Xe, el inventor de las empanadas a motor que triunfan en las Rías Baixas

María Hermida
María Hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

SANXENXO

Xosé Basdedios, conocido como Xe, con la moto con la que reparte sus empanadas caseras por varios concellos de la ría de Pontevedra
Xosé Basdedios, conocido como Xe, con la moto con la que reparte sus empanadas caseras por varios concellos de la ría de Pontevedra Ramón Leiro

Un hostelero de Sanxenxo que es genio y figura se sacó de la manga un negocio para repartir vianda en moto a los bares y ha triunfado con sus rellenos de choco o pulpo con tetilla. Eso sí, trabaja de sol a sol

09 dic 2024 . Actualizado a las 15:24 h.

Hablar con Xe, cuyo santo y seña completo es Xosé Basdedios Vázquez (Sanxenxo, 1970), resulta toda una odisea. «A min sempre me colles mal, porque me levanto ás seis da mañá para ir para a cociña e despois dáme a unha da madrugada e aínda sigo atendendo no bar», dice este hostelero de Sanxenxo. Sin embargo, aunque la conversación se mantenga mientras cobra a los clientes las chiquitas de última hora, Xe no resulta distante. Todo lo contrario. Se emociona al hablar de lo que hace, de cómo vive con pasión la hostelería aunque dé el callo de sol a sol, y no deja de llamarle al pan, pan y al vino, vino. Él, genio, figura y con un ritmo frenético a los 54 años que no sabe si será capaz de mantener hasta la jubilación, es el inventor de las empanadas a motor; de unas viandas con relleno de choco, pulpo con tetilla, o manzana que triunfan en las Rías Baixas y por las que los turistas hacen cola cada verano. Las reparte en moto, de ahí que sean empanadas sobre todos ruedas.

Decir hostelería y Sanxenxo es afirmar casi lo mismo. Así que Xe es uno de los tantos vecinos que con 16 años ya estaba entre fogones. Empezó en la cocina de uno de los hoteles que le quedaba más cerca de casa, del Nuovo Astur. Y se marchó después para uno de los establecimientos con más categoría de la villa, el hotel Carlos I Silgar, de cuatro estrellas. Estuvo allí también en la cocina. Y un día pensó que tenía que emprender: «Necesitaba conciliar un pouco a vida familiar, porque a muller e eu tivemos dous fillos. E pareceunos que cun negocio noso era mellor, e si que foi porque os rapaces criáronse no noso bar».

Abrieron, en el año 2000, un bar en A Vichona (Sanxenxo) llamado O Lar de Xe: «Aí empezamos co típico, coas tapas. E eu empecei a facer a comida de sempre, que é a do meu estilo. Eu non ando con especias nin cousa rara ningunha», señala entre risas. La cosa no fue mal y el negocio tiró para adelante hasta que la crisis del ladrillo lo hizo tambalear: «Viñeron aqueles anos tan difíciles e pensei que había que buscar algo máis, que as contas empezaban a non dar ben».

Xe pensó entonces que lo mejor era aprovechar el tirón que tenían sus empanadas, que eran lo que más gustaban del bar, y emprender por ahí: «Empecei a ofrecer empanadas aos bares, e eu mesmo llas levaba. A verdade é que a cousa foi para adiante porque, aínda que está mal que o diga, as empanadas son moi boas. Non lle choro á mercancía e parece que non se me da mal cociñala», indica. Empezó repartiendo en coche, en Sanxenxo, Poio y Pontevedra y tras caerle encima varias multas cambió a una moto. Así que las empanadas de Xe llegan ahora motorizadas. 

Por la tarde, tras el mostrador

Desde las seis de la madrugada él mismo las cocina —con ayuda de una operaria— y luego también las reparte hasta pasadas las cuatro de la tarde, que llega hasta la tienda que abrió en Pontevedra, donde su mujer despacha empanadas y numerosos productos caseros y naturales más. Xe tiene una ruta marcada y pasa al día por más de una treintena de bares en los que tiene asegurada la clientela. A veces también lleva encargos a particulares. Esta, cuenta él, es su rutina de invierno. Porque en verano no puede andarse con florituras: «En inverno o problema é ter clientes e no verán ser capaz de facer as empanadas, porque temos moitísima demanda. Estounas facendo e a xente esperando por elas. Gáñanse cartos pero hai que suar a camiseta. É ben duro», cuenta.

¿De qué son las empanadas? Hace algo de todo. Pero las que más tirón tienen son las clásicas de carne y atún, las de choco, las de bacalao con pasas o la de pulpo con tetilla. Nombra esta última y dice Xe: «Fun dos primeiros en facela pero agora xa a ten moita xente». También gustan mucho las versiones dulces, como la empanada de manzana. En este caso, dice que la clave es el hojaldre: «É totalmente caseiro, fágoo eu, non emprego nada conxelado», explica. Tras el atracón de cocina y reparto de por la mañana, Xe por la tarde atiende en el bar de A Bichona. Se le pregunta si llegará así a la jubilación. Se ríe. Cobra otra consumición a un cliente y concluye: «Un día hei de parar, non sei se será polas boas ou polas malas».