El Cisne ya es un matagigantes en casa tras ganar al Cuenca (30-28)

PONTEVEDRA

CAPOTILLO

Los de Javier Márquez fueron por delante todo el partido y supieron conservar la ventaja en un final complicado

26 mar 2023 . Actualizado a las 21:49 h.

El Cisne empieza a ser un matagigantes. Es capaz de caer ante el más débil, pero ser un rival peligroso en casa. Ya derrotó al Ademar de León y dejó en la estacada al Cuenca. Supo conservar la ventaja hasta el final, pese a la remontada visitante en los últimos minutos.

El equipo de Lidio Jiménez desaprovechó una gran oportunidad para acercarse a la segunda plaza de la liga Asobal y el Cisne le demostró que en casa es ahora un hueso duro de roer. La permanencia, aunque difícil, es su objetivo. Y con partidos como el de este domingo, demuestran que tienen calidad para medirse a quien sea.

Los de Javier Márquez se jugaban la vida en el choque y eso se notó en la intensidad con la que saltó a la pista. Con una gran defensa y un sensacional Kilian Ramírez en la portería, logró empequeñecer al Cuenca, al que ya había derrotado en la primera vuelta. El técnico visitante paró el partido en busca de una reacción cuando no se había cumplido el primer cuarto de hora. Iban seis abajo (10-4) y estaban obligados a replantear un partido en el que todavía no habían ni entrado. Cogieron aire, pero siguieron sin ideas en el ataque posicional y excesivamente blandos en defensa. Su empeño en jugar con el pivote propició varios contraataques que su rival explotó para coger una máxima renta de ocho goles (14-6) a cinco para el descanso.

El partido parecía roto, pero varias paradas del tunecino Ben Tekaya, que había sustituido a un desacertado Grbavac, y la mejoría defensiva con Juanjo Fernández y Pozzer en la zona central frenaron al Cisne, que se apagó en ataque y solo consiguió anotar un gol en diez minutos. Apoyado en ese trabajo defensivo y un juego mucho más eléctrico, pensó que podría controlar el encuentro al lograr recortar el marcador hasta tan solo dos goles de diferencia (21-19) cuando faltaba un cuarto de hora para el final. Furtado forzó un penalti y una exclusión de Nazaré y el Cisne volvió a dispararse obligando al técnico del Cuenca a parar el partido. Devolvió a la pista a Grbavac y cambió de defensa para jugar con Nacho Pizarro de avanzado en el 5-1.

Un final de infarto

Su equipo reaccionó, pero Kilian Ramírez siguió sosteniendo al Cisne con sus paradas, después de que Chan fallase su primer penalti del partido y el Cuenca se situara a uno. Ahora le tocó pedir un tiempo muerto a Javier Márquez. Faltaban dos minutos para el final y solo había un gol de diferencia en el electrónico. Habían remado hasta ahí con el viento a favor y no podían dejar ir la victoria. Y el Cisne, que además del triunfo puso el espectáculo, colocó el último balón en las manos de Mateo Arias, para que con una vaselina dejase clavado al portero. La victoria se quedaba en el Municipal y la fiesta estallaba en la pista y en una grada que respaldó a los suyos hasta el pitido final.

Cisne: Ramírez, Carlos Álvarez (7), Pombo (3), Chan (8, 7p), Dedu (1), Furtado (2) y Mateo Arias (6) —equipo titular— Franzini (ps), Cavalcanti (2), Dani Serrano (1), Bruno Vázquez y Franceschetti.

Cuenca: Grbavac, Pablo Simonet (3), Nacho Pizarro (2), Juanjo Fernández, Pozzer (2), Teixeira (1) y Arnau Fernánde —equipo titular—. Ben Tekaya (ps), Nazaré (11,2p), Vera, Sergi Mach (2), Prantner (5), Nacho Moya (2) y Fede Pizarro.

MARCADOR: 4-2, 6-4, 10-4, 14-6, 14-7, 15-10; (descanso); 17-13, 18-15, 21-18, 24-21, 27-24 y 30-28 (final)

ÁRBITRO: Jesús y Jorge Escudero Santiuste. Excluyeron a Cavalcanti (2) por parte del Cisne, y a Nacho Pizarro y Nazaré, del Cuenca.