El vecino desaparecido gozaba de buena salud y orientación
17 dic 2018 . Actualizado a las 17:19 h.Ramón López, a sus 89 años, gozaba de buena salud, no tomaba medicinas ni padecía ninguna demencia senil que le hiciera desorientarse. Era un hombre válido pese a algunos achaques de su avanzada edad, como algo de falta de oído. Al anciano, vecino de Alais, en Castro Caldelas, le gustaba madrugar y pasear entre los núcleos de su parroquia, desde A Eirexa, donde residía. El lunes, a las 19.30 horas, un vecino le vio por última vez. Al ver que no llegaba para la cena, su hijo, Manuel López, dio aviso al 112.
Enseguida se montó una búsqueda que se mantuvo activa hasta la madrugada del martes y se reanudó a primera hora de la mañana con varios equipos de la Guardia Civil, que aportó su helicóptero y perros especializados, agrupaciones de Protección Civil de varios ayuntamientos y vecinos voluntarios. Ayer no se encontró rastro de Ramón, ni en las proximidades de donde vivía ni ampliando el radio de búsqueda a las escarpadas viñas, ya abandonadas, de esta zona de la Ribeira Sacra.
Nadie se explica en Alais que le pudo pasar a Ramón. Un teniente de la Guardia Civil dividió la zona por cuadrículas para repartir a los grupos de búsqueda. Los motoristas del Seprona recorrieron más de cuarenta kilómetros por el monte, dos de los voluntarios de Protección Civil de Maceda buscaron a caballo, pero sin éxito. El anciano andaba despacio, pero bien orientado, corroboran su hijo, sus vecinos y la alcaldesa, Sara Inés Vega. Nunca se había perdido así. Su amigo y vecino Juan Rodríguez Regodeveses explica que Ramón coordinaba la conversación y aún se defendía leyendo. Las fincas más próximas a Alais están bastante limpias, comenta la alcaldesa, pero en otros zonas próximas ya reina la maleza, que dificulta la inspección de los voluntarios y profesionales.