El colombiano Antonio Cruz Vásquez Salazar confesó que «estaba al tanto» del alijo
10 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.Si en julio apeló a la reforma en materia de justicia universal para tratar de tener que responder del intento de introducir cocaína por el puerto de Marín, ayer el colombiano Antonio Cruz Vásquez Salazar confesó estos hechos tras alcanzar un acuerdo con el fiscal. De hecho, el representante del ministerio público tuvo que recordarle esta circunstancia ante el testimonio dubitativo que estaba prestando. Esta advertencia surtió efecto tras un receso y cantó.
Así, implicó directamente a Severo Garrido Méndez y Alberto Cabezas Rubio, del que manifestó que «estaba al tanto» de las operaciones, «aunque creo que solo ayudaba a Severo». De este empresario, añadió que pagó por los costes de salida del contenedor de Portugal.
Por su parte, Garrido Méndez negó cualquier vinculación con la droga intervenida en el puerto de Lisboa -56 kilos camuflados en latas de piña- o con la decomisada en Ecuador -472 kilos cuyo destino era el puerto de Marín-. En relación con los narcos sudamericanos, lamentó que «aquí somos sus conejillos de indias (...). Tienen todos nuestros datos fiscales»
Rechazó cualquier vinculo con el contenedor en el que llegó la droga al puerto lisboeta: «Nunca he despachado ningún contenedor en Portugal», reseñó, si bien reconoció que había asesorado a otro importador que sí trabajaba en el país vecino.
En cuanto a Alberto Cabezas, este se definió como una suerte de recadero y chófer, así como dejó claro que vive de un subsidio de 426 euros.