La rebaja de peajes de la autopista AP-9 consumada esta semana era, junto con el traslado de Ence, dos demandas del BNG para investir a Pedro Sánchez
01 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.El gobierno municipal coaligado pontevedrés fue de los primeros de la Galicia local en hacerse eco de la sustancial rebaja de peajes de la AP-9 que entró en vigor desde el jueves. Aunque la cuantía de los descuentos, probablemente satisfará más a vecinos de otras ciudades y comarcas de Galicia, pues el impacto para los conductores del área de la capital parece menor. Sobre todo, si pensamos en lo que seguimos pagando por cruzar el puente de Rande para ir a Vigo. «Tímidos avances», dijo inicialmente Anabel Gulías, la portavoz del Concello al conocer la propuesta que la nueva ministra de Transportes, Raquel Sánchez, expuso el lunes en un acto en A Coruña, al que se invitó, entre otras, a la ciudad de Pontevedra, representada por la concejala Eva Villaverde.
Una presencia que no era un mero acompañamiento a la ministra, sino un guiño a la trascendencia que ha tenido el BNG y en particular, la ciudad de Pontevedra, al haber incrustado la rebaja de los peajes entre las condiciones que el partido nacionalista hizo firmar al PSOE para llevar a Pedro Sánchez, de nuevo, a La Moncloa.
Mayor entusiasmo
Fue al día siguiente, el martes, y después de saberse el alcance real de la medida aprobada por el Gobierno de la nación, cuando aumentó la intensidad de las reacciones. Ni había empezado la rueda de prensa posterior al consejo de ministros, cuando Abel Caballero, junto con Carmela Silva, alcaldes y alcaldesas socialistas del área viguesa fueron quienes, primeramente, se felicitaron de la sustancial rebaja de peajes de la AP-9.
En el caso del alcalde de Vigo y la presidenta de la Diputación, no podía ser para menos cuando han venido abanderando la reclamación desde las filas del PSOE gallego y a través de las instituciones que gobiernan. Y, por supuesto, su comparecencia conjunta en la rotonda de Trasmañó, también llevaba dos cargas de profundidad: una, intentando amortiguar que el BNG se apropiase, en exclusiva, de rentabilizar políticamente el asunto; y la segunda, apuntando a Alberto Núñez Feijoo, no solo por lo que había negociado con el anterior ministro Ábalos, sino también para demandarle que imitase al Gobierno de la nación y rebajase precios en las autopistas de titularidad autonómica. Lo que por cierto sí ocurrió aunque el acuerdo aprobado el jueves en el Consello de la Xunta aún me resulta tan confuso como escaso. Circular por la AG-57 entre Vigo y Baiona será más barato, pero solo para familias numerosas y conductores recurrentes, según la medida que será de aplicación hacia mediados de agosto.
Menos empleo
Volviendo a los precios de la AP-9, ciertamente para los conductores de la capital y entorno que la utilizamos con mayor frecuencia, el cuadro de descuentos aprobado, nos otorga mayores beneficios en los desplazamientos hacia el Salnés, Santiago, por supuesto hacia A Coruña y, en menor medida, hacia O Porriño, Tui y Portugal.
Imagino que Audasa acometerá de inmediato implementar un refuerzo de sus instalaciones en las estaciones de peaje ante la previsible avalancha que este mismo mes de agosto, se experimentará con el gancho de las rebajas. No me quiero imaginar los «tapones» que se van a montar el fin de semana del 14 y 15, uno de los días de más tráfico de todo el año.
Me temo que aumentarán los pórticos para el telepeaje (Vía T) y que la concesionaria hará otra sangría de personal amortizando puestos de trabajo con una mayor automatización. Echo en falta que el Estado le vaya a dar 2.300 millones de euros (de nuestros impuestos) a Audasa hasta el 2048, para que los accionistas no pierdan ni un céntimo, y en cambio nadie del Gobierno exija garantías sobre los empleos.
La ciudad del Lérez ha sido una de las más beligerantes y persistentes desde hace años, en la reivindicación de reducciones de precios a los usuarios de la Autopista del Atlántico. Y teniendo en cuenta, además, que esta demanda de rebaja de los peajes, era una de las peticiones centrales que PSOE y BNG (Adriana Lastra y Néstor Rego) negociaron y firmaron en enero del 2020, para el apoyo del único diputado del partido nacionalista a la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno.
Recuerdo que entonces, cuando se desenvolvía aquella negociación, escribí en esta misma página que dentro de la «axenda galega» que el Bloque blandía ante el Partido Socialista, había una importante cuota local, una «axenda pontevedresa», con demandas muy importantes para esta ciudad donde el Bloque tiene a su alcalde más importante y conocido.
Influencia de Lores
Pontevedra influye mucho dentro de la organización frentista pues nadie, ni siquiera Ana Pontón, puede presentar los resultados electorales, la trayectoria de veintitantos años y una preeminencia política como la que tiene Miguel Anxo Fernández Lores, cuya influencia nadie discute dentro del Bloque Nacionalista Galego. Por eso, en ese catálogo de reivindicaciones pontevedresas, los peajes ocupaban un renglón importante, aunque la exigencia número uno es el traslado de Ence.
Curiosamente, en estas últimas semanas, sea por acuerdos del Consejo de Ministros, sea por fallos judiciales como el de la Audiencia Nacional a propósito de la pastera, parece que los compromisos que firmaron Lastra y Rego se van cumpliendo.