Mil familias recurrieron a la ayuda social por primera vez en el 2013

maría conde PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

La mayoría de las ayudas por emergencia social fueron para alimentos (en la imagen, una donación).
La mayoría de las ayudas por emergencia social fueron para alimentos (en la imagen, una donación). leiro< / span>

El Concello pontevedrés duplicó en los últimos cuatro años las aportaciones de emergencia

08 feb 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

«Durísimo». Es la palabra con la que resume la concejala Carmen Fouces lo que ha sido el 2013 a nivel de asistencia social en Pontevedra. Desde que comenzó a sentirse la crisis en el 2008, este último año ha sido el más devastador para las familias que atraviesan dificultades por la situación económica. Hasta el punto de que fueron 2.565 las personas atendidas en los Servicios Sociales municipales (hubo 3.002 intervenciones), y de ellas, 968 lo requirieron por primera vez.

«Foi algo brutal a xente que se acercou este ano e o 2014 vai ser terrible -señala la concejala de Benestar Social-, porque agora están rematando as prestacións para moita xente que quedou en paro no 2009 ou no 2010. Agora xa non teñen nada, nin axudas, nin opción de traballar».

Precisamente, la mayoría de estos nuevos solicitantes son personas de mediana edad, entre 40 y 50 años, parados de larga duración o personas que han visto cómo en los últimos años han agotado las prestaciones que percibían por desempleo, y con menores a su cargo. Y, entre ellos, Fouces destaca un número creciente de personas que fueron «emprendedores», autónomos que por la coyuntura de crisis o porque no encontraron financiación, han tenido que decir adiós a sus aventuras empresariales y cerrar sus negocios, «e que en moitas ocasións arrastraron a familias completas, teñen débedas e teñen agora a última saída nos servizos sociais».

Para comprender el alcance de la situación, sirve otro dato. En los últimos cuatro años, el Concello pontevedrés ha duplicado las ayudas por emergencia social, las que ofrece para situaciones puntuales en que estas familias no pueden afrontar ciertos gastos, como un alquiler, la simple compra de unas gafas o pagos en suministros. Si en el 2010 fueron 50, el pasado año se concedieron un total de 119, con una partida destinada para estas peticiones de 115.866 euros.

La mayoría de estas ayudas fueron para alimentos y para la adquisición de material escolar. «Antes había unhas partidas para unhas becas pero a tramitación era máis longa e a xente cobraba ao ano seguinte, por iso incluimos estas últimas axudas nas de emerxencia», explicó la edila. Pero estas subvenciones, cuya máxima cuantía puede ser de 3.000 euros, llegaron a otros ámbitos como la atención bucodental o el pago del recibo de la luz en más de un caso.

Entre los demandantes predominan las familias con tres miembros, aunque las hay con más de seis a su cargo. Y suele ser en mayor medida la mujer la que acude a esta vía de urgencia. «Os servizos sociais están colapsados de mulleres que veñen a pedir axuda, aínda que despois a disfruten os homes; se fora para unha oferta de traballo irían eles», añade Fouces.

En seis de cada diez casos, se trata de solicitantes con edades entre los 25 y 44 años y en la gran mayoría de los casos (105 de las 119 ayudas), la renta mensual de la que disponen las familias es inferior a la mitad del salario mínimo interprofesional, que ahora mismo es de 645,3 euros. Así que brotes verdes, pocos. «Eu só vexo un gran burato negro que se vai tragando o mellor da sociedade e a está centrifugando».

Carmen Fouces:

«Só vexo un gran burato negro que se traga ao mellor da sociedade»