
Esa cifra, expresada en euros, es un montonazo de dinero, que la UE quiere dedicar a la adquisición de armamento, con el fin de protegerse de cualquier ataque. Ese dinero será aportado por todos los países de la unión. A ver lo que le corresponde a España, pero ya han empezado las disculpas: es que no llevo suelto, es que este año no me viene bien, etcétera.
Estamos en una situación excesivamente compleja y peligrosa, debido a las actuaciones excéntricas e inesperadas de Trump, que quiere retirar las ayudas a Ucrania, a la OTAN y vaya usted a saber a quién más. De todos modos, debemos ser fieles a los clásicos: si quieres la paz, prepara la guerra. Europa debe aprovisionarse del armamento adecuado y efectivo para defenderse.
Para convertir todo ese dinero en armamento, es necesaria una gran planificación previa.
Sin ningún tipo de disertación, dudas o discusiones, deberían de constituirse comités de expertos, formados fundamentalmente por militares, los que saben de armas. Habría que definir los tipos de armas que se necesitan, tanto ofensivas como defensivas y las cantidades que se requieren de cada tipo. Luego entrarían en juego las personas encargadas de reunirse con los fabricantes de armas para que, en el menor tiempo posible, suministren el armamento pactado. Habrá que buscar transporte para llevar las armas a las zonas de defensa y adiestrar al personal para que las usen de manera eficiente. El camino es largo, pero necesario.