Un año de prisión para el joven que trató de huir de la policía en Pontevedra arrojándose al río Lérez

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

CAPOTILLO

La Audiencia Provincial aprecia «peligrosidad y riesgo de reincidencia» en el acusado

24 nov 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Su imagen en pleno mes de enero del 2021 metido hasta casi la cintura en el río Lérez durante casi hora y media recorrió los periódicos y televisiones de toda España. Cuando se va a cumplir el segundo aniversario de estos hechos, Driss E. M., de nacionalidad marroquí y de 26 años, acaba de ver como la Audiencia de Pontevedra ratificaba la pena de un año de cárcel impuesta por un juzgado de lo Penal como autor de un delito de atentado, condena que, en principio, tendrá que cumplir ya que la sentencia rechaza la posibilidad de suspenderla.

La misma considera acreditado que el origen de este frustrado intento de huida fue una intervención de la Policía Local de Pontevedra el mismo 11 de enero del 2021. Los agentes se percataron de que el ahora condenado viajaba como ocupante de un vehículo que transitaba por el barrio de San Antoniño.

Conscientes de sobre esta persona existía una orden de ingreso de prisión, los policías alertaron a una patrulla para que procedieran a interceptar el automóvil, cosa que así hicieron. Los agentes, acto seguido, requirieron al sospechoso, que empleaba una mascarilla sanitaria, para que se identificara «facilitando este un nombre que no correspondía a su verdadera identidad».

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Es por ello que le requirieron que descubriera su rostro bajándose la mascarilla, a lo que se negó. «Cuando el agente se disponía a bajarle dicha mascarilla para comprobar si realmente era Driss E. M., este, con ánimo de menoscabar el principio de autoridad que dicho agente representaba, le propinó un empujón que le hizo caer contra el vehículo policial», refiere la resolución.

Ante esta acometida, intervino el segundo policía, a quien el acusado le asestó un codazo en el pecho que le hizo caer al suelo.

Fue entonces cuando emprendió la huida a la carrera y se lanzó al Río Lérez, en cuyas aguas permaneció durante unos noventa minutos caminando de un lado a otro eludiendo a policías, bomberos y servicios sanitarios, que, en un primer momento, acudieron creyendo que podría tratarse de un intento de suicidio. Finalmente, el jefe del cuerpo municipal, José Manuel Duarte, se introdujo de paisano en el agua y acabó convenciendo al individuo para que depusiese su actitud. Solo entonces fue detenido.

Recurso de la defensa

La sentencia condenatoria fue recurrida por la defensa del acusado, si bien la Audiencia de Pontevedra rechazó sus pretensiones sosteniendo que «el acometimiento se materializa en propinar un empujón a uno de los agentes, que le hizo caer contra el vehículo policial, y un codazo a otro de los intervinientes, que le hizo caer al suelo, aún cuando no hayan sufrido lesiones, no puede cuestionarse la existencia del delito de atentado».

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Y en lo que respecta a la denegación de la suspensión de la pena de prisión, recuerdan que tiene condenas anteriores por delitos de tipología variada y en las que, al menos, en tres ocasiones se le condenó por ataques a agentes de la autoridad, delinquiendo incluso en período de suspensión de condena». Este cúmulo de circunstancias lleva a los magistrados a consideran que se «pone de manifiesto el nulo efecto preventivo que han producido en el ahora recurrente las condenas previas», así como que no se acreditan «especiales circunstancias que permitan hacer un pronóstico favorable, no pudiendo otorgarse tal carácter a la futura paternidad a que alude».

Es por ello que se aprecia «un pronóstico desfavorable, de peligrosidad y riesgo de reincidencia».