Ana López Durán: «Quienes quieren dejar ahora el tabaco fuman menos que hace unos años»
SANTIAGO
Ayudan con una aplicación a abandonar el consumo de cigarrillos y evitar recaídas
22 sep 2021 . Actualizado a las 00:09 h.La Unidade de tabaquismo e trastornos aditivos de la USC, que dirige desde 1985 en la Facultade de Psicoloxía el profesor Elisardo Becoña, trató unas 15.000 personas. Desde marzo del año pasado supera las dificultades de la pandemia del covid-19 mediante videollamadas. Ahora incorpora una aplicación para apoyar a dejar el tabaco desde casa: «Con el covid mantuvimos la oferta, pero nos adaptamos a un nuevo formato, por Internet. Teníamos dudas, porque la pandemia incrementa la ansiedad; y tener ansiedad se lleva muy mal con dejar de fumar. Pero comprobamos cómo a muchas personas les ayudó el confinamiento, porque limitó los contactos sociales, y un porcentaje elevado de personas fuman sobre todo en situaciones de ocio, cuando se relacionan con amistades. Además, al estar en casa, la mayoría fuman menos, sobre todo si tienen hijos pequeños, no quieren hacerlo delante de ellos. Por eso a muchas personas les resultó más sencillo dejar de fumar», afirma la profesora Ana López Durán, que participa en el programa desde el 2005 y es su actual coordinadora.
«Lo más frecuente es asociar café y fumar, el consumo de alcohol y tabaco, y/o el cigarrillo después de comer. Son situaciones que se repiten en quienes nos demandan tratamiento. Les hacemos una entrevista y evaluación inicial para conocer sus hábitos de consumo, las consecuencias que les ha producido el tabaco y problemas que puedan tener relacionados con fumar, o que puedan interferir en su intención de abandonar el tabaco», agrega.
El programa para dejar de fumar suma ahora la nueva aplicación «que diseñamos nosotros y construyó una empresa. Insistimos en cuestiones que sabemos que pueden facilitar el dejar de fumar, evitar recaídas y así mantener la abstinencia del tabaco. La aplicación exige tener un teléfono móvil para descargarla, y se puede utilizar además en ordenadores o tabletas. Se usa durante el tratamiento, que consta de ocho sesiones en dos meses; y en el año posterior de seguimiento», sostiene Ana.
Explica que la prueban con éxito en personas que estaban anotadas para participar en el programa para dejar de fumar en julio, y con quienes comenzaron los tratamientos este mes. «Desde el miércoles se anota mucha gente y estamos formando nuevos grupos de cuatro o cinco personas. Es una limitación de las videollamadas, para poder comunicarnos e interaccionar mejor. Cuando hacíamos las sesiones presenciales los grupos tenían entre seis y ocho personas».
El programa presta especial atención a prevenir las recaídas: «Observamos como la gente nota los beneficios de dejar de fumar y eso les motiva para seguir abstinentes. Quienes quieren ahora dejar el tabaco fuman menos que hace unos años. Desde que entraron en vigor las restricciones de la ley del tabaco se consumen menos cigarrillos. Es normal, porque si no puedes fumar en el trabajo, donde algunas personas antes podían consumir 15 cigarrillos durante la mañana, ahora al tener que salir para fumar lo hacen menos», indica. Se interesaron por esta cuestión «y la mayoría de los fumadores que acuden a nosotros la ven positiva, admiten que les repercute favorablemente, porque así fuman menos y eso les resulta beneficioso económicamente, además de para su salud».
Hasta hace dos años, el programa para dejar de fumar constaba de seis sesiones. Ampliaron dos, tras una investigación en la USC «porque muchos fumadores presentaban sintomatología depresiva y al tratar su estado de ánimo con dos sesiones más mejoraban los resultados. Y también detectamos mejoría en personas que no tenían esa sintomatología depresiva. Por eso mantenemos la ampliación», sostiene.