Una de las características más llamativas del desembarco de Touriño ayer en Pontevedra fue su cuidadosa puesta en escena. El escenario estaba dispuesto de forma que el público rodeaba al presidente, que apareció ante los asistentes vestido con ropa informal y con la conselleira de Pesca, Carmen Gallego, como interlocutora.
Una pantalla de grandes dimensiones proyectó un resumen de los principales logros sociales en materia pesquera del actual Gobierno autonómico. Posteriormente fueron valorados de forma más pormenorizada por el dirigente socialista. A continuación, el público hizo llegar sus preguntas que trataron de temas muy diversos: desde la zona C hasta el relevo generacional o los precios del mercado.
La anécdota, que supuso el momento más distendido, la protagonizó el mismo presidente. Fue después de que Carmen Gallego animase al público a soltarse y aplaudir a Touriño después de su segunda intervención. El líder del PSOE, con un toque de ironía, dijo que Gallego le hacía sentirse como si estuviese ante Ana Rosa Quintana.
Todo era tranquilidad dentro del pazo. Afuera varias funcionarias del CHOP protestaron contra la política de personal de Sanidade.