Cobro ventaja y me adelanto a los primeros días de febrero del 2020. Son las fechas fijadas para una Super Bowl que cumplirá 54 años en el Hard Rock Stadium, al norte de Miami. Algunos ya lo saben, es ese espectáculo deportivo que mueve millones de dólares en contratos televisivos, publicidad y otros beneficios que son ejemplo en el mundo de la mercadotecnia.
Y me pilla todo esto pensando en la final, porque apenas finalizada la fase regular, Tom Brady puede seguir haciendo historia con sus Patriots, aunque esta vez se cruzará en su camino uno de esos atletas del siglo XXI, el joven Lamar Jackson, con la batuta de sus Ravens. También crea cierta ilusión que San Francisco vuelva a reinar en la Liga Nacional, rememorando aquellas épocas de los mariscales Joe Montana o Steve Young.
Tampoco vamos a perdernos el intermedio musical, el que patrocina una marca de bebidas burbujeantes, para presentar esta vez los ritmos latinos (maiameses, of course) de Shakira y Jennifer López (J. Lo para los íntimos), en un macroconcierto de veinte minutos al estilo americano. ¿Forzará Piqué la quinta tarjeta para no perdérselo?
Mientras tanto, nosotros por aquí con nuestro invierno. En el fútbol patrio -y gallego en particular-, enero es un mes clave, en el que cada equipo se quita la careta. El que aguanta los partidos del barro llegará a la primavera con opciones a todo. Iván Feijoo y Carlos Canal vuelven a sacar pecho en ese primer mes del 2020 para defender sus títulos nacionales de ciclocrós y el COB debe afianzarse en la rampa hacia el playoff. Y todo a son de salsa en el Hard Rock de Miami Gardens.