El Arquivo Histórico desvela la «belle époque» de los balnearios de Pontevedra
PONTEVEDRA
El agua embotellada del Lérez llegó a ser distribuida a la Casa Real inglesa
09 jun 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Con el título de A arquitectura da auga: balnearios e casas de baños, el Arquivo Histórico Provincial expone este viernes y en el marco de Día Internacional dos Museos una selección de documentos que desvelan la belle époque de los balnearios pontevedreses. «Reflejan una época que fue la de finales del siglo XIX y principios del XX, que fue la época de esplendor del termalismo gallego y europeo. El termalismo gallego fue a imitación de lo que eran los grandes balnearios centroeuropeos», remarcó María José Villanueva Viñas, técnica del Arquivo Histórico, al tiempo que recordó la relación que Galicia ha venido manteniendo con el agua, que «desde tiempos muy remotos se utilizaba el agua de las pozas con fines curativos».
Sin embargo, es con el final del siglo XIX que surge una clientela que busca «establecimientos de veraneo en los que descansar», de tal modo que «combinan tratamientos de hidroterapia con actividades de ocio, deportivas o sociales. Era una clientela que no necesariamente estaba enferma, como sí ocurría en otras épocas».
Esto explica que, por ejemplo, en algunos documentos se reseñe que la misma señora con sus dos hijas se alojan, primero, en A Toxa y, al cabo de un mes, en Mondariz. El motivo, al parecer, nada tenía que ver con los efectos saludables del agua, «sino que era para relacionarse y poder casar a sus hijas».
Lo cierto es que a la llamada de estos balnearios acudieron nombres como los de la infanta Isabel de Borbón, el exsultán de Marruecos o Isaac Peral. «Hay que pensar que estamos en una época en la que los políticos pontevedreses ocupaban los cargos más altos del gobierno», añade Josefa Fernández, quien reseña, asimismo, la importancia que para el desarrolló de muchos de estos espacios tuvieron los indianos que regresaron de América.
Dos tipos de balnearios
En este punto, la también técnica del Arquivo, Josefa Fernández Ayuso, matiza que coexistieron dos tipos de balnearios. Por un lado, las grandes villas termales vinculadas con una clientela adinerada y cuyos máximos exponentes podrían ser A Toxa o Mondariz, y, por otro, una serie de establecimientos a los que acudían el resto, como podían ser los de Cuntis, Caldas, Caldelas de Tui, Ponte Caldelas, Catoira, o, incluso, el de Pontevedra a orillas del Lérez.
Con respecto a este último, «tuvo mucha importancia en su momento porque las personas que lo llevaban tenían un estatus elevado», reseñó Fernández Ayuso. De hecho, el de Pontevedra es un ejemplo de la comercialización que muchos balnearios llevaron a cabo de productos asociados con sus aguas, labor en la que generaron numerosos empleos. Tal vez, hoy el caso más famoso sea el de A Toxa con sus sales y jabones, pero, en su momento, el de la capital provincial llegó a ser proveedor oficial de la Casa Real inglesa a través de la The Lérez Natural Mineral Water Company.
Casas de baño
En paralelo con los balnearios, a finales del XIX surgen las casas de baño sobre algunas playas. Los arenales que hasta ese momento «solo eran utilizados para la pesca, para recoger las algas para fertilizar las tierras o para fondear embarcaciones» se revelan como espacios saludables bajo prescripción médica. Eran todas en madera y suelen responder a la tipología de forma de «U» para facilitar la separación de hombres y mujeres. Era habitual, asimismo, que contasen con un pantalán y, en algunos casos, se disponía de casetas portátiles montadas sobre ruedas en las que los usuarios se vestían y desvestían, y con las que se podían acercar hasta el agua para bañarse de «forma muy discreta. Bajaban al agua y tenían un tiempo prescrito». En otros casos, se introducían en el mar agarrados de una cuerda.
En Pontevedra, hubo en A Moureira, cuyo dueño fue curiosamente el propietario original del inmueble que alberga, hoy en día, el Arquivo Histórico, Eulogio Fonseca, y en Os Praceres, mientras que Vigo llegó a disponer de tres, como fue el caso de La Iniciadora, mientras que en Vilagarcía sobresalió La Concha de Arosa.
Todo este esplendor se interrumpió con la Primera Guerra Mundial comenzando, a partir de entonces, un largo período de decadencia.
Conferencia y velada musical
La exposición se complementará, a partir de las 19 horas, con una conferencia y velada musical. Así, Elvira Lindoso, profesora titular de Historia e Institucións Económicas de la Universidade de A Coruña, disertará sobre Tomar as augas na provincia de Pontevedra: un percorrido histórico polos seus balnearios.
Por su parte, la parte musical vendrá de los ritmos y temas tradicionales gallegos que interpretará Marcelo Dobode, quien estará acompañado por la guitarra de Víctor Movilla.
Ambos eventos podrán ser seguidos de forma presencial en el Arquivo Histórico Provincial de Pontevedra, si bien también se pueden seguir en directo a través de Youtube.