Cruz Roja forma a siete nuevas familias para el acogimiento de menores
PONTEVEDRA
Cuarenta parejas tienen a 58 niños acogidos en toda la provincia
19 mar 2014 . Actualizado a las 07:00 h.Parejas de mediana edad, con hijos y en su mayoría procedentes de Vigo, que pretenden «aportar un granito de arena para hacer de esta sociedad un lugar mejor». Este es el perfil de las siete nuevas familias que estos días se forman para el acogimiento de menores en la sede de Cruz Roja.
Una de ellas es la formada por José López Fontenla y su mujer, Puri Blanco Rego. Con 62 y 61 años respectivamente, ellos son los mayores de este grupo de aspirantes, para los que el proceso de formación es uno de los pasos que deben seguir a la hora de participar en este programa, que la Consellería de Traballo e Benestar lleva a cabo a través de Cruz Roja y en colaboración con el Ministerio de Sanidad desde 1995.
«Tenemos dos hijas ya mayores -explica José-. Nos gustan mucho los niños, mi mujer es la mayor de nueve hermanos. En octubre fue ella la primera en comentarme qué me parecería acoger a un menor. Le dije que bien y oímos un anuncio del programa de Cruz Roja y decidimos entrar. En este grupo somos los mayores pero tenemos espíritu joven y ganas de acoger, de ayudar y de poder compartir la vida que tenemos con una criatura el tiempo que esté con nosotros. Físicamente estamos bien y tenemos más tiempo para dedicarle».
Programa
El acogimiento es un recurso, siempre de carácter temporal, que tiene como objetivo proporcionar una alternativa a los menores de edad cuyas propias familias se encuentran en una situación de crisis o dificultad que les impide atenderles correctamente.
Siempre que sea posible, se intenta que los niños sigan manteniendo durante ese período el contacto con su lugar de origen. En la actualidad, hay cuarenta familias acogedoras en la provincia, que tienen a su cargo a 58 menores.
«En nuestro caso ya no queríamos adopción porque somos mayores, y por eso preferimos acogimiento», añade José. Ellos y el resto de las familias iniciaron este mes de marzo el curso de formación en Cruz Roja, con sesiones dirigidas por la psicóloga y la trabajadora social de la entidad, responsables de este proyecto, así como por el grupo de voluntarios que también participa en el programa. «Lo que nos están enseñando hasta ahora es cómo tratar con el niño, cómo llevarlo, y cómo se establece la relación con su familia a través del punto de encuentro -añade el participante-. Una vez que la situación de la familia se normalice, pues volvería con ellos. O entraría en el programa de adopción».
Precisamente, el tema de la despedida es otro de los contenidos que se abordan en esta formación. «Somos conscientes -añade José- de que a la persona que vamos a tener en casa le cogeremos cariño y quizás el peor momento sea el de la despedida. Pero como nos pasa a todos, cuando se cierra una puerta, pues se abre otra. Si la familia lo reclama, es por su bienestar. Nosotros hacemos de una especie de puente por el que la gente cruza. Y lo importante es que salga del lado norte y llegue al lado sur en las mejores condiciones posibles, nosotros estamos muy ilusionados y espero que llegue pronto».
Una vez terminado el curso, a los aspirantes les quedará una entrevista psicosocial y otra domiciliaria, así como otra formación complementaria con personas que ya están participando en el programa. Al final, Cruz Roja emite un informe a la Xunta, que es la que en última instancia declara la idoneidad de las familias como acogedoras.
Los participantes en el curso son parejas de mediana edad y con hijos
«Nosotros hacemos de puente por el que la gente cruza», dice un aspirante