El estado de ánimo del Zaragoza en el partido de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey contra el Pontevedra va a estar condicionado al papel que hagan los pupilos de Víctor Fernández el domingo en el estadio Ruiz de Lopera contra el Betis.
Los maños parecen estar metidos en una especie de reino de taifas. Los problemas que generó el argentino D'Alessandro han desestabilizado un tanto el ambiente en el vestuario, lo que unido a la inesperada derrota del pasado domingo en La Romareda ante el Valladolid hacen que las aguas bajen revueltas en Zaragoza. Y en ese ambiente espera poder pescar el Pontevedra el próximo miércoles en Pasarón.
Además, Víctor Fernández ha perdido al ex madridista Pavón y a al ex celtista Sergio Fernández con lo que las cosas se le complican para el próximo mes y medio al que fuera entrenador del Celta.
La lesión de los dos centrales le ha obligado a echar mano del canterano Raúl Goni, quien estará para echar una mano a la cobertura si las cosas empiezan a complicársele en el Ruiz de Lopera.
De esta forma, el Pontevedra tendrá un poquito menos de dificultades para poder superar al Zaragoza. Después de escapársele el Barcelona y el Real Madrid en el sorteo celebrado en la Federación Española de Fútbol el presidente granate anunció que el emparejamiento con el equipo maño no había sido el premio gordo y que estaban dispuestos a ir a por él en los dieciseisavos de final.
No obstante, a ambos equipos todavía les esperan sendas jornadas de Liga que pueden influir en su ánimo durante los tres siguientes días. Una derrota del Zaragoza en Sevilla podría hacerle perder esa magnífica renta que le ha sacado a los equipos de la zona media de la clasificación. Al Pontevedra, un nuevo traspié en Pasarón ante el Leganés supondría también un duro golpe para un equipo que en estos momentos trata de pensar solamente en la Liga.
Será, por tanto, un fin de semana a seguir muy de cerca ya que el que salga mejor parado puede tener una importante inyección anímica. Y por el momento, el Pontevedra, con su reciente victoria en Luanco cuenta con un margen de confianza que los de Javi Gracia no parecen dispuestos a regalar.