comungan co Goberno central non están polo labor de aplicala.

A todo isto hai que sumar que ningunha administración (estatal, autonómica ou local) pon interese na oferta de vivenda pública, polo que nos atopamos con máis demanda que oferta e os prezos do alugueiro non se poden asumir.

En definitiva, entre o custe da vida, os salarios baixos e o traballo precario, moito nos tememos que unha soa persoa non poida afrontar todos os gastos. Por iso, os 1.500 euros para todo axiña van  quedar curtos. Rosendo Fernández González. Ourense.

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