Kaldarte, entre la provocación y la reivindicación

PONTEVEDRA

El proyecto de arte público del Festival Cultura Quente de Caldas se visitó ayer

06 jul 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Un año más, y van once, Kaldarte está en las calles de Caldas. Las obras que forman el proyecto de arte público del Festival Cultura Quente se explicaron por boca de su comisario, Juanjo Fuentes. Algunas estaban a medio terminar y una de ellas, una videoinstalación, se estrenará mañana en los bajos del Centro Comarcal. Este año no hubo una temática común, de ahí el título de No-nexo. Sin embargo, la provocación y la reinvindicación se repiten. Como novedad se editó un periódico que recoge la trayectoria de Kaldarte y las obras del 2008.

Entre las que buscan la provocación están las dos del artista madrileño Fernando Sánchez Castillo. En la entrada al parque-jardín está su fuente para beber agua salida de los labios de Franco. La cara del Caudillo no pasó desapercibida para los vecinos. La otra, que cuelga de las Palmeras, son las letras luminosas «Todos somos indeseables». ¿Alguien se da por aludido?

Reinvidicativa es la Ruta Alternativa da Auga que proponen Cristian Diamante y Christian G. Bello. Un recorrido de varios kilómetros en el que denuncian el impacto sobre el paisaje de la variante este, que llaman autopista, y las contradicciones que conlleva el progreso.

En la carballeira se volvió a ver ayer la Niebla de Marta Fernández Calvo y también en este espacio y en otros están los círculos y marcas de colores de Alexandre Argibai y Uxía Piñeiro que desembocan en un intencionado reflejo en el río Umia. Cerca, los tres artistas portugueses de The Fictionary Players recrean, a su manera y sin mujer, el célebre cuadro de Manet Desayuno sobre la hierba.

En la burga, Iria Beltrán incorpora a Kaldarte el único proyecto de arte público a través de la fotografía. A unos pasos, en el lavadero, está otra de las obras más llamativas. La de Edita Rodríguez, que cubre el pilón con cortinas blancas y jabones lagarto con mensajes grabados a láser, en una búsqueda del lavadero como sitio público pero también espacio privado.

En la calle Juan Fuentes trabajan a pie de pared Tiñas y Pelucas, que recurren con su graffiti al conflicto del tráfico en Caldas con la ayuda de Ana Santiso. En el puente romano, María Lois y su sucesión de casetas rojas para pájaros simboliza lo que sucede cuando se construye sin control. El paseo concluye en el número 12 de la calle Real, donde Sara Álvarez transforma el viejo cine Cascallar en un teatro.