Año a año, y merced a las reformas penales, los delitos al volante no dejan de crecer. Pontevedra sumó en el 2009 un total de 3.448 delitos, de los que 2.390 se tramitaron por juicio rápido. Se trata de una cifra que prácticamente triplica la casuística de dos años atrás y que implica un incremento de casi cuatrocientos delitos sobre el 2008.
Al margen de esto, los juzgados tramitaron más de trece mil procedimientos por toda clase de infracciones, incluidas faltas.
Entre estas causas, la Fiscalía ha reseñado algunas que merecen una especial consideración:
Trucar y rectificar. La Audiencia avaló la pena cuando se truca, rectifica o modifica un ciclomotor para aumentar su cilindrada.
Volando sobre el asfalto. Cuatro meses de prisión y dos años y un día de retirada del carné por circular en moto a 249 kilómetros por hora cuando existía una limitación de 50 kilómetros.
Inducir a conducir sin permiso. Un juzgado de Lalín condenó por inducción a una mujer que pidió a su hijo, que carecía de permiso, que condujese.
Obstáculos en la carretera. Existe delito contra la seguridad del tráfico cuando se origina un riesgo para los usuarios al colocar obstáculos en la vía pública.
Hugo Piñeiro. Cuatro años de prisión y seis de privación del carné por conducir sin licencia y provocar un accidente de circulación en la vía de O Salnés que le costó la vida a cinco personas, entre ellas a su propia madre.
Omisión del auxilio. Un juzgado condenó no solo al conductor por dos homicidios imprudentes a dos años y medio de prisión y la retirada del carne durante un año y seis meses, sino que el acompañante fue castigado con una multa por omisión del deber de socorro. Por este cargo, también respondió el conductor, a quien le cayó un año y dos meses.
Alcoholemias. Asimismo, el ministerio público alude a dos sentencias de la Audiencia Provincial, la primera de las cuales ratifica que se puede sostener una condena por conducir bajos los efectos del alcohol sin que exista un análisis que concrete taxativamente el nivel exacto de alcohol ingerido. Por su parte, la segunda resolución justifica que negarse a pasar un control de alcoholemia puede conllevar la imputación de un delito castigado con penas de prisión.
Makelele. Ya por último, la Fiscalía reseña la condena a Jorge Luis Sosa Mejuto, Makelele, y Samuel David Fiuza Viéitez por el homicidio de un matrimonio en Vigo cuando circulaban picados por el centro urbano.