El día después de las inundaciones en Combarro: «Estaba vacío y, de repente, teníamos el agua hasta las rodillas»

Alfredo López Penide
López Penide POIO / LA VOZ

PONTEVEDRA

López Penide

Vecinos de la villa turística de Poio se recuperan de las fuertes precipitaciones de este fin de semana

31 oct 2023 . Actualizado a las 15:26 h.

Negocios y viviendas anegadas, problemas con el suministro eléctrico, electrodomésticos inutilizados, mobiliario desplazado y, por seguridad, retirado en terrazas… Así fue el día después de las inundaciones que afectaron al casco histórico de Combarro, en Poio, y que dejaron imágenes tan insólitas como la de un piragüista navegando por la terraza de O Peirao, local en el que, pese a lo que en un principio pudiera parecer, no llegó a entrar el agua. No obstante, tal y como reconocieron sus propietarios, se quedó a apenas unos centímetros de hacerlo.

Eso sí, este lunes temían que, aunque tuvieron la precaución de desconectarlo de la red eléctrica, un arcón congelador situado en el bajo de un inmueble cercano y que emplean para labores auxiliares de su establecimiento hubiese quedado inutilizado. «Me dejaron un traje de aguas de los de ir a mariscar y me cubría por encima de las rodillas, medio metro aproximadamente», apuntó el dueño de O Peirao.

Donde sí entró el agua y con fuerza fue en otro de los establecimientos icónicos del casco histórico de Combarro, O Bocoi. Allí ya este domingo optaron por colocar planchas cruzadas en el suelo de las puertas de acceso a modo de barrera como precaución frente a nuevos episodios como el vivido el sábado. «El domingo empezó a subir otra vez, pero como no hacía tan mal tiempo no hubo problemas. Y como hoy —por el lunes— es quizás el último día con marea tan alta… No creo que pase nada, pero ya lo dejamos», señaló Josefa Buceta Pérez, al tiempo que precisó que «las partes más afectadas fueron las bodegas. A la terraza no subió, pero en las bodegas, como están más bajas, entró el agua».

Tras coincidir al estimar que el nivel del agua debió crecer unos cincuenta centímetros, Josefa Buceta optó por tomarse lo vivido con una cierta filosofía: «Fue un fin de semana especial, digámoslo así. Combarro es un sitio muy bonito, pero tiene sus inconvenientes, que cuando las mareas son vivas, sube, pero nunca de la manera que subió… Hacía como doce o quince años que no subía así. Coincidió con mal tiempo y, al coincidir con mal tiempo, pues lo hace con más fuerza, además de que fue de repente».

Así, precisó que su local se sitúa «en la parte más baja del pueblo y, por encima, estamos en el centro de la calle del Mar, en la parte más baja de esta calle. Fuimos los primeros… Estaba vacío y, de repente, teníamos el agua hasta las rodillas». La propietaria de O Bocoi fue testigo directo de cómo el agua anegaba su local, circunstancia que sorprendió sobremanera a sus clientes: «Les pareció algo increíble. Se lo tomaron muy a broma, de muy buen humor, aunque algunos se preocuparon y preguntaban: ‘¿Va a subir más?'. Fue todo muy rápido», insistió en esta idea.

Este lunes por la mañana, Josefa Buceta aún estaba valorando los desperfectos: «Coincidió fin de semana, los seguros no trabajaban… Creo que tengo tres o cuatro neveras que no van porque les entró el agua directamente en los motores. El sistema eléctrico lo arreglaron hoy y el ordenador no sabemos aún si va a funcionar o no. Estamos, poco a poco, poniendo las cosas en orden», apuntó al respecto.

Otros perjudicados

Otro de los negocios también afectados, a decir de los vecinos, ya que los lunes cierra por descanso, fue la tapería Pedramar. En su caso, y según señalaron estas fuentes, el agua inundó la terraza y afectó a la parte baja del negocio, en la que, entre otros espacios, se ubican los aseos y hay algunos electrodomésticos.

De igual modo, hubo algunos residentes del casco histórico que se vieron en la necesidad de adquirir bombas de achique para retirar el agua que anegaba sus viviendas, mientras que durante toda la jornada matutina de este lunes fue un ir y venir de electricistas por la villa turística.

POLICÍA LOCAL DE POIO

La caída de un pino de grandes dimensiones obliga a cortar el paseo peatonal de Lourido

La borrasca, salvo ocasionales chaparrones, dio ayer una cierta tregua a la ciudad de Pontevedra y su comarca, mientras que en la noche del domingo al lunes se produjeron algunas incidencias habituales cuando las condiciones meteorológicas son adversas. Así, en distintos concellos se tuvo constancia de caídas de árboles o ramas, arquetas colapsadas, bolsas de agua en carreteras y viales, contenedores desplazados de sus emplazamientos habituales o cortes en el suministro eléctrico.

Uno de los incidentes más llamativos tuvo lugar en el entorno de Lourido, también en el Concello de Poio. A primera hora de la noche, la Policía Local tuvo constancia de la caída de un árbol de grandes dimensiones, si bien no tuvo ninguna repercusión en el tráfico rodado. De hecho, desde la Jefatura municipal precisaron que no afectó a la circulación de vehículos, ya que se precipitó sobre el paseo peatonal, que se cortó al paso de peatones hasta que el ejemplar, un pino de bastantes años, fuese retirado. Esta actuación estaba previsto que se llevase a cabo durante este lunes por la mañana.

Suspensión de un trail

Por su parte, y como consecuencia de las malas previsiones meteorológicas que se manejan, el Concello de Campo Lameiro anunció, a través de sus perfiles en redes sociales, que se ve en la obligación de suspender la primera edición del Trail do Cervo que se iba a desarrollar este sábado. De este modo, y en colaboración con la Asociación O Eido do Cervo, se ha optado por buscar una nueva fecha para esta actividad que compagina deporte y turismo, el 9 de diciembre.