Bendiciones para las mascotas

La Voz

PONTEVEDRA

RAMÓN LEIRO

Praza da Ferrería Una veintena de animales, canes en su mayoría, acudieron ayer a las puertas de la iglesia de San José para ser bendecidos en el día de san Antonio Abad

17 ene 2005 . Actualizado a las 06:00 h.

?yer tuvo lugar la tradicional bendición de animales en los soportales de la iglesia de San José de Campolongo. Y la práctica totalidad de las mascotas que acudieron a encomendarse a san Antonio Abad fueron perros. Las excepciones las marcaron Melchor, un periquito que dejaron este año los reyes -de ahí su nombre- en el domicilio de Octavia Osorio, y Frida, una preciosa coneja blanca que portaba su dueña, Beatriz Suárez, en un coqueto transportín de mimbre. Entre los perros, algunos acudían a por primera vez a esta cita con el agua bendita, como Perla, una juguetona boxer de cuatro meses que llevaba Silvia Pereiro; Mai, de dos meses y medio que se pasó la ceremonia en brazos de José Pereiro, o Reina, una vivaracha palleira de 4 años. A su propietaria, María Luz Casal, al igual que al resto de los presentes, les parece una muy buena la idea de la bendición de sus mascotas, y subrayó la necesidad de tratar bien a los animales, «creo -apostilló-que es de buena gente», apostilló. ?untuales a la cita también estuvieron otros canes veteranos en estas lides, como Nonsei, el yorkshire terrier de Concha Cerdeira, que no faltó nunca a este acto desde su recuperación en el año 2000 por el párroco de Campolongo, José Antonio Fernández Recuna, que ofició una ceremonia que antiguamente, se celebraba en la plaza de A Leña. También estuvo Lúa, una cocker espaniel del sindicalista Francisco López, que aparcó por un momento su lucha en favor de la papelera y acudió al acto en compañía de su mujer, Pilar Miguélez. Además, inmortalizó el acto haciendo fotos de su perra, que tiene su propio álbum, y que acudió lucieciendo un colorista chaleco de cuadros escoceses. ?or su parte, también estuvo Chispa, una westhy viajera que ya estuvo en Italia y en Francia. Su propietaria María Álvarez lamentó la falta de lugares acondicionados para dejar a los mascotas en vacaciones, y que en España tampoco existan muchos hoteles que permitan su entrada. Chispa realizó su primer viaje internacional a Italia, siendo un cachorrillo de 4 meses. Su dueña recuerda que se hicieron con el perro hace cuatro años «con fines terapéuticos, para distraer al abuelo». Ahora es un miembro más de la familia y además, se encuentra en su mejor momento, si hacemos caso del refrán: catro anos de can novo, catro anos de can bo, catro anos de can malo e catro anos de can vello.