Plan de choque para frenar la erosión que amenaza la ermita de A Lanzada

Marcos Gago Otero
marcos gago SANXENXO / LA VOZ

PONTEVEDRA

Un equipo que restauró la catedral de Santiago interviene en el templo

09 ago 2023 . Actualizado a las 16:47 h.

Los andamios recubren el ábside y los laterales de la ermita de A Lanzada, en Noalla, mientras los restauradores se afanan por retirar líquenes y musgos y, a la vez, intentan frenar la erosión que amenaza el futuro de esta joya arquitectónica medieval y uno de los símbolos de las Rías Baixas. El conselleiro de Cultura, Román Rodríguez, y el alcalde de Sanxenxo, Telmo Martín, visitaron este martes del desarrollo de los trabajos, que la Xunta ha confiado a la empresa Parteluz Estudio, una de las firmas que participó en la puesta a punto de la catedral de Santiago.

Rodríguez sostuvo que la inversión de la Xunta en A Lanzada obedece a «unha mensaxe de responsabilidade» para «fomentar a sensibilización e o coñecemento da cidadanía arredor da preservación do patrimonio». Cultura destina cerca de 110.000 euros a la limpieza y consolidación estructural de este templo medieval, ubicado en uno de los lugares más mágicos y legendarios de Galicia.

Uxía Aguiar, de Parteluz Estudio, explicó: «Este proxecto xurde desde que se detecta que hai un deterioro enorme sobre todo no ábside. Esta capela está nun contexto mariño e está moi afectada polas correntes dos ventos das borrascas, e da acción do océano».

El objetivo de esta restauración es «minimizar os efectos destes axentes de deterioro». Para conseguirlo, por un lado, «se está tratando de reducir o contido en sal que ten o granito nas zonas máis deterioradas para así devolver a cohesión perdida que tiñan estes sillares, que se notan areizados, e frear a erosión».

Otra acción que se lleva a cabo consiste en «controlar o biodeterioro», es decir, la retirada de «todas estas especies de algas e líquenes, que aínda que teñen un metabolismo lento tamén afectan á degradación da pedra». Esta eliminación la hacen los operarios de forma manual, con cuidado para no dañar las fachadas.

Piezas desencajadas

Asimismo, «estanse eliminando morteiros de cemento gris que non son afíns a este tipo de fábricas antigas e se están substituíndo por morteiros de cal, moito máis compatibles».

Por último, se está actuando en algunas piezas de cantería, que o bien estaban desplazados de su sitio o se habían roto. Con la ayuda de un equipo de canteros «estanse devolvendo ao seu lugar», suprimiendo, ya de paso, rehabilitaciones antiguas ejecutadas sin criterios adecuados.

El daño en el ábside es lo suficientemente grande como para intentar un plan más ambicioso. El templo data de los siglos XII o XIII, por lo que cualquier medida que se le aplique necesita que se haga con mucho cuidado. Para diagnosticar mejor qué causa estos problemas en el ábside, se está realizando un estudio del viento, que analice su incidencia y su posible impacto como elemento erosionador sobre la parte más expuesta del edificio.