Francisco Cacharro: «El reto es muy atractivo porque pasas de tareas burocráticas a directivas»

x. m. r. OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Agostiño Iglesias

El secretario de la Diputación deja el organismo para reorganizar el Concello

21 jul 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Francisco Cacharro Gosende llegaba a la Diputación ourensana en el año 2001 como vicesecretario y desde el 2004 ejerce como secretario de la institución. Una etapa que va camino de ser pasado reciente: este lunes el Concello de Ourense anunciaba que será el nuevo coordinador xeral y desde la administración local se mostraba la satisfacción por el nombramiento -optaban tres personas al cargo- por poseer «grandes coñecementos xurídicos e amplo coñecemento da administración local». Mientras se daba a conocer la noticia Cacharro se afanaba en dejar cerrados los asuntos pendientes en la administración provincial. El viernes se trasladará al Concello.

-¿Coordinador xeral o «city manager»?

-La figura y el puesto es el de coordinador xeral, ese es su nombre. La referencia a city manager es correcta pero es una figura que como tal aquí no existe. Cuando emplea el término Jácome lo hace refiriéndose a la administración americana, donde son figuras de gran poder que elaboran los presupuestos, gestionan servicios y obras y cuentan con amplias competencias.

-¿El objetivo era un nuevo reto?

-Es una nueva etapa ilusionante. No conozco lo suficiente el estado del Concello de Ourense, pero es una administración con un potencial extraordinario y que está saneada, lo cual es un punto a su favor.

-¿En qué se diferenciarán sus nuevos cometidos laborales?

-Son realidades muy diferentes y se trata de un salto cualitativo al pasar de funciones burocráticas a otras de carácter directivo y de planificación, diseño y ejecución de políticas. No se parecen en nada los cometidos. Por eso es un reto muy atractivo, porque pasas de tareas burocráticas a directivas. Y un Concello como el de Ourense es muy atractivo porque cuenta con todo tipo de servicios y negociados, como si fuera un gobierno en sí mismo.

-Se ha aludido a un cargo con el máximo poder para poner orden en el Concello. ¿Esas expectativas generan una presión añadida?

-Para nada, además la presión siempre es un estímulo y un acicate para trabajar mejor. En todo caso, las afirmaciones son a veces hiperbólicas o exageradas pero no se corresponden con la realidad. No se trata de fastidiar a nadie, solo poner orden y echar una mano en lo que se pueda.

-¿Conoce la realidad interna del Concello de Ourense?

-No, pero sí te puedes hacer una idea de determinados aspectos al ver que existen servicios que carecen del personal que sería necesario o que hay concesiones que se están prestando en precario. Eso no puede estar así y hay que resolverlo, sacándolo de nuevo a concurso, rescatando el servicio, con fórmulas mixtas... como se quiera pero no puedes seguir así porque el servicio que le prestas a los ciudadanos se deteriora.

-Los sindicatos dicen que hay 300 vacantes en el Concello.

-Supongo que será cierto, en todo caso no es tanto el número como la cualificación. La administración necesita técnicos. El Gobierno ha restringido las contrataciones y las tasas de reposición no se han cumplido, lo que ha generado una administración obsoleta. Es uno de los aspectos a corregir y se hará poco a poco. No debería ser un problema. En todo caso es algo generalizado en la administración, no pasa solo en el Concello de Ourense.

«Cierro una etapa muy satisfactoria en la que pude poner en práctica nuevos modelos»

Francisco Cacharro Gosende, lucense de 49 años, pone fin a 19 años de trabajo en el organismo provincial. Se va satisfecho con el trabajo realizado y las experiencias vividas

-¿Cómo valora esta casi dos décadas en la Diputación?

-Ha sido una experiencia muy intensa y muy bonita, en la que además tuve la oportunidad de poner en práctica determinadas iniciativas y proyectos que tenía en mente en materia de servicios intermunicipales que el tiempo ha demostrado que funcionan, como la recogida de basuras o la red de perreras.

-¿La RPT fue la gran polémica en estos años?

-No. Todas las RPT (Relación de Puestos de Trabajo) son polémicas, como los PXOM. Lo que conseguimos fue introducir un principio de orden y, a partir de ahí, se fueron corrigiendo deficiencias. Necesitábamos información para luego ir planificando, y así se hizo. Se ha avanzado en muchos aspectos; cierro una etapa muy satisfactoria en la que pude poner en práctica nuevos modelos y dinamizar la administración provincial. Entre otras iniciativas tuve la suerte de poner en marcha la administración electrónica.

-¿Tener que ir a declarar por las contrataciones fue su trago más amargo?

-Fue un momento complicado, sin más. Se juzgó un hecho puntual en su día, se resolvió y no hay nada más que decir.

-En su día estuvo en el PP. ¿Sigue teniendo militancia?

-En el PP me di de baja en el año 2007. Luego estuve en UPyD, de donde me fui en el año 2010.