Pontevedra revive el desinterés de las empresas por un contrato millonario

Serxio Barral Álvarez
Serxio Barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

CAPOTILLO

La gestión de residuos, como el suministro eléctrico, no encuentra ofertas

11 jun 2023 . Actualizado a las 13:29 h.

Esta semana se confirmó lo que ya se venía barruntaba en las últimas semanas: el mayor contrato de la historia del Concello de Pontevedra, el de gestión de residuos, quedó desierto. Un contrato de más de 230 millones de euros por veinte años de vigencia que no despertó el interés de ninguna de las empresas del sector.

Aunque fue por razones bien diferentes, la situación recuerda a la vivida con el contrato de suministro eléctrico, que también quedó desierto pese a duplicarse la cuantía; o con el suministro de carburantes para vehículos municipales, que tras una adjudicación inicial acabó con serios problemas y obligando a una modificación de las condiciones. E incluso se podría sumar el del campo de fútbol de Salcedo, que recibió una sola oferta casi in extremis.

.Cada caso tiene sus propias circunstancias.

Gestión de residuos

233,4 millones en veinte años. Es el contrato que más quebraderos de cabeza causó al Concello en los últimos años, y acaba de ser declarado desierto. El gobierno local quiso ser tan innovador que finalmente no consiguió ninguna oferta. Y eso que fue un contrato ampliamente participado, que incluso se organizaron jornadas técnicas con las principales firmas del sector o que se contrató a una asistencia técnica para elaborar los pliegos.

 

El primer problema con el que se topó el contrato fue la Oficina Nacional de Evaluación (ONE), un organismo de nueva creación dependiente del Ministerio de Hacienda. El de Pontevedra fue uno de los primeros contratos de toda España analizados por esta oficina, y esto retrasó casi un año la tramitación.

Cuando por fin se logró el visto bueno de la ONE (aún con alguna reticencia), se sacó a licitación un contrato que incluía aspectos novedosos. No se establecía un canon fijo por la prestación del servicio de recogida y tratamiento de los residuos, sino que el importe que cobraría la concesionaria estaría condicionado tanto por los objetivos alcanzados —sobre todo en cuanto a reciclaje: hoy está en torno al 202% y se exigía, como marca la ley alcanzar el 55 % en el 2025— como por la valoración que puedan hacer los ciudadanos del servicio recibido. Esta variabilidad en el precio puso de uñas a las empresas del sector, y a la postre se antoja como una de las principales causas de que el contrato, cuando por fin salió a licitación haya quedado desierto.

Pero este proceso también fue complicado. Tuvo que ser suspendido a principios de este año debido a una reclamación presentada por Aselip, donde están representadas las grandes compañías del sector en España (PreZero, Urbaser, FCC, Valoriza, Acciona, OHL, Sadisa, Contenur y SAV), ante el Tribunal Administrativo de Contratación Pública de Galicia. Alegaban que la cuantía económica era insuficiente, pero el Tribunal desestimó el recurso. Sí aceptó otro presentado por la cooperativa social Moda Re sobe la recogida de textiles, y el Concello se vio obligado a rehacer las bases.

Cuando por fin salió a licitación, ninguna empresa presentó ofertas y el Concello se verá obligado a replantear la situación. Previsiblemente se convertirá el contrato de concesión de servicios en un contrato de prestación de servicios: por menos tiempo y con un canon fijo. El Concello, eso sí, no renunciará ni al compostaje —iincluida la construcción de una planta propia, aunque esta podría quedar fuera del contrato principal y salir en uno aparte, a modo de lotes— ni a cumplir la legislación en materia de reciclaje.

Pero de momento, y por muchos meses, se seguirá tirando de contrato en vigor, que es de 1999, y no está adecuado a la ciudad actual, dando como resultado, por ejemplo, una limpieza viaria deficiente, tal y como admiten desde el propio gobierno local.

Electricidad

El precio acabará triplicándose. Como cualquier consumidor doméstico, el Concello de Pontevedra se vio arrollado en este 2023 por los precios de la energía eléctrica. Ni siquiera duplicando lo que se pagó en el 2021 fue capaz de contratar a una empresa que suministre la energía eléctrica para el alumbrado público, edificios municipales, colegios y escuelas infantiles. A mediados de noviembre pasado, la junta de gobierno local licitó un nuevo contrato valorado en 4,9 millones de euros. Era más del doble de los 2,4 millones que pagó el Concello de Pontevedra en el 2021. No encontró ofertas. Si en el caso de la basura se achaca la renuncia de las empresas a la variabilidad en el precio, en lo tocante al suministro eléctrico desde el Concello se responsabiliza a que nadie quiso asumir la cláusula que exige que un mínimo de un 30 % de la electricidad suministrada sea producida por fuentes de energía renovables o por cogeneración.

 

De momento, se sigue tirando de la prórroga acordada en el 2021 con precio «indexado», variable día a día en función de lo que marca el mercado de la energía. Pero los costes se están disparando. Tanto, que se estima que ni siquiera seis millones bastarán para encontrar un postor... cuando se vuelva a licitar el contrato. Previsiblemente, se cuadriplicará  de largo el precio pagado en el 2021.

Carburantes

Hubo que modificar. El Concello de Pontevedra también tiene dificultades para contratar a una empresa que suministre carburante para la flota de vehículos municipales. El último contrato se suscribió en el año 2021, pero al año siguiente hubo que modificarlo pues el crédito previsto se había agotado ya que un año después de la firma del contrato los precios del combustible se habían incrementado en más de un 20 %. Se trató de sacar de nuevo a concurso, pero al igual que en el caso de la electricidad, no hay empresas que quieran asumir un contrato cerrado daba de fluctuación de los precios del sector.

Campo de salcedo

In extremis. No quedó desierto, pero casi. La construcción de un nuevo campo de fútbol en Salcedo —otro contrato gafado, pues fue adjudicado y la empresa quebró y hubo que reiniciar el proceso— estuvo a punto de quedarse también en el limbo. En el último día y cuando quedaban apenas un par de horas para cerrarse el plazo de presentación de ofertas, apareció la única: de la firma Prace-Servicios y Obras, por un importe de 1,9 millones de euros. Se hizo con la adjudicación, claro, pero las alarmas ya habían empezado a encenderse en el Concello.