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La cuesta arriba de los «skaters»

maría conde PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Vecinos de la zona vieja se quejan de las imprudencias de los patinadores

24 ene 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

«La calle es pública, pero para andar», dice un vecino de Isabel II. Como él, varios ciudadanos que viven en la zona monumental han deslizado ya su malestar por «la invasión» de skaters que especialmente los fines de semana descienden en tropel la cuesta de la citada calle hasta la de San Nicolás o la calle Real. Una zona llena de cruces por la que algunos de los patinadores «pasan lanzados», según afirma el citado testigo, con el consecuente peligro tanto de caídas como de que les alcance un vehículo o arrollen a su paso a cualquier viandante.

«Un día a alguno le va a pasar algo o van a dejar a un anciano inútil -advierte-. Y ahora pronto empezarán las fiestas de carnaval y sacarán los locales las mesas. Y un día van a saltar por el aire». Este vecino afirma que algunos sábados se juntan más de diez adolescentes para entrenar juntos y realizar estas bajadas (que asegura hacen tanto a pie como sentados en los denominados lomboards) y que además de Isabel II o San Nicolás pasan también por la calles Charino, Real o César Boente hasta el Mercado. «Da pánico verles -señala-. Hay gente que está dentro de los bares, por ejemplo el Reixas o el Rebusco, que lo dice. ¡Es que igual están bajando a cuarenta kilómetros por hora!».

En su caso, ha advertido a la Policía Local de la situación a través de varias llamadas telefónicas, «porque además del peligro que llevan, es que a veces al bajar los patines se les escapan al derrapar y pegan contra la fachada ¿por qué tienes que estar escuchando golpes cuando estás en casa?». «No es sitio para jugar», agrega mientras recuerda que los policías «enseñan seguridad vial a los niños, pero, ¿dónde está aquí la seguridad?». Los usuarios más pequeños, menores, suelen estar al mediodía, pero por las noches el relevo lo toman jóvenes y adultos, «y estos incluso te insultan cuando les dices algo». «¿Esa es la educación que les dan a los niños?» dice, mientras añade que «los padres están tan tranquilos, hasta que pase algo».

Sin sitio para practicar

«La gente se queja de que estamos en su calle -contestaba ayer un patinador, Hugo Aldatz- y me parece bien pero... ¿Cuál es mi sitio entonces?». «Llevo 15 años patinando en esta ciudad y veo que hay lo mismo -critica-. Estoy harto. Cuando hacen algo, lo hacen mal, con cuatro duros, para que callemos la boca». «Supongo que no nos hacen caso porque a esto no le ven el negocio. Por eso a la ciudad no le interesamos, prefieren hacer un botellódromo, que da mucho dinero. La gente para beber tiene un techo y yo no me merezco ni las rampas que tendrían que estar debajo del techo. Eso nos cabrea».

Tras la eliminación de las rampas que había en Mollavao y a raíz de las quejas vecinales en la plaza José Martí, otro de sus lugares de referencia, los aficionados al skate -que han crecido en un buen número en los últimos años-, realizaron recogidas de firmas pidiendo nuevas instalaciones y afirman que hubo compromiso electoral del actual gobierno local para la ansiada pista, pero que hasta ahora no ha fructificado.

Incluso algunos, por su cuenta, llegaron a empezar a levantar nuevas rampas bajo el puente de la autopista en Mollavao, «pero nos las pararon porque dicen que Autopistas denunció». Aseguran que desde el Concello «no hacen más que dar largas, a pesar de que ya había, según decían, una inversión prevista para el skatepark que se iba a hacer allí».

«Una de dos, o se han gastado el dinero, o quedará para otras elecciones -añade-. Pero no necesitamos que sea en Mollavao, nos da igual cualquier zona». De hecho, los que pueden practican en Vigo, o en otras pistas en Cangas o Bueu. «Incluso Poio -dice Rubén, otro skater- tiene una, aunque mal hecha, pero la tiene. Pero aquí no hay nada, ni dejan hacerlo».