La una embarcación a la que ha regresado hoy el emérito tiene once metros de eslora y es del armador José Cusí, quien estuvo detrás del éxito de toda la saga Bribón
20 abr 2023 . Actualizado a las 19:04 h.El Bribón 500 en el que el rey emérito salió a navegar este jueves en la ría de Pontevedra no es el primero bajo este nombre. Es el último de una saga de embarcaciones vinculadas siempre a la familia real, e impulsada por el armador catalán José Cusí, amigo personal de Juan Carlos I. Pero este último barco, con el que el padre de Felipe VI fue dos veces campeón del mundo de la clase seis metros, es una joya diseñada por Arvid Laurin en 1947 y construido en Finlandia. Bajo el nombre de Gallant recorrió el mundo, hasta que en el 2016 fue rebautizado como Bribón Gallant. Cinco años después, se le quitó ese apellido para ponerle 500, completando la denominación con la que compite en la actualidad.
La esencia de la embarcación original se mantiene intacta, pero ha sufrido una optimización para hacerlo más competitivo en una modalidad en la que el rey ha cosechado dos mundiales, en el 2017 y el 2018, y dos Europeos, el último hace dos años en Sanxenxo.
Pero, ¿cómo es la embarcación? Para competir en la clase 6 metros tiene que cumplir varios requisitos, entre los que está haber sido construido en madera y antes de 1970. El Bribón cumple ambos. Los únicos retoques a los que se sometió fueron para adaptarlo a las necesidades del rey emérito. Se instaló un asiento recubierto de piel en forma de U para que Juan Carlos I pueda ir a la caña sin sufrir ningún contratiempo. Da igual si el barco se tumba a babor o a estribor, su posición se mantendrá fija. Eso le permite seguir compitiendo a pesar de sus problemas de movilidad. Esta adaptación fue una de las más complejas, pero la decisión de cambiar la caña facilitó la forma de manejar el barco. Además son embarcaciones muy estrechas en las que la tripulación no tienen que ir de un lado a otro y permite que el patrón se coloque en la bañera sin necesidad de cambiarse.
La exigencia técnica define a la clase 6 metros, una modalidad en la que compiten barcos con una eslora de 11 metros, y no de seis como se cree. Se denomina así por una fórmula compleja que tiene que tener seis como resultado y que está relacionada con la superficie que está cubierta de agua durante la prueba.
En el caso del Bribón 500, el mástil de 14 metros de altura sujeta una superficie vélica que puede alcanzar los 80 metros cuadrados. Y es que esa es una de las claves de la competición. Cuando escoran mucho, aumenta la superficie mojada y con ello, la velocidad para darle más emoción a la regata.
Después de competir durante toda su vida y haber participado en distintas citas olímpicas, esta modalidad supuso la vuelta a la navegación de Juan Carlos I, además de permitirle ser campeón del mundo, algo que ansiaba. El título que consiguió en Vancouver en el 2018 fue uno de los que más ilusión le hizo en su carrera deportiva. Ya se había retirado hacia años, pero volvió a competir a bordo del Bribón 500. Y lo hizo junto a su tripulación, con la que sigue al pie del cañón. Jané Abascal, Alberto Viejo, Roi Álvarez, Pedro Campos y Juan Carlos I forman el equipo que este fin de semana estará también en Sanxenxo.
Aunque esta tripulación es la que saldrá a competir, en el entrenamiento de este jueves el rey emérito iba en el barco con David Louzao y Eduardo Marín (no estaban ni Viejo ni Abascal). Marín fue el encargado junto a Pepe Garrido, de Astilleros Garrido, de hacer los retoques para adaptar el Bribón manteniendo la estructura original del Gallant. El barco que salió hoy a la ría es el mismo que lo hizo hace 75 años en Finlandia.