Ruta arqueológica por los tres grandes yacimientos de la ciudad

Elena Larriba redac. pontevedra@lavoz.es

PONTEVEDRA

07 abr 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

¿Sabes cuál fue el edificio más alto de Pontevedra desde el siglo XII al XIX? ¿Cúal es el lugar dónde nació la ciudad? ¿Dónde estaba situada la torre de Tristán de Montenegro? Son algunas de las preguntas que se responden en el circuito creada por el Concello para redescubrir la historia de la ciudad a través de los grandes yacimientos arqueológicos destapados en el casco antiguo de Pontevedra y que se pretenden musealizar con distintos proyectos en marcha. La concejala delegada del centro histórico, Teresa Casal, presentó ayer esta campaña de promoción y divulgación con fines culturales, y también como reclamo turístico, de esos importantes yacimientos arqueológicos, localizados en del entorno del puente de O Burgo (plaza de Valentín García Escudero), en el Campillo y en la avenida de Santa María.

El objetivo es despertar el interés de la población por nuestro patrimonio histórico hasta ahora oculto. Y cree Casal que quizás así los ciudadanos también entiendan mejor que merecen la pena las inevitables incomodidades que a veces producen las excavaciones arqueológicas. Grandes paneles con dibujos antiguos del historiador Celso García de la Riega nos remontan a la Pontevedra del siglo XV y resaltan la relevancia de los restos hallados en cada uno de esos puntos, aunque la valla del del futuro Museo da historia de O Burgo está todavía por instalar. Además otros carteles publicitarios (mupis) animan a los ciudadanos a realizar esta interesante ruta arqueológica. Torres Arzobispales. El edificio más alto de la Pontevedra medieval era el Pazo o Fortaleza Arzobispal, conocida popularmente como las Torres Arzobispales. Superaban a la Basílica de Santa María y dominaban la silueta de la ciudad desde la otra parte de la ría. La fortaleza fue derribada en 1873 y supuso, junto con la pérdida de buena parte de la muralla que rodeaba a la ciudad, una enorme tara patrimonial para Pontevedra. El foso defensivo hallado ahora con motivo de las obras de renovación de la avenida de Santa María, pertenece a la fachada interior de la fortaleza. Se trata de una enorme estructura compuesta por un muro muy labrado (escarpa), que era el que estaba pegado a las Torres Arzobispales, y un contramuro menos cuidado (contraescarpa). El foso contaba con un puente levadizo que puede estar asociado a la estructura que se aprecia en el fondo. También se encontraron varios proyectiles de piedra que fueron identificados como balas de catapulta, no en vano la fortaleza arzobispal fue asaltada por los Irmandiños (S. XV) y por los ingleses (s. XVIII). El Concello creará un Centro de Interpretación de las citadas Torres Arzobispales (CITA), vinculado al Museo da Historia da Cidade que se situará en O Burgo.

A mediados del siglo XIX el perfil de lo que es hoy el Campillo de Santa María estaba dominado por la torre de Tristán de Montenegro y por la puerta de «So a Esqueira», los elementos más definitorios en esta zona de la muralla que cerraba toda la ciudad. De aquella, el Concello derribó las estructuras y construyó la actual escalinata de la basílica, que costó 4.000 reales. Fue una época en la que se procedió a la destrucción de la cerca medieval y de otros elementos definitorios de la antigua Vila. Las excavaciones realizadas en el Campillo hicieron aflorar un completo conjunto de edificaciones y estructuras medievales en las que destaca la torre, un importante paño de la propia muralla con otras estructuras muy próximas y un camino de ronda interior con pavimento de cantos rodados. El Concello, siglo y medio después, pretende recuperar esta parte de nuestro pasado e integrarla en la configuración urbana de la ciudad y en el proyecto de iluminación suntuaria de la Basílica de Santa María.

La encrucijada que explica la existencia de Pontevedra está formada por el puente de O Burgo y el antiguo puerto medieval. Para conservar esta parte del pasado, el Concello va a levantar un moderno y ambicioso museo arqueológico o Museo da Historia, ya adjudicado. Este entorno está ligado íntimamente a la propia ciudad, a la que da nombre. Un puente romano original dio paso al medieval, que era una estructura de 15 arcadas y algo menos de tres metros de ancho, y a su lado nació el núcleo mismo del origen de Pontevedra. Las excavaciones de 1988 y las que se hicieron a partir del 2006 permitieron recuperar tres miliarios romanos datados entre los siglos II y IV, el puente medieval con su fábrica original del siglo XII, la antigua cárcel, un tramo de la muralla de la ciudad, el muelle del siglo XV y un camino enlosado de la zona portuaria. El conjunto se completa con una extensa colección de objetos, entre ellos más de 4.500 fragmentos cerámicos. Teresa Casal anunció la publicación de folletos para repartir en los colegios sobre este roteiro arqueológico, así como la celebración de unas jornadas sobre arqueología museística, en las que participará el arqueólogo municipal, Xosé Carlos Castro. Como estamos en Semana Santa y se esperan turistas, los textos de esta campaña divulgativa están en distintos idiomas.