«Ao verse acurralado, o ladrón díxome: "Non te acerques, fillo de puta, que che pego un tiro"»
PONTEVEDRA
El empleado de la gasolinera de Cerponzóns y un matrimonio frustraron el lunes noche un atraco a esta estación de servicio
16 may 2022 . Actualizado a las 19:01 h.Un empleado de la estación de servicio de Repsol en Cerponzóns, junto con un matrimonio de esta parroquia pontevedresa frustraron este lunes por la noche un atraco a esta gasolinera ubicada al paso de la carretera PO-531. La Policía Nacional ha abierto un investigación para identificar y localizar al ladrón que, al parecer, esgrimía una pistola y un cuchillo, así como a su supuesto compinche que lo estaría aguardando al volante de un vehículo en el que, posteriormente, se dieron a la fuga.
Las imágenes recogidas por las cámaras de seguridad del negocio pueden ser cruciales para resolver un suceso que se produjo en torno a las diez de la noche. A esa hora, el empleado del turno de tarde observó cómo se le aproximaba desde la carretera que comunica Pontevedra con Caldas y Santiago de Compostela, un individuo que cubría su rostro «coa capucha dun chándal e coa mascarilla. Ou viña co coitelo e a pistola nas mans, ou sacounos cando foise achegando, pero [o meu compañeiro] fíxolle fronte», narró ayer otro de los trabajadores de este establecimiento, José Manuel González.
De este modo, y según el relato de este último, el trabajador adoptó una pose de pugilista y comenzó a aproximarse al ladrón, al tiempo que hacía movimientos con los puños marcando la distancia y cómo si quisiera golpear al sospechoso, que estiman que podría tener poco más de 30 años. Sorprendido ante la reacción del empleado de la estación de servicio que, en ese momento, estaba solo, el atracador «empezou a recuar».
Así, mientras el primero se le aproximaba sin variar su postura de boxeador y comenzaba a proferir gritos de auxilio, el ladrón desandaba sus pasos hacia la carretera sin dejar de lanzar cuchilladas al aire. «Nin levou nada, nin lle fixo nada porque tivo sorte. O normal é non facerlle fronte porque non sabes como pode reaccionar», añadió González señalando que todo el suceso fue grabado por el sistema de seguridad de la gasolinera y rememorando cómo, años atrás, la estación de servicio fue objeto de un robo que se resolvió al dejar uno de los amigos de lo ajeno restos de sangre procedentes de una herida que se hizo al forzar el acceso a la misma.
Lo cierto es que los gritos del empleado de la estación de servicio fueron escuchados por un matrimonio que reside a escasa distancia del negocio y que estaba, en ese momento, viendo la tele: «Oímos unos gritos infernales. El hombre dio tres gritos... Nos levantamos y lo primero que hice fue acercarme a la ventana y veo, junto a la señal [de tráfico], al hombre de la gasolinera y al otro tipo, que llevaba como una mochila en la mano. Pensé que era la cartera del dinero, pero luego ya me dijeron que no, que sería una pistola».
Amenazas de muerte
Fue entonces cuando su marido, sin pensarlo, ni meditarlo, como él mismo confesó, salió de la vivienda y se fue corriendo detrás del ladrón. De hecho, el pontevedrés está convencido, al igual que su mujer, de que le hubiera podido dar alcance sin problemas antes de que se montara en el coche sino fuera porque, en un momento dado, el atracador se dirigió a él y le amenazó de muerte: «Ao verse acurralado foi cando me dixo: ‘Non te acerques, fillo de puta, que te pego un tiro'», añadió este vecino de Cerponzóns.
Ante el temor de que pudiera llevar a cabo su amenaza, este hombre optó por mantente la distancia con el ladrón para, de este modo, observar a donde se dirigía y poder, llegado el caso, identificar el coche en el que imaginaba le estaban esperando. Y así fue.
Tanto José Manuel González como este matrimonio coincidieron al señalar que el atracador optó por adentrarse por una pista que conduce a Reiriz donde se cree que estaba escondido un compinche en un coche, en el que emprendieron la fuga. A este respecto, no se descarta que el vehículo estuviese oculto en la entrada de una propiedad privada cercana y que no se observa desde la carretera principal. Minutos después, «os veciños viron pasar un coche a toda velocidade», añadió José Manuel González.
Al parecer, además de quedar registrado por el sistema de videoseguridad de la gasolinera, el incidente fue también observado por un conductor que transitaba por la PO-531, quien sería la primera persona que dio aviso a la Policía Nacional. Esto habría determinado que desde la centralita del 091 se pudiese movilizar una patrulla de la Comisaría de Pontevedra con celeridad.
Fuentes policiales no oficiales añadieron que este martes los investigadores regresaron a la estación de servicio para hacerse cargo de las imágenes con la intención de cotejarlas con el banco de imágenes de la Policía Nacional y tratar de establecer una identificación positiva.