El fiscal retira los cargos por la supuesta estafa en nombre de Francisco Vázquez
PONTEVEDRA
Considera que el engaño, de existir, fue demasiado burdo e inverosímil
05 jul 2013 . Actualizado a las 03:46 h.Burdo, fantástico, increíble, inverosímil, ridículo... Fueron algunos de los adjetivos que empleó ayer el fiscal para calificar el supuesto timo que dijo haber sufrido un empresario pontevedrés por parte de una pareja que, supuestamente, le aseguró que conocía a Francisco Vázquez. Según denunció, le prometieron que el exalcalde de A Coruña mediaría en un pleito que mantenía con otro empresario.
De este modo, y aludiendo a la jurisprudencia del Supremo, el representante del ministerio público decidió retirar los cargos por estafa. Y es que entendió que una persona de inteligencia media nunca picaría en tal engaño, al tiempo que consideró que existen visos de que el denunciante pudo mantener algún tipo de relación sexual o sentimental con la acusada.
Esta fue la tesis que sostuvo Romina Moreira en su comparecencia. Señaló que conoció al empresario con motivo de sus negocios en el ramo de la prostitución de alto estánding. De tal modo, su supuesto cliente habría abonado importantes cantidades por mantener relaciones sexuales con ella y para que le organizase fiestas y orgías en un piso de Vigo.
Añadió, asimismo, que el denunciante le llegó a pagar distintas cantidades -se aludió a 1.200 euros- mientras estuvo recluida en prisión como autora de una estafa. Lo cierto es que, entre las rejas de la cárcel pontevedresa, surgió el amor con el segundo encausado, José Francisco Acuña, quien también rechazó las imputaciones.
Ambos negaron que se hubieran puesto de acuerdo para simular que tenían amistad con el que era embajador de España ante la Santa Sede para que, de este modo, el denunciante les abonase unos 71.000 euros.
Pese a la retirada de los cargos por parte del fiscal, los encausados no han sido absueltos. Y es que el proceso sigue vivo gracias a la acusación particular, que mantuvo su petición de penas de prisión. Su cliente rechazó haber mantenido relaciones con la acusada -«no tengo piso en la travesía de Vigo»- y que si la creyó fue porque «era convincente». Además, aludió a que fácilmente podría conocer a políticos porque fue azafata del PP de O Porriño.