Una vieja capilla industrial nutre de arte sacro varias iglesias de Valdeorras
O BARCO DE VALDEORRAS
El retablo caoba forma parte ahora del templo de Veigamuíños en O Barco
13 dic 2022 . Actualizado a las 18:46 h.A mediados del siglo pasado hubo empresas que construyeron auténticos poblados donde antes no había nada para tener a sus empleados cerca de su puesto de trabajo. Era el lugar en el que vivían los asalariados y sus familias y contaban con servicios propios como la consulta médica (entonces no había sanidad pública), la escuela, el economato o la iglesia. Con el paso de los años algunas firmas optaron por deshacerse de esas propiedades y se las vendieron a los trabajadores (como es el caso de los poblados de Saltos del Sil en Petín y los de Iberdrola en A Pobra de Trives o Manzaneda, nacidos para dar cobertura a la construcción de embalses) y otras se fueron quedando sin habitantes, como las que tenía Cedie en O Barco de Valdeorras.
Las viviendas fueron derribadas hace unos años para dar paso a las nuevas fábricas que copan la instalación y en breve pasará algo similar con la capilla, un viejo edificio al pie de la N-536 que perdió parte del atrio por las obras de construcción de la rotonda que da acceso al Mercadona.
No solo estaba allí la iglesia. En tiempos el inmueble era también escuela. Ahora están sin uso. Han pasado décadas desde que el último niño estudió en aquellos pupitres y casi diez años desde que la misa dejó de celebrarse en el templo. Hasta entonces la capilla se abría cada mes de enero para celebrar el San Antón, pero los problemas de estructura llevaron a cambiar de ubicación la misa y se pasó al pabellón polideportivo, situado en las inmediaciones. Así se mantuvo hasta la pandemia obligó a dejar de lado la tradición por no permitirse aglomeraciones.
El pasado mes de enero el nuevo párroco, Jesús Álvarez, decidió recuperar la bendición de los animales, una cita que trasladó a la iglesia de Santa Rita. Y fue ese el momento que aprovechó para pedir a Cedie la cesión de lo que quedaba dentro de la capilla. «Quería evitar que se perdiera lo que había o que acabara en manos de un anticuario», relata. Desde la empresa consiguió un sí inmediato.
Los elementos recuperados han sido destinados a distintos puntos de la diócesis de Astorga, a la que pertenece O Barco. El retablo, el elemento más característico de la capilla de Cedie, fue restaurado y ahora forma parte de la iglesia de Veigamuíños, la más próxima. «Es un trabajo de carpintero bueno, de los años 60 y estilo neogótico; es sencillo pero aparente», explica el párroco. Tenía algunos problemas causados por la humedad en la parte inferior, que fueron solventados y además se repasó la pintura para recuperar sus característicos tonos caoba. «Ahora está esplendoroso», remarca el párroco, que el domingo pudo bendecirlo en la misa en su nueva ubicación. En las hornacinas están San Antonio, Santo Tirso y la Virgen de las Nieves. Quedan todavía pendientes de restaurar un San Cristóbal, un corazón de Jesús y un corazón de María. También se llevó un confesionario de estilo neogótico. «Es patrimonio sin valor artístico, pero sí cuentan con un gran cariño de los fieles», explica Álvarez.
Parte de los bancos han ido a el Bierzo y otros se han destinado a iglesias de la comarca de Valdeorras. El sagrario se ha guardado a la espera de que sea preciso para algún lugar de culto. Y lo mismo sucederá con el ara que se sacó del altar durante el acto de desacralización de la vieja capilla.