El gran salto

Tamara Montero
Tamara Montero CUATRO VERDADES

OPINIÓN

02 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Cada vez que se arranca el velo que tanto tiempo había mantenido oculto un caso, en mi mente se repite en bucle aquella alfombra roja del cambio de milenio en la que Courtney Love lo dijo todo: si Harvey Weinstein te invita a una fiesta privada, no vayas. Tuvieron que pasar más de diez años para rasgar la impunidad con la que actuaba un depredador sexual que se cimentaba en el poder absolutista que ejercía en la industria cinematográfica. La cuchilla que abrió paso fue un #Me Too que hizo tambalear los cimientos de Hollywood, se extendió a otros muchos países y desde entonces resurge periódicamente, cuando alguna de nosotras es capaz de reconstruir con palabras aquello a lo que ha sobrevivido para pedir responsabilidades. Y eso suele generar una corriente marina a la que se van sumando otros casos, otras vivencias que comparten como protagonista a un solo hombre. En España, también.

Ocurrió con Carlos Vermut, con Rafa Roche, con Javier Pérez Santana, con Armando Ravelo, con Íñigo Errejón y ahora, con Gervasio Deferr. Su serie ha sido aplazada después de que hayan surgido denuncias por violencia sexual contra él. Quizá ha llegado la hora, el momento en el que se dé El gran salto y por fin los hombres asuman su responsabilidad en un sistema que ha normalizado la violencia hasta tal punto que, cuando la denunciamos, también se vuelve contra nosotras.